Oscar Ruggeri tomó una clase de taekwondo en vivo: “Más tranquilo, no es fútbol esto”

hace 1 día 3

Oscar Ruggeri se atrevió a experimentar con otro deporte en el programa que lo tiene como panelista en ESPN. Fue invitado Agustín Alves, el taekwondista argentino que se colgó una medalla de bronce en el Mundial Juvenil, una de plata a nivel sudamericano y duplicó las de bronce en el Campeonato Panamericano de Sucre 2012 y los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile 2023. El instructor del arte marcial coreana puso a prueba al ex futbolista, quien cumplió con las expectativas generadas.

Sebastián Vignolo, conductor del programa, lo presentó en su ingreso como “el crédito de Corral de Bustos”, como si se tratara de una pelea profesional. Ruggeri apareció con un poste en la mano y advirtió: “Con algo le voy a pegar. Yo lo dejo acá. A mí me pegan en la cara y yo le pego con el palo”.

“¿Una piña? Por qué te ponés de costado? No seas hijo de p... No me agarres de las manos, eh”, le dijo en un principio, temeroso, Ruggeri a Alves. Enseguida probó algunos golpes en el estómago del taekwondista de 31 años y pasó a la patada frontal. Fue entonces que el instructor le aclaró: “Más tranquilo, no es fútbol esto”.

Luego de eso, al Cabezón lo hicieron ponerse en posición de lucha, de costado, elevando una rodilla y tirando la patada arriba. Este movimiento le hizo recordar a su vieja época como defensor en las canchas de fútbol: “Esta es la que metíamos plancha y seguíamos con el pie para arriba”.

Tras eso, Alves le propuso una más difícil. “No me pegues, eh. No me midás...”, fue el comentario que despertó las risas de los otros panelistas, emulando a la frase que Ricardo Caruso Lombardi le dedicó durante su recordada pelea callejera a Fabián García. Fue en ese momento que a Oscar le aclararon que las piñas no podían ejecutarse en el rostro, sino entre los hombros y la cintura. Y que solamente se podía tener contacto con el pie en la cabeza del adversario. “Me noqueás en un segundo”, exclamó.

Finalmente, el ex campeón del mundo con la selección argentina terminó de exhibir toda su elongación y agilidad a sus 63 años, frente a las cámaras, cuando le exigieron el movimiento más complejo de todos: un giro con patada arriba. “¡Bien, carajo!”, lo arengó el Pollo Vignolo, luego de que Ruggeri completara la rutina satisfactoriamente y se llevara los aplausos.

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