
El tercer trimestre de 2025 profundizó la convergencia entre el ecosistema cripto y las finanzas tradicionales a nivel global, con Argentina como protagonista gracias a la tokenización pionera del bono soberano AL30 por parte de Ripio. A pesar de volatilidades históricas, el mercado cripto alcanzó nuevos máximos en capitalización y precios, mientras países como Argentina y Estados Unidos avanzaron en la regulación y la adopción institucional, sentando las bases para una nueva etapa de integración en la economía global.
En el centro de la innovación del Q3 2025 figura el lanzamiento de wAL30rd por Ripio, la primera representación digital en blockchain del bono soberano más operado en Argentina (AL30). Esto se enmarca en la aprobación de la Reglamentación General 1081 por parte de la Comisión Nacional de Valores (CNV), que por primera vez habilita la tokenización de valores negociables en el país. Esta medida no solo marca un avance crucial para Ripio, que ya cuenta con más de 24 millones de usuarios y 2.500 clientes institucionales, sino que posiciona a Argentina en la vanguardia regulatoria internacional.
El wAL30rd mantiene todas las características del bono subyacente: denominación en dólares, pago semestral de cupón del 0,75% anual y vencimiento a julio de 2030. La posibilidad de operar el token las 24 horas, los siete días de la semana, abre oportunidades inéditas para inversores minoristas en un país donde la penetración cripto ronda el 20% y la exposición tradicional a bonos seguía siendo muy limitada.
El impacto fue inmediato: la iniciativa de Ripio ha generado un marcado crecimiento en el volumen diario, atrayendo nuevos usuarios y validando la hipótesis de que la tokenización dinamiza y transparenta el sistema financiero nacional. Argentina figura ya como el vigésimo país con mayor utilización de criptoactivos, según Chainalysis, y Brasil escaló al quinto puesto en cuanto a adopción global.
En paralelo, durante el Q3, el mercado cripto argentino experimentó un crecimiento del 80% en volumen operado en comparación con el mismo periodo del año anterior, consolidando la relevancia de la región en la escena internacional.
Los avances regulatorios no se limitaron a América Latina. En Estados Unidos, la aprobación del GENIUS Act en julio introdujo un esquema estricto para las stablecoins, exigiendo respaldo con efectivo o bonos del Tesoro a corto plazo, auditorías frecuentes y supervisión bancaria. Por su parte, el CLARITY Act reconoció a Bitcoin y Ethereum como commodities bajo la jurisdicción de la Commodity Futures Trading Commission (CFTC), fortaleciendo la claridad normativa y potenciando la confianza institucional.

Los resultados no tardaron en reflejarse: se duplicó la cantidad de empresas de “Digital Asset Treasury” en el trimestre sumando 25.000 millones de dólares en activos gestionados. El interés de grandes actores se materializó también en el crecimiento de los ETF ligados a Bitcoin y Ethereum.
En términos de precios, el tercer trimestre fue testigo de una volatilidad marcada. Bitcoin osciló en lateralización durante varios meses pero alcanzó un máximo histórico de 124.457 USD a mediados de agosto, superado nuevamente en octubre con un pico cercano a los 126.200 USD.
Este activo aumentó un 80% anual, muy por encima de los rendimientos de metales preciosos y principales índices bursátiles. Durante la reciente crisis de octubre provocada por tensiones geopolíticas, el mercado cripto sufrió liquidaciones superiores a los 19.000 millones de dólares y caídas de hasta el 70% en algunos tokens, aunque el rebote fue veloz y Bitcoin recuperó el nivel de los 115.000 USD.

Ethereum mantuvo su liderazgo en stablecoins y finanzas descentralizadas (DeFi), creciendo un 66,8% en el trimestre y un 59% en el año, con un pico aún vigente de casi 5.000 USD por token. La dominancia de ETH subió del 9% al 14%, apuntalada por el ingreso de 11 entidades públicas con tesorerías que mantienen 3,5 millones de ETH. Los ETF al contado de Ethereum ya representan un 15% del mercado spot de este criptoactivo.
El market cap total del entorno cripto fluctuó entre los 3,25 billones y los 4,28 billones de dólares, este último su máximo histórico registrado en octubre de 2025.
El ecosistema de altcoins vivió su propia expansión. XRP y Solana destacaron por sus rendimientos y volúmenes, mientras que DEX como Uniswap y PancakeSwap cuadruplicaron su peso en el mercado.
Las stablecoins tuvieron un trimestre récord, con 15,6 billones de dólares en transferencias y una capitalización total que superó los 292.000 millones. USDT, USDC y USDe se mantienen como actores principales, y Ethereum y Tron concentran la emisión. El uso minorista alcanzó picos históricos y el empleo de stablecoins para remesas o pagos de nómina sigue creciendo.

En DeFi, Solana se consolidó como la principal alternativa a Ethereum, mientras que Sui y Avalanche marcaron récords de volumen y actividad, mostrando la diversificación y maduración de las finanzas descentralizadas.
Las perspectivas para el Q4 2025 estaban marcadas por pronósticos alcistas para Bitcoin y Ethereum, con algunos análisis apuntando a un rango de entre 140.000 y 200.000 USD para Bitcoin y hasta 7.000 USD para Ethereum. Tras el vaivén geopolítico y la fuerte corrección de octubre, la atención se concentra en el flujo hacia los ETF, la respuesta de los mercados ante posibles recortes de tasas por parte de la Reserva Federal y el avance de la arquitectura regulatoria en Estados Unidos y Argentina.
Para el ecosistema argentino, el foco estará en la consolidación y potencial expansión de la tokenización de activos, con Ripio explorando la digitalización de bonos, acciones y otros instrumentos bajo la nueva normativa habilitante. Este escenario permite avizorar un sistema financiero doméstico más inclusivo, transparente y alineado con las tendencias internacionales en activos digitales.