Miles de empleados de Starbucks iniciaron una huelga este jueves 13 de noviembre en decenas de ciudades de Estados Unidos. La protesta, bautizada como “Red Cup Rebellion”, busca presionar a la empresa de café durante uno de sus eventos comerciales más importantes: el Red Cup Day, cuando la cadena entrega vasos reutilizables de forma gratuita y experimenta un fuerte incremento de clientes.
De acuerdo con Starbucks Workers United (SWU), el sindicato que representa a los empleados, más de 1.000 trabajadores suspendieron labores en al menos 65 locales de Starbucks distribuidos en 40 ciudades, incluyendo Nueva York, Dallas, Minneapolis, Filadelfia y Seattle.
Estas acciones sindicales coinciden con el evento anual que dispara el tráfico en las tiendas; datos citados por Newsweek confirmaron un aumento del 31,7% en visitas durante el “Red Cup Day” de 2023, comparado con el promedio de las cinco semanas previas. En 2021 y 2022, el incremento fue aún mayor, con picos de 65% y 81%.
El sindicato acusa a Starbucks de negarse a negociar aspectos clave como salarios, dotación de personal y resolución de más de cien acusaciones de prácticas laborales ilegales, incluidas represalias contra sindicalistas. “Estamos convirtiendo la temporada del Red Cup en la Rebelión del Red Cup. La negativa de Starbucks a negociar un contrato sindical justo y a terminar con la persecución sindical nos obliga a tomar medidas drásticas”, declaró Amos Hall, barista en Pittsburgh, a ABC News.
La protesta de hoy es parte de una disputa sindical de larga data. Ambas partes se comprometieron a dialogar en febrero de 2024 para diseñar un “marco fundacional” en la negociación colectiva. Sin embargo, desde que se iniciaron las charlas oficiales en abril de ese año, los avances han sido mínimos. Según Bloomberg Law, el tiempo promedio para acordar un primer contrato sindical es de 409 días. En este caso, ya transcurrieron cerca de 625 días desde el primer compromiso formal.
Michelle Eisen, vocera de Starbucks Workers United y barista con 15 años de experiencia, afirmó a Newsweek que “no contract, no coffee es más que un eslogan; es un compromiso de interrumpir las operaciones y ganancias de Starbucks hasta lograr un contrato sindical justo y acabar con las prácticas laborales injustas. Starbucks conoce nuestra posición. Hemos sido claros sobre lo que necesitamos: mejor salario neto, horarios adecuados y resolución de los problemas legales. Traigan nuevas propuestas y podremos cerrar un acuerdo. Hasta entonces, estaremos presentes en la línea de piquete”.
Por su parte, la compañía minimizó el alcance de la huelga. “Estamos decepcionados de que Workers United, que representa a menos del 4% de nuestros partners, haya votado autorizar una huelga en vez de regresar a la mesa de negociación. Cuando estén listos para volver, nosotros también”, dijo Jaci Anderson, vocera de Starbucks, a ABC News.
La empresa sostiene que ya ofrece “el mejor empleo del sector minorista”, con más de 30 dólares la hora en promedio entre salario y beneficios para los empleados por hora y asegura que el impacto real en sus operaciones “será mínimo”, ya que “menos del 1% de las tiendas está afectada”.
Anderson agregó que “los hechos demuestran que a la gente le gusta trabajar en Starbucks. El compromiso de los partners está en alza, la rotación es casi la mitad del promedio de la industria y recibimos más de un millón de solicitudes de empleo al año”.
Starbucks asegura que menos del 1% de las tiendas resulta afectado y rechaza la cobertura del sindicato, al que atribuye solo el 4% de los empleados. (REUTERS/David Ryder)El sindicato afirma representar a más de 12.000 empleados en más de 600 sucursales; Starbucks, en cambio, calcula que el sindicato tiene 9.500 miembros en unos 550 locales de sus más de 10.000 tiendas estadounidenses.
Los empleados movilizados aseguran que la huelga es abierta y están dispuestos a escalar las protestas si no hay avances. “Por cada barista en huelga, decenas de aliados y clientes se han comprometido a respetar el piquete y no comprar en Starbucks mientras estemos en protesta”, explicó Dachi Spoltore, barista de Pittsburgh.
La dirección de Starbucks permanece firme en su posición de negociar, pero aclara que espera una propuesta nueva y realista de parte de los empleados sindicalizados. Mientras tanto, la compañía reportó ventas estables en Estados Unidos para el último trimestre, tras seis periodos consecutivos de caídas, lo que según el CEO Brian Niccol, denota que “el plan está funcionando”, aunque admite que todavía “hay mucho por hacer”.
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