
El presidente Donald Trump ha reintroducido una política de prohibición de viajes a Estados Unidos, que ahora abarca a ciudadanos de 12 naciones y establece restricciones adicionales para siete países más. La medida comenzó a aplicarse desde el lunes como una acción para proteger la seguridad nacional del país. La administración subrayó el riesgo de terrorismo y amenazas a la seguridad pública como motivaciones detrás de la decisión.
La nueva prohibición afecta a ciudadanos de Afganistán, Myanmar, Chad, la República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. Adicionalmente, personas de Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela enfrentan restricciones si intentan ingresar sin una visa válida. Esta política expansiva amplía las restricciones originales del mandato inicial del presidente Trump, que primero se dirigieron a países mayoritariamente musulmanes.
El presidente Trump vinculó la prohibición al reciente ataque terrorista en Boulder, Colorado, cuando un hombre extranjero atacó con bombas molotov y un lanzallamas improvisado a manifestantes pacíficos en una marcha pro-Israel. Cabe destacar que la prohibición no revoca visas otorgadas antes de su entrada en vigor, pero sí impacta a los solicitantes en proceso.

La política se basa en un decreto ejecutivo con fecha del 20 de enero, instruyendo a varios organismos federales a identificar “actitudes hostiles” hacia Estados Unidos como parte de un esfuerzo más amplio contra la inmigración ilegal. La administración afirmó que busca proteger a los ciudadanos estadounidenses de potenciales ataques terroristas y de aquellos que podrían “explotar las leyes de inmigración con propósitos maliciosos”.
Varios tipos de ciudadanos están exentos de la prohibición, incluidos quienes poseen green cards, ciudadanos con doble nacionalidad y ciertos atletas que participan en eventos deportivos internacionales. La administración también decidió que afganos que trabajaron con el gobierno estadounidense y minorías religiosas iraníes que huyen de la persecución no serán afectados.
La prohibición se fundamenta en un informe anual del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) que evalúa los países con altos porcentajes de nacionales que permanecen en Estados Unidos después de que sus visas expiran. Además de las restricciones generales, el gobierno intentó limitar las visas para ciertos estudiantes de China, especialmente aquellos vinculados al Partido Comunista Chino.

Gobiernos extranjeros han expresado su oposición a la nueva prohibición. En respuesta, el presidente Mahamat Deby Itno del país africano Chad anunció la suspensión de visas para ciudadanos estadounidenses. Por su parte, el consejo presidencial transitorio en Haití expresó que la prohibición probablemente afectará de manera indiscriminada a todos los haitianos.
Varias organizaciones de ayuda y derechos humanos, como Oxfam America, han criticado abiertamente la prohibición. Además, desde el ámbito académico y social, surgió inquietud sobre los nuevos procedimientos de control, como el escrutinio de redes sociales.
El gobierno federal no ha descartado horarios para ajustes potenciales a la lista de países afectados. Las autoridades indican que nuevos países podrían ser agregados si emergen nuevas amenazas globales. Normas mejoradas de esos países podrían, eventualmente, originar su remoción de la lista, si el DHS considera que cumplen con los requisitos de seguridad. En tanto, el secretario de Estado, Marco Rubio, recordó a embajadas y consulados estadounidenses que no deben revocar visas emitidas bajo la nueva política, a menos que los solicitantes incumplan los criterios excepcionales.