
Larry Fink, director ejecutivo de BlackRock, expresó su preocupación por el creciente clima de incertidumbre en los mercados financieros globales y comparó el momento actual con la crisis financiera de 2008, según declaraciones ofrecidas este viernes durante una llamada con analistas tras la presentación de los resultados del primer trimestre de la compañía.
Fink señaló que las conversaciones con los clientes están “dominadas por la incertidumbre y la ansiedad sobre los mercados y la economía”, en un contexto marcado por la volatilidad provocada por la reciente imposición de aranceles comerciales por parte del presidente Donald Trump. El 2 de abril, Trump anunció los aranceles más altos en un siglo, lo que generó caídas significativas en los mercados financieros. Entre el 3 y 4 de abril, el índice S&P 500 sufrió su mayor descenso en dos días desde marzo de 2020.
“El mercado no distingue entre Wall Street y Main Street”, afirmó Fink. “La caída afecta los ahorros de jubilación de millones de personas comunes y corrientes”. También expresó su sorpresa ante la magnitud de los aranceles: “Los arrolladores anuncios de aranceles de EEUU fueron más allá de lo que podría haber imaginado en mis 49 años en finanzas”.
En una entrevista posterior con CNBC, Fink advirtió que Estados Unidos está “muy cerca de una recesión o ya está en una”. Además, expresó su inquietud por la reacción del mercado de bonos del Tesoro a 10 años tras las medidas comerciales impuestas por la Casa Blanca.
Según Fink, los inversores han canalizado un récord histórico de aproximadamente 950.000 millones de dólares en cuentas de efectivo en BlackRock desde abril, en busca de refugio frente a la volatilidad. Esa cifra representa un nivel sin precedentes de liquidez disponible que podría movilizarse en los mercados de renta variable, deuda y activos privados.

A pesar del contexto adverso, Fink identificó posibles oportunidades de inversión a largo plazo. Mencionó el impacto potencial de la inteligencia artificial y la creciente demanda global por infraestructura como motores para reconfigurar los portafolios. También planteó la posibilidad de que parte del capital de los inversores se desplace hacia Europa, ante las actuales tensiones en la política económica estadounidense.
Los resultados del primer trimestre de BlackRock reflejaron esa complejidad. La empresa reportó una caída del 4% en su beneficio neto, que se situó en 1.510 millones de dólares, o 9,64 dólares por acción, frente a los 1.570 millones de dólares del mismo periodo del año anterior. Aun así, el beneficio ajustado fue de 11,30 dólares por acción, por encima de las previsiones de los analistas, que estimaban 10,08 dólares, según FactSet.
Los ingresos trimestrales alcanzaron los 5.280 millones de dólares, frente a 4.730 millones el año anterior, aunque ligeramente por debajo del consenso de 5.290 millones. La acción de BlackRock subía un 0,4% al inicio del viernes, aunque acumula una caída del 15,6% en lo que va de año, mientras que el S&P 500 retrocede un 10% en el mismo periodo.
Trump moderó parcialmente su postura el miércoles al suspender durante 90 días los “aranceles recíprocos”, aunque mantiene un arancel del 10 % para la mayoría de los países. En el caso de China, los aranceles se mantienen en el 145 % sobre las importaciones, lo que continúa tensionando el panorama comercial global.