La Segura dio nueva actualización de la recuperación de sus cirugías: aseguró que no ha tenido una recuperación fácil

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La vallecaucana aseguró que su pelo y su piel se han visto afectados por la resequedad - crédito @superlike/IG

La recuperación después de una cirugía estética mayor se ha convertido para Natalia Segura, conocida como La Segura, en un proceso lleno de desafíos físicos y emocionales, donde los cambios en su cabello han adquirido un significado crucial.

Sin filtros ante su audiencia digital, la influencer reveló: “Miren esta foto. No, el pelo no, mami. Esto que ustedes están viendo aquí es una belleza que he ido recuperando como esta última semana y media”.

Con estas palabras, resalta que la reconstrucción de la apariencia y salud capilar avanza lentamente, aunque persisten dificultades, especialmente durante las primeras semanas posteriores a la operación.

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La Segura mostró cómo avanzaLa Segura mostró cómo avanza su proceso de recuperación tras la extracción de los biopolímeros - crédito @harry_homa/Instagram

La Segura relata el proceso con franqueza: las secuelas de la cirugía han dejado huellas profundas en su vida cotidiana. Además, explicó que los efectos de la recuperación tras una lipo-lipectomía circunferencial sobrepasan ampliamente las molestias habituales de una intervención estética.

El agotamiento físico se refleja visiblemente en su cabello. “Como a mí se me está cayendo el pelo por la nariz. Marica, es miedoso. Y como se me reseca”, expresa con inquietud. Para ella, la caída del pelo va más allá de lo estético y representa una fuente de angustia emocional durante el proceso de curación.

Durante los primeros días tras la cirugía, la debilidad y la pérdida capilar resultaron especialmente intensas. Según cuenta, la combinación de desgaste físico por la intervención y el estrés orgánico y emocional generado han contribuido a este deterioro.

Natalia Segura contó que elNatalia Segura contó que el proceso de recuperación no ha sido fácil - crédito @la_segura / Instagram

La mejoría, aunque leve, le ha permitido advertir cambios positivos recientes, pero continúa alerta ante la posibilidad de un daño prolongado. A este cuadro se suma la resequedad capilar, síntoma que asocia tanto al trauma quirúrgico como a los medicamentos y la dieta especial que le ha recetado el equipo médico.

“Esto que ustedes están viendo aquí es una belleza que he ido recuperando”, refiriéndose a la imagen de un cabello relativamente repuesto, señalando que ese aspecto saludable ha sido ocasional durante su recuperación.

La pérdida de brillo y suavidad refuerza su sensación de vulnerabilidad física: percibe estos signos como evidencias claras de las huellas internas que ha dejado la cirugía y la lucha constante por volver a sentirse en control de su cuerpo y su rutina diaria.

Ignacio Baladán ha sido elIgnacio Baladán ha sido el apoyo para Natalia Segura en sus días de recuperación - crédito @la_segura/Instagram.

El impacto emocional de estas alteraciones se agrava por la movilidad reducida y las restricciones funcionales que experimenta. “No me puedo agachar todavía, marica. Es más, ni siquiera me puedo parar de la cama sola, todavía tengo la piel supertensa, o sea, como que yo estoy tratando de pararme en la cama y dije mana, no puedo, o sea, no me da para acostarme todavía solita en la cama”, lamenta.

La tensión constante de la piel intensifica la pérdida de autonomía y se une a las preocupaciones en torno al cabello, configurando un panorama donde el cansancio físico y la insatisfacción con la imagen corporal se potencian.

Esta situación se agrava por las dificultades para realizar tareas cotidianas, como sentarse o moverse con naturalidad, y la estricta rutina de cuidados postoperatorios.

Detalla: “No me puedo sentar. Esas son las condiciones actuales de la segurita mamita. Estoy en el comedor, pero encima del comedor, me toca montar una mesa. Como para que me quede altico”. La adaptación a estas limitaciones convierte a los problemas capilares en señales aún más significativas del proceso de ajuste a las nuevas condiciones corporales y a la transformación de su imagen personal.

La Segura ya había pasadoLa Segura ya había pasado por el quirófano debido a la gravedad de los biopolímeros en su cuerpo - crédito @la_segura/Instagram

La dieta hipercalórica y rica en proteínas, prescrita por su cirujano, apunta a contrarrestar los estragos de la cirugía y consolidar la recuperación general. “Mi cirujano plástico me mandó solo por este mes a comer de todo. Por la situación de la nalguita, que no queremos que se vaya, estoy comiendo, literal, muchísima proteína, pero aparte de eso, puedo comer lo que sea”, menciona.

La cicatriz resultante, que recorre todo su cuerpo, se convierte en recordatorio de la magnitud del proceso que afronta. “La cicatriz resultante recorre todo mi cuerpo”, comparte, remarcando que los cambios más contundentes no siempre son visibles o superficiales.

En cada actualización, La Segura demuestra que la condición y caída del cabello son indicadores clave de su estado general, asociando salud capilar, bienestar emocional y la resiliencia necesaria en cada paso de su recuperación.

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