
Antes de asumir el Papado, Robert Prevost fue presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. Desde ese mirador en Roma, el cardenal Prevost siempre explicitó su preocupación por los inmigrantes indocumentados que abandonaban sus hogares en America Latina para emprender un forzoso exilio rumbo a los Estados Unidos.
En esa posición pastoral, Prevost no estaba solo. Francisco caminaba a su lado.
El Papa argentino había diseñado un encuentro sinodal que lo bautizó “Construyendo Puentes”. Se trataba de una iniciativa que tenía como objetivo básico acercar y unir a las sociedades de todo el planeta. Y en esa propuesta ecuménica, la crisis de la inmigración en América Latina ocupaba un espacio esencial.
“Ser nosotros mismos puentes, instrumentos humildes y valientes de encuentro, de diálogo entre personas y grupos diferentes y opuestos”, sostuvo Francisco ante la Comunidad del Pontificio Colegio Nepomuceno, en noviembre de 2022.
León XIV colaboró en la iniciativa “Construyendo Puentes” y ayer envió un claro mensaje al mundo entero: el encuentro sinodal iniciado por Francisco continuará durante su papado.
“Construir puentes con el diálogo con el encuentro, llevándonos a todos a ser un sólo pueblo siempre en paz”, ratificó Prevost desde el balcón que solía utilizar Francisco.

En este contexto, el papa León XIV tendrá la misma posición que exhibía Francisco al momento de defender a los inmigrantes indocumentados que enfrentaban la agenda doméstica de Donald Trump.
Cuando Prevost todavía estaba a cargo del Dicasterio de los Obispos -un resorte con muchísimo poder en el Vaticano-, Francisco tuvo un lance dialéctico con JD Vance, que es vicepresidente de los Estados Unidos.
Antes de la segunda asunción de Trump, el pasado 20 de enero, Francisco participó de un programa popular en Italia que se llama Che Tempo Che Fa. Allí le preguntaron sobre las posibles medidas que implementaría Trump respecto a los inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos.
“Si es cierto, será una vergüenza, porque hace que los pobres desdichados que no tienen nada, paguen la cuenta”, contestó el Papa argentino.
Y unos días más tarde, Francisco redobló la apuesta pastoral.
Envió a la Casa Blanca -el 20 de enero, día de la asunción presidencial-, un telegrama oficial adonde lo felicitaba a Trump por su segundo mandato en el Salón Oval.
“Deseo que bajo su liderazgo el pueblo estadounidense prospere y siempre se esfuerce por construir una sociedad más justa, donde no haya lugar para el odio, la discriminación o la exclusión”, escribió el Santo Pontífice.
Trump le pidió a Vance que le contestara a Francisco, y el vicepresidente utilizó la red social X para replicar la opinión del Santo Padre.
“Simplemente busquen ‘ordo amoris’ en Google”, publicó Vance, el 30 de enero, en la red social X.
Y añadió: “Amas a tu familia, luego a tu prójimo, luego a tu comunidad, y luego a tus conciudadanos en tu propio país. Y después de eso, puedes centrarte y priorizar al resto del mundo”, dijo el vicepresidente para justificar la agenda migratoria de la administración republicana, citando un concepto clave de San Agustín.
Prevost es agustiniano, y Francisco utilizó sus conocimientos teológicos para redactar una carta de respuesta a los conceptos de Vance, que tiene a San Agustín como su patrono religioso. Esa misiva estaba dirigida a todos los obispos apostados en Estados Unidos.
La carta fue escrita por Francisco, pero el futuro Santo Pontífice aportó su interpretación sobre las enseñanzas de San Agustín. Prevost lo hizo porque compartía la misma mirada que Francisco: tener piedad y construir puentes para proteger a los inmigrantes latinos que dejan todo para alcanzar el sueño americano.
“El verdadero ordo amoris que debe promoverse” es “el amor que construye una fraternidad abierta a todos, sin excepción”, escribió el Papa en su carta abierta a los obispos estadounidenses.
Dialéctica religiosa, puño y letra de Francisco. Acompañado por Prevost, que lo hizo por convicción propia. Acá no hubo obediencia debida: fue un acto racional sostenido por las infinitas lecturas que había hecho sobre La Ciudad de Dios y la Trinidad, escritas por San Agustín en el siglo V.

Desde esta perspectiva, León XIV honrará el legado de Francisco I. Con su propio estilo y cadencia, pero su apostolado respecto a los inmigrantes indocumentados en Estados Unidos será idéntico al profesado por su antecesor en el trono de San Pedro.
“Somos discípulos de Cristo. Cristo va delante de nosotros. El mundo necesita su luz. La humanidad necesita de Él, como el puente para ser alcanzada por Dios y su amor. Ayúdennos también ustedes, luego los unos a los otros, a construir puentes, con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz. ¡Gracias al Papa Francisco!“, afirmó Leon XIV frente a la Plaza San Pedro.
Una definición inicial. Urbe et Orbi.