
La amenaza de intensas lluvias y vientos provocó la declaración de estado de emergencia en Carolina del Sur y la activación de alertas en varios estados del sureste de Estados Unidos ante el avance de un sistema tropical que podría transformarse en el huracán Imelda. Instituciones meteorológicas anticiparon que el fenómeno podría impactar zonas costeras e interiores desde el fin de semana y a lo largo de la siguiente semana, con riesgos de inundaciones y daños en infraestructura, según datos oficiales. La evolución del sistema, denominado Potencial Ciclón Tropical Nueve, genera preocupación tanto en autoridades locales como en organismos federales, conforme los modelos de pronóstico plantean escenarios de impacto diversos.
De acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés), el sistema se encuentra en las inmediaciones de las Bahamas y el oriente de Cuba, con estimaciones de desarrollo en tormenta tropical dentro de las próximas horas. El NHC comunicó que una vez llegue a vientos sostenidos de 65 kilómetros por hora (40 millas por hora), recibirá el nombre de Imelda, situándose como la novena tormenta de la temporada de huracanes en el Atlántico. Según la agencia Associated Press, los gobiernos estatales y municipales han intensificado los preparativos y emitido directrices a la población para reducir riesgos.
El fenómeno tropical surge mientras el huracán Humberto, de categoría 4, se mantiene en el Atlántico, a unos 600 kilómetros al noreste de las Islas de Sotavento del norte, con vientos de 230 kilómetros por hora. Las condiciones de ambos sistemas han obligado a expertos y autoridades a considerar eventuales interacciones que modifiquen la trayectoria de Imelda, tal como advirtieron el NHC y el Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos. Previamente, áreas del Caribe experimentaron impactos por lluvias asociadas a este sistema, provocando inundaciones en República Dominicana y advertencias en Jamaica, Cuba y Puerto Rico, informa AP.
El Centro Nacional de Huracanes indicó que el Potencial Ciclón Tropical Nueve se ubica entre las Bahamas y el oriente de Cuba mientras se desplaza hacia el noroeste. Las proyecciones sugieren que la formación podría alcanzar la costa sureste de Estados Unidos, en especial las Carolinas y Georgia, entre el lunes y el miércoles de la próxima semana. De acuerdo con los informes oficiales, la mayor incertidumbre reside en la trayectoria y la intensidad que el sistema pueda alcanzar. El NHC alertó sobre la posibilidad de que el ciclón logre fuerza de huracán antes de llegar a tierra, impulsando lluvias torrenciales y peligros de marejada en zonas habitadas del litoral atlántico.
La agencia The Weather Channel detalló que la eventual Imelda favorecerá acumulaciones de precipitación que superen los 150 milímetros (6 pulgadas) en algunos sectores, lo que incrementa el riesgo de inundaciones fluviales y urbanas. El rango de trayectoria modelado incluye tanto la opción de que el sistema ingrese por costas de Georgia o las Carolinas, como la posibilidad de que permanezca estacionario frente al litoral y propicie varios días de lluvias persistentes. Las autoridades insisten en la permanencia de la vigilancia, dada la variabilidad de los factores atmosféricos y la presencia de Humberto en las inmediaciones.

El gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, declaró el estado de emergencia como medida preventiva frente a la llegada de la tormenta tropical o posible huracán Imelda, según informó AP. Esta decisión permite acelerar la movilización de recursos, facilitar órdenes de evacuación si resultan necesarias y articular la respuesta de los equipos de gestión de emergencias estatales y locales. Las ciudades de Charleston y Conway emitieron comunicados oficiales sobre la activación de alertas, refuerzo de equipos de limpieza en alcantarillas y preparación de centros de atención ante posibles evacuaciones o cortes de suministro eléctrico.
La Cruz Roja Estadounidense en Carolina del Sur desplegó equipos de voluntarios, acopió suministros para albergues temporales y alentó a la ciudadanía a elaborar planes de contingencia y monitorear de forma permanente los avisos oficiales. “Nuestro compromiso es brindar apoyo antes, durante y después de la tormenta, en coordinación con las autoridades locales”, declaró la organización a través de un informe institucional publicado en su portal oficial. El departamento de energía de Carolina del Norte, administrado por Duke Energy, informó que dispone de protocolos automatizados para identificar las zonas de mayor riesgo de cortes eléctricos y movilizar cuadrillas de reparación de forma inmediata ante emergencias, según declaraciones de su vocero a AP.
Según el NHC, los ciudadanos de la franja atlántica desde Florida hasta Carolina del Norte deben mantener medidas de precaución, checar rutas de evacuación y asegurarse de contar con suministros suficientes de agua, víveres y medicinas durante varios días. El alerta se extiende a comunidades ubicadas río arriba, dado el potencial de afección a cauces, crecidas y saturación de suelos. Las rutas principales en los estados en riesgo podrían ser objeto de cierres parciales o controles para facilitar desplazamientos masivos y evitar accidentes.
El Servicio Nacional de Meteorología reiteró que los riesgos asociados incluyen el aumento súbito de caudales, desbordes y la interrupción de servicios básicos tanto en litoral como en áreas del interior. “El sistema es lo bastante amplio como para generar impactos considerables en áreas alejadas de la costa, aun en ausencia de un impacto directo”, advirtió la dependencia federal en un boletín difundido en medios nacionales estadounidenses como AP y The Weather Channel.

La presencia del huracán Humberto al noreste del Caribe constituye un elemento adicional para el pronóstico, ya que los especialistas identifican la posibilidad de que ambos sistemas interactúen y modifiquen sus trayectorias, fenómeno conocido como efecto Fujiwhara. El NHC señala que el desenlace depende de la proximidad, el tamaño y la intensidad de ambos ciclones en los siguientes días. Este contexto obliga a los meteorólogos a presentar distintos escenarios en sus modelos, incluido aquel donde el impacto a tierra se reduce y Imelda se aleja mar adentro.
Además, las autoridades meteorológicas destacan que la actual temporada de huracanes en el Atlántico ha sido más activa respecto al promedio, con nueve sistemas formados antes del cierre de septiembre, según estadísticas del NHC y datos de The Weather Channel.
Equipos de emergencias en los estados bajo alerta han dispuesto la preubicación de maquinaria para retiro de escombros, equipos de rescate y cuadrillas para restablecer el suministro eléctrico. Las escuelas públicas y centros comunitarios en las principales ciudades han sido preparados para ofrecer refugio temporal en caso de evacuaciones obligatorias. Los hospitales y servicios de emergencia han reforzado inventarios y capacidades operativas, en coordinación con el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense.
La recomendación institucional enfatiza la importancia de mantenerse informado a través de fuentes oficiales, especialmente durante los próximos días, mientras se confirma el desarrollo de la tormenta y su posible intensificación como huracán. Los residentes y visitantes en áreas de riesgo han sido instados a seguir permanentemente las actualizaciones que difundirá el NHC y los organismos estatales.
El impacto potencial para millones de habitantes de la costa sureste de Estados Unidos depende de la evolución del sistema en las próximas 48 a 72 horas. Las autoridades y agencias mantienen la vigilancia sobre el Potencial Ciclón Tropical Nueve ante la posibilidad de que se convierta en Imelda y genere condiciones peligrosas para la población y la infraestructura.