 El portavoz de la ONU, Farhan Haq (Foto: EP)
El portavoz de la ONU, Farhan Haq (Foto: EP)La Organización de las Naciones Unidas (ONU) expresó este jueves su rechazo a la reanudación de los ensayos nucleares en Estados Unidos, tras el anuncio realizado por el presidente Donald Trump sobre el inicio inmediato de nuevas pruebas atómicas.
El portavoz adjunto del secretario general, Farhan Haq, afirmó en rueda de prensa que “los ensayos nucleares jamás pueden permitirse, bajo ninguna circunstancia”, y recordó la preocupación de António Guterres ante el actual aumento de los riesgos nucleares a nivel mundial. En palabras de Haq, “deben evitarse todas las acciones que pudieran provocar errores de cálculo o una escalada con consecuencias catastróficas”.
El posicionamiento de la ONU surge luego de que Trump comunicara, a través de la red Truth Social, que su gobierno ordenó al Pentágono la reactivación de pruebas con armamento nuclear “en igualdad de condiciones” respecto a los recientes ensayos armamentísticos de Rusia. El mandatario estadounidense anunció que este proceso “comenzará de inmediato”. La decisión tiene lugar luego de que Moscú confirmara nuevas pruebas de sus sistemas nucleares, como el supertorpedo Poseidón y el misil de crucero Burevestnik.
Trump justificó públicamente la reanudación alegando la necesidad de garantizar la operatividad del arsenal estadounidense y mantener la posición estratégica frente a Rusia y China. “Rusia está en segundo lugar, y China está muy por detrás, pero estará a la par en cinco años”, aseguró el presidente en declaraciones recogidas por la prensa. Sin embargo, datos del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) indican que Rusia supera actualmente a Estados Unidos en número de ojivas nucleares —unos 4.309 artefactos desplegados o almacenados, frente a 3.700 de Estados Unidos y 600 de China.
A bordo del Air Force One, Trump aclaró ante periodistas que los detalles sobre el lugar y fecha de las pruebas se anunciarán próximamente, sin especificar si se tratarán de ensayos de cabezas nucleares —las últimas en Estados Unidos se realizaron en 1992— o pruebas de sistemas portadores.
El vicepresidente JD Vance defendió la medida aludiendo a la importancia de asegurar la fiabilidad del arsenal nacional: “Es una parte importante de la seguridad estadounidense”.
Ante la escalada, portavoces de China solicitaron a Washington “respetar seriamente la prohibición de los ensayos nucleares” y tomar “medidas concretas para preservar el sistema mundial de desarme y no proliferación nucleares”, mientras el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, matizó que las recientes pruebas rusas no constituyen ensayos nucleares, sino de armas capaces de portar ojivas atómicas.
Actualmente, Estados Unidos es signatario del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT), aprobado por la ONU en 1996, pero nunca ha ratificado el acuerdo, por lo que su entrada en vigor permanece en suspenso. Desde el fin de la Guerra Fría, Washington únicamente ha realizado experimentos subcríticos, permitidos bajo los límites del tratado y sin generar explosiones atómicas. La reactivación de las pruebas supondría el fin de la moratoria nuclear que el país mantiene desde hace más de 30 años, reviviendo el debate internacional sobre los riesgos de una nueva carrera armamentista nuclear.
El anuncio de Trump se enmarca en un contexto de deterioro creciente en las relaciones entre Washington y Moscú, marcado por el estancamiento de las negociaciones de paz en Ucrania y un endurecimiento de la postura de Estados Unidos hacia el Kremlin. La semana pasada, Trump pospuso de forma indefinida un encuentro previsto con Putin en Budapest, mientras la OTAN realizó en Países Bajos ejercicios para poner a prueba su dispositivo de respuesta ante un posible empleo del arma nuclear.
Desde Moscú, Putin celebró recientemente el éxito en la prueba del misil de crucero Burevestnik, del que afirmó tiene “un alcance ilimitado” y la capacidad de eludir defensas antiaéreas, así como la prueba del dron submarino Poseidón, ambos con capacidad para portar cabezas nucleares. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, puntualizó que estas pruebas no corresponden a detonaciones nucleares, sino a ejercicios con sistemas que pueden cargar ojivas atómicas.
 Putin anunció la prueba con éxito del nuevo misil crucero a propulsión nuclear 'Burevestnik'
Putin anunció la prueba con éxito del nuevo misil crucero a propulsión nuclear 'Burevestnik'El historial de pruebas nucleares en Estados Unidos refleja más de un millar de ensayos realizados entre la Segunda Guerra Mundial y 1992, pasando de ensayos atmosféricos a subterráneos a partir de 1963. La última prueba nuclear estadounidense se efectuó el 23 de septiembre de 1992 en Nevada. Desde entonces, la moratoria fue establecida de manera indefinida tras la aprobación legislativa y la presión tanto de la comunidad internacional como de la opinión pública norteamericana, que veía en la desnuclearización un objetivo de liderazgo global para el país.
Pese a la suspensión de ensayos, las fuerzas estadounidenses han continuado realizando experimentos subcríticos diseñados para verificar la seguridad y eficacia del arsenal, sin liberar energía atómica, lo que queda dentro de los límites del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares. No obstante, ese tratado, aprobado en 1996, nunca ha sido ratificado por Estados Unidos ni por China, lo que impide, hasta la fecha, su entrada en vigor plena.
A nivel internacional, los tratados en vigor limitan severamente el alcance de las pruebas nucleares, pero la nueva disposición de Estados Unidos reabre el debate sobre el futuro del control de armamento. El acuerdo bilateral más importante vigente entre Washington y Moscú es el tratado Nuevo START, que impone un máximo de 1.550 ojivas nucleares estratégicas desplegadas para cada parte, aunque sus mecanismos de inspección están interrumpidos desde hace dos años y su expiración está prevista para febrero próximo. Rusia ha propuesto alargarlo un año más, sin mencionar el restablecimiento de inspecciones de arsenales.
Al margen de los marcos legales internacionales, la retórica nuclear ha vuelto al primer plano de la diplomacia global desde el inicio de la invasión de Ucrania en 2022, convirtiéndose en herramienta periódica de presión geopolítica. Consultado sobre los riesgos de descontrol en la actual escalada, Trump manifestó: “No lo creo. Creo que está bastante bien controlado”.
(Con información de AFP, EFE, EP y Reuters)
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