La NASA advierte que la actividad solar está aumentando tras décadas de calma

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La actividad solar registra unLa actividad solar registra un aumento tras más de tres décadas de tendencia descendente, de acuerdo con la NASA. (NASA/Johns Hopkins APL/Steve Gribben/REUTERS)

El Sol, fuente de energía de nuestro sistema planetario, presenta desde 2008 un incremento progresivo en su actividad, un fenómeno que ha sorprendido a la comunidad científica y que podría tener consecuencias directas tanto para el clima espacial como para la tecnología en la Tierra.

Según informó la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) durante la última semana, este repunte ocurre luego de un período de descenso que se extendió por más de tres décadas.

El estudio, elaborado por Jamie Jasinski, físico especializado en plasma espacial del Jet Propulsion Laboratory de la NASA, revela que el Sol está “despertando lentamente” después de lo que se preveía sería una etapa histórica de baja actividad.

“Todas las señales indicaban que el Sol iba a entrar en una fase prolongada de baja actividad”, comentó Jasinski en un comunicado recogido por la NASA. “Así que fue una sorpresa ver que esa tendencia se revirtió. El Sol está despertando lentamente”.

El Ciclo Solar 25, iniciadoEl Ciclo Solar 25, iniciado en 2020, marca el retorno de explosiones de plasma solar y fluctuaciones magnéticas en el sistema solar. (NASA/Johns Hopkins APL/Steve Gribben/REUTERS)

Este trabajo, difundido por la agencia y publicado en la revista Astrophysical Journal Letters en septiembre, muestra que los sistemas de observación detectaron un aumento marcado en las explosiones de plasma solar y en la intensidad de los campos magnéticos solares desde el año 2008.

El periodo previo, comprendido aproximadamente entre los años 1980 y 2008, estuvo caracterizado por un debilitamiento constante en la actividad solar, alcanzando el mínimo histórico registrado ese último año, según la NASA.

El comportamiento del Sol se regula en ciclos de 11 años, aunque algunos patrones pueden extenderse por lapsos más largos. Actualmente la Tierra transita el llamado Ciclo Solar 25, iniciado en 2020.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) indica que este ciclo anterior fue el más débil en un siglo, condición que llevó a varios expertos a pensar que el Sol mantendría esa quietud, sumiéndolo en lo que denominaron “mínimo solar profundo”.

La NASA y la NOAALa NASA y la NOAA preparan el lanzamiento de las misiones IMAP y SWFO-L1 para vigilar el impacto del clima espacial sobre la tecnología terrestre. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Esa idea fue descartada ante la evidencia reciente. Como subraya Jasinski en declaraciones recogidas por la propia NASA, “luego la tendencia decreciente del viento solar terminó”.

La investigación, que contó con la colaboración de Marco Velli, también del Jet Propulsion Laboratory, identificó flujos crecientes de plasma solar y picos en las mediciones de campos magnéticos en toda la extensión del sistema solar, condiciones que dependen de la actividad solar.

De acuerdo con proyecciones de la NOAA, el siguiente ciclo (Ciclo Solar 26) podría empezar entre enero de 2029 y diciembre de 2032, aunque la agencia todavía no ha publicado una estimación detallada sobre su comportamiento.

La relevancia de estos hallazgos radica en el impacto potencial del clima espacial sobre la infraestructura moderna. Los especialistas consultados por la NASA recuerdan que las tormentas solares, las fulguraciones solares y las eyecciones de masa coronal pueden alterar el funcionamiento de satélites, sistemas de navegación por GPS, redes eléctricas y comunicaciones radiales terrestres.

Una serie de fulguraciones solaresUna serie de fulguraciones solares en 2024 permitió observar auroras boreales en zonas inhabituales, incluso en el sur de México. (NASA)

“Las predicciones del clima espacial son fundamentales para apoyar a las naves y astronautas de la campaña Artemis”, advirtió la NASA, resaltando la importancia de conocer con precisión el entorno espacial para reducir la exposición de los astronautas a la radiación proveniente del Sol.

En mayo de 2024, la NASA registró la tormenta geomagnética más intensa de los últimos 20 años, fenómeno que incluyó la presencia de varias erupciones solares de clase X —la más alta en la escala— impulsando la aparición de auroras boreales a latitudes mucho más bajas de lo habitual, incluso observándose en regiones del sur de México.

The Conversation consignó declaraciones del ingeniero eléctrico David Wallace, quien detalló los riesgos: “los proveedores de internet podrían dejar de operar, lo que provocaría la caída de múltiples sistemas de comunicación. Los sistemas de radio de alta frecuencia, como los enlaces tierra-aire y marítimos, serían interrumpidos”.

Detalle de la aurora borealDetalle de la aurora boreal visible en el horizonte nocturno, fenómeno impulsado por la reciente actividad del Sol. (X@GGerardox2)

Para mejorar la vigilancia del espacio, NASA ha anunciado el lanzamiento de la misión Sonda de cartografía y aceleración interestelar (IMAP) y del Observatorio Geocorona Carruthers en alianza con la NOAA, además de la próxima puesta en órbita de la misión SWFO-L1, utilizando cohetes Falcon 9 de SpaceX.

Esta iniciativa sigue a la reciente colaboración para desplegar los satélites gemelos TRACERS, que estudian cómo el viento solar interactúa con el campo magnético terrestre.

Actualmente, el monitoreo constante y el desarrollo de nuevas tecnologías de observación constituyen la principal estrategia global para anticipar y mitigar los efectos adversos de un incremento inesperado de la actividad solar sobre la vida en la Tierra y la seguridad de las misiones espaciales.

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