La milagrosa recuperación de Luna, una perrita que mostró su vitalidad antes de ser sacrificada: “No estaba lista para irse”

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La mascota de edad avanzadaLa mascota de edad avanzada superó el pronóstico y recuperó su energía justo antes de ser sacrificada. (IG: @adventures_of_foxy_and_luna)

En un emotivo y sorprendente giro del destino, una familia que se preparaba para decir adiós a su perrita rescatada, Luna, fue testigo de un momento milagroso cuando, justo antes de ser sometida a eutanasia, la pequeña mestiza de caniche toy se levantó y pidió comida.

Adoptada con una década de edad gracias a la organización Best Friends Animal Society, la canina vivió con sus dueñas la Dra. Melo-Jean Yap y Taina Brown, además de su otro lomito rescatado, Foxy, durante siete años. Ya con problemas de salud propios de la vejez, su situación empeoró hasta que sus cuidadoras se enfrentaron a la difícil decisión de sacrificarla.

“Hace un año, esto pasó”, relató Brown en entrevista exclusiva con PEOPLE. “El veterinario de urgencias recomendó la eutanasia de Luna, ya que no había comido ni se había levantado en días, incluso después de pasar la noche en el hospital veterinario de urgencias. Finalmente accedimos e incluso recogimos su urna. Pero mientras esperábamos la inyección, ella se puso de pie y empezó a buscar comida: era su hora de cenar”.

Cuando todo parecía perdido yCuando todo parecía perdido y la familia se despedía, la mascota mostró signos de mejoría. (IG: @adventures_of_foxy_and_luna)

Todo comenzó cuando Yap llevó a la canina al veterinario mientras su pareja se encontraba fuera de la ciudad. “Pensamos que solo eran problemas estomacales habituales de las personas mayores, pero tenía fiebre y apenas se movía”, explicó a PEOPLE.

A su llegada a la clínica de urgencias, donde fue trasladada para reanimarla, Luna fue tratada con mantas calientes y fluidos intravenosos, sin embargo, no hubo una respuesta significativa. “Dijeron que no respondía como querían”, recordó la mujer. “Nos dijeron: ‘Pueden tenerla aquí más tiempo, pero no puede vivir sola así’. Apenas pudo mantenerse en pie tres segundos antes de caerse”.

La pareja firmó los documentos para la eutanasia con lágrimas en los ojos. “Estábamos en una pequeña habitación privada, abrazándola, llorando mucho”, compartió Brown. “Uno de los técnicos veterinarios nos tomó las últimas fotos familiares; teníamos los ojos hinchados, estábamos exhaustas y sentíamos que era el fin”.

Fue entonces cuando ocurrió la inesperada situación. “Empezó a hacer lo mismo que siempre hacía a la hora de cenar: husmear y desplazarse de un lado a otro como si buscara comida”, dijo Brown. “Como llevaba días sin caminar, nos quedamos impactados. Se lo dijimos al técnico veterinario y nos preguntó si queríamos ofrecerle alimento”.

“Lo inhaló como si hubiera dado un giro de 180 grados”, relató la propietaria de la canina. “Estaba tan diferente y nos quedamos pensando: ‘¿Qué acaba de pasar?’”. Yap añadió: “Le volvieron a revisar las constantes vitales y acababa de mejorar. ¡Al parecer, solo estaba motivada por la comida!”.

Debido a la súbita recuperación, ambas decidieron cancelar el procedimiento, devolvieron la urna y llevaron a Luna de vuelta a casa. “Fue surrealista”, dijo Taina para PEOPLE. “Lo primero que hizo fue ir directamente a su plato”.

En los días y semanas siguientes, la canina mostró signos de mejoría y se transformó por completo. “Empezó a saltar como un conejito”, contó Yap. “No solo de vez en cuando, sino cada vez que la sacaba al patio”. Brown complementó: “Nunca la había visto tan activa en los ocho años que la tuvimos”.

Aunque algunos veterinarios advertían que ese tipo de comportamiento podía representar un “último impulso”, no fue así. “Pensamos que quizá era eso, pero pasaron los meses y seguía corriendo”, dijo una de sus dueñas. “Simplemente no estaba lista para irse”.

La historia de Luna inspiróLa historia de Luna inspiró a adoptar y cuidar animales mayores. (IG: @adventures_of_foxy_and_luna)

Luna había llegado a sus vidas ya mayor, con apenas dos kilos y medio, y en mal estado. Sin embargo, la pareja no escatimó en cuidados para sus lomitos mayores.

“Queríamos que tuvieran una calidad de vida realmente buena”, explicó Brown en la entrevista citada. “El secreto está en miles de dólares en gastos de mascotas y cientos de dólares en comida para perros de muy buena calidad y apta para humanos”. Yap complementó: “Incluso les hicimos caldo de huesos porque ambos tenían artritis”.

Finalmente, la caniche toy falleció en 2025, meses después de su milagrosa recuperación, pero dejó una huella imborrable en ambas mujeres y en la comunidad digital, pues Yap compartió su historia en redes sociales para conmemorar el aniversario de ese “pequeño milagro”. “Me metí en TikTok porque todavía estaba de luto”, dijo. “No esperaba que se volviera viral”.

“La gente comentaba sobre sus propias mascotas o cómo se inspiraron para adoptar un perro mayor”, señaló Brown. Para ambas, la experiencia fortaleció su convicción sobre la importancia de acoger mascotas ancianas. “La cuidamos durante ocho años y medio. Algunos perros ni siquiera tienen tanto tiempo desde que nacen”, reflexionó Melo.

Al respecto, Brown concluyó: “Cuando traes una mascota a casa, te comprometes a crear un hogar feliz, para ellos y para ti”. Para ella, amar a una mascota implica adaptarse: “Es un compromiso, como cualquier relación. Si no estás listo para eso, no lo hagas”.

Así, la historia de Luna es más que una recuperación milagrosa viralizada en plataformas digitales, es una historia de compromiso y amor incondicional. “Era una buena perra. Era nuestro milagro”, concluyeron.

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