
El piping plover, ave playera en peligro de extinción, alcanzó un máximo histórico en la región de los Grandes Lagos con 88 parejas reproductoras registradas el verano pasado.
Este logro, fruto de más de 30 años de trabajo conjunto, refuerza la preservación de playas y la biodiversidad, según informó University of Michigan News.
La recuperación del piping plover, al borde de la desaparición en los años 80, se considera un ejemplo de éxito en conservación ambiental y una fuerza impulsora en la defensa de los ecosistemas costeros.

En 1990, la población de esta ave en los Grandes Lagos se redujo a entre 12 y 17 parejas, entonces todas en Michigan. Hoy, recolonizó playas de Wisconsin, Illinois, Ohio, Pennsylvania, Nueva York y Ontario, Canadá.
Este avance es resultado del programa de recuperación liderado por la University of Michigan Biological Station, Potter Park Zoo, Detroit Zoological Society, University of Minnesota y el U.S. Fish and Wildlife Service.
“Es gratificante formar parte de una historia de conservación que también es una historia de Michigan”, afirmó Sarah Foote, referente del programa en Potter Park Zoo, quien cuenta con 15 veranos de experiencia en la estación biológica. Foote destacó la trascendencia de rescatar aves que sin intervención morirían.

La presencia del piping plover en playas estratégicas impidió la urbanización y el desarrollo excesivo, según Francie Cuthbert, profesora emérita de la University of Minnesota.
Gracias a la protección legal, estas áreas se conservaron como playas silvestres, lo que beneficia a otras especies raras y a las comunidades humanas que disfrutan de estos entornos naturales.
Aimée Classen, directora de la University of Michigan Biological Station, subrayó: “Estamos viendo un declive global de la biodiversidad y este programa ayuda a frenar esa pérdida. Ochenta y ocho parejas reproductoras son un signo del éxito alcanzado”.

Pese al éxito, la supervivencia del piping plover sigue amenazada. Playas como Sleeping Bear Dunes y North Manitou Island, donde anida, reciben numerosos visitantes y mascotas, lo que puede interferir con la reproducción.
Además, depredadores como coyotes, zorrillos, gaviotas y aves rapaces provocan que hasta un 28% de los nidos se pierdan cada temporada, ya sea por la muerte de un progenitor o por inundaciones. “Recuperar la población es un proceso muy lento. Existen muchas amenazas que impiden un crecimiento mayor”, advirtió Cuthbert.
La estrategia de cría y liberación involucra decenas de científicos, voluntarios, tribus y agencias gubernamentales de seis estados y Ontario. Cuando un nido queda abandonado, los huevos, con autorización federal, se trasladan al Piping Plover Captive Rearing Center, gestionado por la Detroit Zoological Society, la University of Minnesota y el U.S. Fish and Wildlife Service. Allí, los polluelos, incubados y criados por especialistas y zookeepers que rotan en turnos de dos semanas, se preparan en instalaciones junto al lago Douglas, donde adquieren las habilidades necesarias para sobrevivir.
Antes de ser liberados, cada ave recibe un sistema único de bandas de colores para su identificación en la naturaleza. Stephanie Schubel, coordinadora de campo, destacó la necesidad de proteger también los lugares de invernada, ya que los plovers pasan ahí la mayor parte del año.

Desde el comienzo del programa, se liberaron más de 400 aves, con una tasa de retorno del 25-30% para los individuos criados en cautiverio, cifra comparable a los polluelos nacidos en libertad. “Eso es excepcional. La mayoría de los esfuerzos de conservación no logra tasas de éxito como esta”, afirmó Classen.
La recuperación del piping plover se transformó en un motor para la educación ambiental y el turismo sostenible en la región. La presencia de esta ave no solo refleja la salud de los ecosistemas costeros, sino que despierta el interés de residentes y visitantes por la naturaleza. “Los plovers son un símbolo de la costa de los Grandes Lagos; donde ellos están protegidos, también lo están otros hábitats y especies raras”, señaló Cuthbert.
Observar al piping plover en su entorno natural abrió nuevas perspectivas para estudiantes, habitantes y cuidadores, quienes valoran la importancia de cuidar la vida silvestre y los ecosistemas que la sostienen, concluyó University of Michigan News.