
La publicación de la novena edición del informe Ipsos Global Trends en septiembre de 2025 marca un punto clave en la comprensión de las tendencias globales que configuran la sociedad, la tecnología y la economía. Basado en encuestas a más de 33.000 personas en 43 países, el estudio revela profundos cambios y contradicciones: fragmentación de la globalización, avance de la inteligencia artificial, polarización, inquietud climática, interés por la salud holística, retorno a estructuras tradicionales, nihilismo contemporáneo, crisis de confianza y un auge del individualismo.
El informe identifica una fragmentación de la globalización. Aunque el 64% la considera positiva para su país, aparecen divisiones importantes. El 70% de los ciudadanos prefiere productos nacionales, mientras que el 60% percibe beneficios personales de la globalización, con diferencias notorias entre países emergentes y desarrollados.
El proteccionismo crece en varios mercados: solo el 37% de estadounidenses respalda aumentar barreras comerciales, frente al 62% en México. La reactivación de iniciativas como “Hecho en México” y la caída del turismo internacional hacia Estados Unidos reflejan la preferencia por lo local y la incertidumbre mundial.
La desigualdad es una preocupación: el 78% considera que las grandes diferencias económicas perjudican a la sociedad. La brecha entre pobreza y élites se amplía, con un crecimiento acelerado de multimillonarios.
La inmigración emerge como el tema más polarizante, ya que el 65% afirma que hay demasiados inmigrantes en su país, cinco puntos más que el año anterior. Esta percepción se intensifica en países como Rumanía, Croacia, Japón y Portugal, donde los debates políticos han amplificado la tensión.
La polarización también afecta al entorno familiar: el 47% observa más conflictos entre familiares con valores diferentes, lo que muestra la fragmentación de las estructuras tradicionales y la aparición de nuevas ideologías y alianzas.
La preocupación ambiental tiene amplio consenso: el 78% opina que el desastre ecológico es inminente si no cambiamos nuestros hábitos pronto, frente al 73% en 2014. Sin embargo, crece disminuye la urgencia por actuar; el 71% declara que ya hace todo lo posible por el medio ambiente.
El informe atribuye esta actitud a la percepción de que la responsabilidad corresponde al colectivo y a la dificultad de equilibrar sostenibilidad y asequibilidad, sobre todo ante la inflación y las tensiones comerciales.
Las brechas generacionales son evidentes: los Baby Boomers consideran que ya hicieron suficiente, mientras que la Generación Z está más dispuesta a intensificar sus acciones, lo que abre oportunidades para nuevos liderazgos climáticos juveniles.
El avance tecnológico, especialmente de la inteligencia artificial (IA), provoca emociones encontradas. El 71% opina que la tecnología es necesaria para solucionar los problemas futuros y el 72% no concibe su vida sin internet. Al mismo tiempo, el 56% teme que el progreso tecnológico destruya sus vidas.
El informe revela una tensión entre el asombro y la inquietud tecnológica. Pese a que la opinión sobre la IA se ha mantenido estable desde el auge de herramientas como ChatGPT, el 74% muestra preocupación por el uso de sus datos personales, mientras que el 47% cree que hay un exceso de preocupación por la privacidad. China y Hong Kong presentan mayor optimismo sobre la IA que Estados Unidos, donde solo el 39% lo percibe de modo favorable.

La salud se enfoca de forma integral. El 84% considera que podría mejorar su bienestar físico y el 81% opina igual sobre su salud mental. Un 79% busca mayor autonomía en el cuidado personal, mientras el 68% prefiere informarse directamente antes que depender solo de los médicos.
La popularidad de los medicamentos GLP-1 para perder peso destaca como el fenómeno del año, aunque generan preocupación por su alto costo y por acentuar las desigualdades en el acceso a la salud, un aspecto que el 65% menciona como motivo para perder peso. Se espera que para 2030 la mitad de la población adulta mundial presente un índice de masa corporal elevado.
El informe detecta un retorno a valores y estructuras tradicionales. El 60% expresa el deseo de que su país recupere características del pasado, un sentimiento reforzado tras la pandemia. Esta nostalgia impulsa la reivindicación de modelos históricos de poder, enfoques de género y familias convencionales. A su vez, aumentó el porcentaje de quienes creen que solo existen dos géneros, aunque el respaldo a la libertad transgénero se mantiene alto.
Crecen el desencanto político y la sensación de impotencia, en una dinámica denominada “Nouveau Nihilism”. Un 70% siente que su gobierno ignora sus preocupaciones y el 77% duda que los servicios públicos mejoren la vida de las personas a corto plazo.
Prevalece la mentalidad de enfocarse en el presente: el 66% prefiere vivir el día a día ante la incertidumbre futura. Esta actitud de rechazo al sistema y búsqueda hedonista impacta en los hábitos de consumo y la participación social.
En un entorno saturado de información, la confianza se vuelve un recurso escaso. El 67% tiende a elegir marcas que reflejan sus valores y el 77% confía más en productos conocidos. Sin embargo, la fe en gobiernos y líderes empresariales es baja: el 56% considera que “el sistema está roto”.
Ipsos Global Trends muestra que la confianza se traslada a círculos cercanos —familia, amistades — y a marcas percibidas como auténticas.
Predomina la tendencia a definir principios propios: el 84% opina que cada persona debe marcar sus normas y el 86% prioriza equilibrar trabajo y vida sobre el éxito profesional clásico. Las experiencias personalizadas ya se consideran fundamentales, impulsadas por la tecnología y la inteligencia artificial.
El informe destaca que este individualismo se manifiesta en la búsqueda de autonomía, la redefinición de éxito y la expansión de modos de vida alternativos, como el rechazo a la cultura del esfuerzo extremo o la elección consciente de no tener hijos.
Ipsos Global Trends concluye que quienes se adapten a esta complejidad —aportando valor local, construyendo confianza y facilitando el control individual— estarán mejor posicionados para prosperar en la década de la incertidumbre.