
La Fiscalía General de Brasil defendió este miércoles la prisión domiciliara para el ex presidente Fernando Collor de Mello, recluido en una cárcel de Maceió (en el nordeste del país) tras ser condenado por la Corte Suprema por corrupción.
Según la fiscalía, los documentos presentados por la defensa del ex jefe de Estado comprueban la gravedad de su estado de salud.
“La permanencia del custodiado en prisión domiciliaria es una medida excepcional y proporcional a su edad y estado de salud, cuya gravedad ha sido debidamente comprobada”, señala el ente acusador.
De acuerdo con la entidad, el estado de salud de Collor de Mello, de 75 años, puede verse comprometido “si se le mantiene alejado de su hogar y de las medidas obligatorias y protectoras que el Estado debe garantizar”.
El parecer de la Fiscalía responde a una solicitud del magistrado del Supremo Tribunal Federal Alexandre de Moraes, luego de que la defensa del ex presidente pidiera, desde el momento de su captura, que Collor de Mello cumpliera la pena en su residencia.
Según los abogados, el ex jefe de Estado tiene “graves” problemas de salud por su edad, como párkinson y trastorno afectivo bipolar, por lo que solicitó desde un inicio su prisión domiciliaria.
Collor de Mello fue detenido luego de que De Moraes rechazara, la semana pasada, el último recurso del también ex senador y ordenara el “inicio inmediato de la sentencia condenatoria”, en régimen inicialmente cerrado, una decisión que fue avalada por la mayoría de los jueces que integran el Supremo.
El ex mandatario fue hallado culpable por participar en una trama de corrupción en la empresa BR Distribuidora, antigua subsidiaria de la petrolera estatal Petrobras, en un proceso derivado de la megacausa Lava Jato.
Según la sentencia, el ex senador, con la colaboración de dos empresarios, “recibió 20 millones de reales (3,5 millones de dólares o 3,1 millones de euros al cambio actual) para viabilizar de forma irregular contratos de BR Distribuidora” con una tercera compañía “para la construcción de bases de distribución de combustibles”.
La corte suprema de Brasil ratificó el martes la condena de ocho años y 10 meses de cárcel contra el ex presidente Fernando Collor de Mello (1990-1992) por corrupción.
Primer presidente elegido por sufragio universal después del régimen militar (1964-85), Collor fue encarcelado en la prisión Baldomero Cavalcanti de Oliveira en un “ala especial” y en celda individual por su “condición de ex mandatario”.
Con un discurso inconformista y una imagen jovial, Collor generó grandes expectativas al llegar al poder en 1990 prometiendo reformar en profundidad la vida política y social de Brasil. El apodado “cazador de marajás”, como llamaba a funcionarios de altos sueldos, sin embargo renunció a la presidencia en 1992 por denuncias de corrupción.
Desde el fin de la dictadura militar, en 1985, cuatro de los siete ocupantes del palacio presidencial de Planalto fueron condenados, encarcelados o destituidos. Y el ex mandatario Jair Bolsonaro (2019-2022) está a las puertas de ser juzgado por una tentativa de golpe de Estado tras ser derrotado cuando buscaba la reelección.
(Con información de AFP y EFE)