La ciencia resolvió un crimen de hace 700 años: identifican al duque Béla de Macsó tras un siglo de misterio

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Cráneo del individuo investigado, procedenteCráneo del individuo investigado, procedente del monasterio dominico del siglo XIII en la isla Margarita, Budapest (Crédito: Universidad Eötvös Loránd)

En el corazón de Budapest, un esqueleto despertó un antiguo misterio. Durante más de cien años, los huesos hallados en la isla Margarita esperaron respuestas definitivas sobre un crimen que conmocionó la corte húngara en el siglo XIII. La ciencia, siglos después, logró probar la identidad de la víctima y los detalles de su muerte.

El relato, envuelto en traiciones y luchas por el poder, giraba en torno al asesinato violento del duque Béla de Macsó. De acuerdo a Science Daily, cada trauma en el cráneo y corte en el torso sugerían la brutalidad de su final, mientras leyendas y documentos medievales señalaban a enemigos de sangre azul.

Macsó fue miembro directo de las casas Árpád y Rurík. Fue asesinado en noviembre de 1272, según relatan crónicas austríacas del siglo XIII. La víctima tenía vínculos con familias reales de Europa central y fue nieto del rey Béla IV de Hungría.

La ciencia identificó al duqueLa ciencia identificó al duque Béla de Macsó, asesinado en Budapest en el siglo XIII, tras un análisis interdisciplinario de restos óseos (Imagen Ilustrativa Infobae)

El esqueleto fue hallado en la sacristía de la isla Margarita, en el Danubio, y atribuido al duque de Macsó por la ubicación, la datación y rastros de traumas.

Durante casi un siglo, el paradero de los restos resultó incierto, ya que algunos fragmentos fueron trasladados y el cráneo separado del resto del esqueleto.

En 2018, los huesos volvieron a identificarse en la Colección de Antropología del Museo Nacional de Historia Natural de Hungría y el cráneo fue hallado en una colección académica de Budapest.

Las pruebas anatómicas y genéticas dirigidas por expertos de la Universidad Eötvös Loránd y el Instituto de Arqueogenómica confirmaron la identidad. Los análisis de ADN descubrieron conexiones exactas con la dinastía Árpád y la casa Rurík.

Los restos del duque, halladosLos restos del duque, hallados en la isla Margarita, presentaron 26 heridas perimortem que evidencian un ataque coordinado y violento (Wikimedia)

El análisis antropológico reveló que los restos corresponden a un varón de unos 20 años. Las pruebas de radiocarbono situaron la muerte en la segunda mitad del siglo XIII, aunque los especialistas detectaron un “efecto reservorio” generado por una dieta rica en proteínas animales y peces de aguas cargadas de carbono antiguo.

El examen de cálculo dental permitió recuperar más de mil microfósiles, principalmente almidón de trigo y cebada, que dan cuenta de una alimentación basada en pan y sémola cocida.

La investigación de isótopos mostró que Béla no creció en el lugar donde terminó sepultado. Su infancia la vivió en la actual región fronteriza entre Croacia y Serbia, el antiguo Banato de Macsó, vinculado históricamente al reino medieval húngaro.

El análisis isotópico y dentalEl análisis isotópico y dental permitió reconstruir la dieta, los movimientos y el entorno social del duque en la Europa medieval (Imagen Ilustrativa Infobae)

Más tarde, residió cerca de la zona de Budapest, lo que concuerda con las trayectorias que se asocian a familias aristocráticas de la época.

Los análisis genéticos, realizados por el equipo de Anna Szécsényi-Nagy y Noémi Borbély, establecieron que el esqueleto corresponde a un descendiente de cuarto grado del rey Béla III por vía materna, con una fuerte herencia escandinava paterna, herencia de la dinastía Rurík.

El linaje se verificó también por el cromosoma Y, alineando al individuo con otros miembros históricos de la casa Rurík.

El estudio antropológico constata al menos 26 heridas perimortem en el cuerpo, incluidas nueve en el cráneo y 17 en otras partes. Las lesiones muestran cortes profundos de armas blancas —probablemente sables y espadas largas— y sugieren un ataque coordinado por tres personas.

Béla intentó defenderse, presentando heridas de defensa antes de caer al suelo, donde sufrió los golpes fatales en cabeza y rostro. El patrón de heridas indica un móvil emocional intenso y violencia no premeditada.

Las pruebas de ADN revelaronLas pruebas de ADN revelaron conexiones directas del duque Béla con la dinastía Árpád y una fuerte herencia escandinava paterna de la casa Rurík (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los especialistas compararon los datos forenses con las crónicas medievales. Según los relatos, Ban Henrik “Kőszegi” y sus socios asesinaron al duque por motivos políticos internos. La hermana y la sobrina de Béla recogieron el cuerpo mutilado y lo enterraron en el monasterio Dominicano, lo que coincide con la localización del hallazgo.

El esqueleto del duque Béla de Macsó es uno de los pocos restos casi completos de un miembro de la casa Árpád recuperado y verificado. La cooperación internacional en antropología, genética, arqueología y bioquímica permitió reconstruir la vida y muerte de uno de los personajes clave de la Europa medieval.

De acuerdo con la Universidad Eötvös Loránd y los resultados publicados, el hallazgo no solo resuelve un asesinato político de hace setecientos años sino que aporta datos relevantes sobre migraciones, dieta, violencia y relaciones de poder en la nobleza europea de la Edad Media.

El caso marca un avance en la aplicación de la ciencia en el esclarecimiento de crímenes y enigmas históricos largamente discutidos.

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