La “Capilla Sixtina” de Estados Unidos, la joya artística es una inspiración con obras de 70 años de antigüedad

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Los murales incluyen escenas comoLos murales incluyen escenas como el Diluvio Universal y la Última Cena (AP Photo/Robert F. Bukaty)

Desde la ruta se puede observar la iglesia de Nueva Inglaterra con una estructura blanca, rectangular, provista de un solitario campanario de madera y rodeada de muros de piedra y bosque.

Pero quienes se detienen en South Solon, un pequeño pueblo del estado de Maine, pueden encontrar en su interior un conjunto de frescos que transforman el edificio en un espacio singular dentro del patrimonio artístico estadounidense.

Según informó la agencia de noticias The Associated Press, la Casa de Reuniones de South Solon fue construida en 1842 y utilizada durante décadas para servicios religiosos.

Trece artistas transformaron el interiorTrece artistas transformaron el interior del templo entre 1952 y 1956 (AP Photo/Robert F. Bukaty)

Su interior está recubierto por murales religiosos pintados directamente sobre los muros, entre 1952 y 1956 por trece jóvenes artistas, convocados por la Escuela de Pintura y Escultura de Skowhegan, una institución local con fuerte impronta formativa.

Durante años, estas pinturas fueron conocidas casi exclusivamente por vecinos y artistas del entorno, pero un proyecto reciente impulsado por estudiantes del Colby College en Waterville despertó un renovado interés por estas obras.

El origen del proyecto se remonta a 1951, cuando Margaret Day Blake, ex alumna de la escuela de Skowhegan, encontró el templo en estado de abandono. Propuso entonces convertirlo en un espacio artístico colaborativo.

A los artistas se les dio libertad temática, con la sugerencia de que trabajaran escenas religiosas como base iconográfica. La única consigna fue el uso del fresco como técnica.

Durante cuatro años, el grupo transformó el interior con pincel y pigmento, aplicando yeso húmedo sobre el cual trabajaban directamente, una técnica antigua y exigente.

Los murales, que ocupan todas las paredes del edificio, representan escenas bíblicas como el Diluvio Universal, la Última Cena o la atadura de Isaac. En uno de ellos, Abraham, encapuchado y solemne, se prepara para sacrificar a su hijo.

La "Capilla Sixtina de Maine"La "Capilla Sixtina de Maine" destaca por su valor cultural y artístico (AP Photo/Robert F. Bukaty)

En otro, las figuras humanas luchan contra el caos de las aguas, en una composición que remite directamente a los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. Esta comparación no es casual.

Miembros de la comunidad artística de Maine comenzaron a referirse al templo como la “Capilla Sixtina de Maine”, una etiqueta que, aunque exagerada, sirve para dimensionar el valor cultural del lugar.

En la actualidad, dos de aquellos trece artistas siguen vivos. Sidney Hurwitz, de Newton, Massachusetts, recordó: “Salíamos a pintar y luego almorzábamos en el cementerio detrás del edificio. Fue una época muy idílica. Lo disfruté muchísimo”. Tenía poco más de veinte años cuando participó del proyecto.

Sigmund Abeles, de Nueva York, pintó la escena en la que Jacob lucha con el ángel, tomada del Libro del Génesis. “Es un lugar muy, muy especial y fue una experiencia única”, contó, también en diálogo con AP.

La historiadora del arte Véronique Plesch, profesora en el Colby College y especialista en frescos, estudió la iglesia durante años. “Me enamoré del lugar porque he estudiado frescos toda mi vida”, declaró a AP.

Plesch también integra la junta directiva de la sociedad histórica que cuida el edificio. Desde su perspectiva, el valor de las pinturas radica en que siguen siendo accesibles para el público general, fuera del circuito institucional o museístico tradicional.

El edificio conserva parte de su mobiliario original, como bancos de caja diseñados para feligreses de menor estatura en el siglo XIX.

A pesar del paso del tiempo y del uso continuo como espacio de encuentro comunitario, los frescos se mantienen en buen estado y están disponibles al público sin candado ni costo de entrada.

Véronique Plesch estudia y promueveVéronique Plesch estudia y promueve el acceso público a los frescos (AP Photo/Robert F. Bukaty)

El interés reciente en la Casa de Reuniones se ha extendido también al ámbito educativo. Durante la conferencia de primavera de la Asociación de Educación Artística de Maine, decenas de docentes se reunieron en el templo para escuchar a Plesch hablar sobre la historia de los frescos.

Suzanne Goulet, profesora de arte en una escuela secundaria cercana, dijo a AP que conocía las pinturas y confesó que había mirado dentro de las ventanas del antiguo edificio.

Añadió que es fantástico que las pinturas sigan inspirando a los amantes del arte décadas después. “La inspiración es que lo devolvamos a nuestros estudiantes”, sentenció.

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