La Corte Suprema de Estados Unidos escuchó el miércoles pasado los alegatos en un caso que impugna la capacidad del presidente Donald Trump para usar la Ley de Poderes de Emergencia Internacional (IEEPA) para imponer a sus denominados aranceles y derechos recíprocos destinados frenar la comercialización del fentanilo.
Asimismo, no le fue bien al mandatario republicano. El abogado de la administración aceptó que un futuro presidente, de acuerdo a su propio razonamiento legal, podría usar la IEEPA para declarar una emergencia climática y bloquear las importaciones de automóviles a gasolina.
Además, el procurador general reconoció que los estadounidenses están pagando parte de los costos de los aranceles y dijo que los aranceles no son un impuesto destinado a recaudar ingresos, pese a que Trump y múltiples funcionarios de la Casa Blanca han estado proclamando por meses la gran cantidad de ingresos que generan esos gravámenes.
Un momento que pudo haber sido decisivo llegó cuando el juez Neil Gorsuch sugirió que la postura del gobierno abre la puesta a un “trinquete unidireccional” que permitirá a la Casa Blanca acumular poder de manera permanente a expensas del Congreso.
En una nota, el cofundador de Capital Alpha Partners, James Lucier, dio a conocer algunas predicciones sobre cómo votarían los jueces, asegurando que la conservadora Amy Coney Barrett posiblemente se unirá a las liberales Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Ketanji Brown Jackson para votar contra los aranceles del ejecutivo estadounidense.
En tanto, el juez Brett Kavanaugh y el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, que también son conservadores, pero que en el pasado han sido votos decisivos, “parecen, en el mejor de los casos, poco propensos” a mantener los aranceles, agregó.
Esto propondría una votación potencialmente desequilibrada de 7-2 en contra de Trump, quien nombró a Gorsuch, Barrett y Kavanaugh en su primer mandato.
Incluso si Samuel Alito y Clarence Thomas ponen del lado del gobierno, la corte todavía está en condiciones de infligir una derrota a Trump, aunque por un margen más pequeño, informó Fortune.
“En nuestra opinión, los escenarios más probables serían que Thomas, Alito y Gorsuch votaran a favor de anular los aranceles de la IEEPA o de reducirlos”, expresó Lucier. “Como mínimo, podríamos ver a Barrett y Gorsuch unirse a los tres magistrados liberales para anular los aranceles por 5 votos a 4”.
Pese a que Alito y Thomas generalmente simpatizan más con el poder presidencial, ellos y Gorsuch tendrían “serias reservas” sobre el mantenimiento de los aranceles de Trump, lo que provoca su preocupación por la separación de poderes entre las ramas ejecutiva y legislativa, añadió.
De cualquier forma, la guerra comercial seguirá
Por su parte, el presidente republicano ha hecho predicciones nefastas sobre una derrota en el Supremo, diciendo que el país quedará “indefenso” y posiblemente “reducido a un estatus casi de país de tercer mundo”.
Pero incluso si la Corte pone fin a los aranceles globales de Trump, eso no se traduciría a que todos sus aranceles o su guerra comercial desaparecerán.
Otra autoridad impuso aranceles a sectores industriales como el automotriz y el siderúrgico, y estos casos no están ante el Tribunal. El líder republicano podría intensificar esa estrategia para compensar las perdidas de sus aranceles a otros países.
“Un fallo en contra de Trump solo supondría un revés temporal para la administración y, con varias otras herramientas legales a su disposición para aplicar aranceles, podemos esperar que la incertidumbre comercial continúe durante todo 2026”, explicó Christopher Hodge, economista jefe para Estados Unidos de Natixis CIB Americas.
Apuntó que las disposiciones de la Ley de Expansión Comercial, la Ley de Comercio y la Ley Arancelaria que autorizan la imposición de aranceles a diferentes circunstancias.
Las vías legales alternativas son menos flexibles y más difíciles de implementar, pero aun así pueden mantener una tasa arancelaria efectiva muy alta, agregó. No obstante, debido a la mayor duración del proceso, es posible que se celebre otra ronda de negociaciones comerciales en 2026.
“Si bien no prevemos otro evento como el Día de la Liberación, independientemente del resultado del caso de la IEEPA, esperamos que las amenazas comerciales y la incertidumbre arancelaria continúen durante la presidencia de Trump”, pronosticó Hodge. “Su alcance probablemente tendrá implicaciones significativas en las perspectivas de crecimiento”.
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