El trabajo se publicó en la revista Nature Aging (Imagen Ilustrativa Infobae)Saber más de un idioma da premio doble: ayuda en la vida cotidiana y, según un gran estudio publicado en la revista Nature Aging, puede cuidar el cuerpo del envejecimiento biológico.
La investigación fue realizada por científicos que trabajan en instituciones de Argentina, Chile, Colombia, Irlanda, Noruega, España, Turquía, Reino Unido, Estados Unidos y Venezuela.
Analizaron a decenas de miles de personas mayores de 50 años en 27 países europeos y detectaron que quienes viven en sociedades que usan dos o más lenguas tienen mejor salud física y mental al envejecer.
Un equipo internacional reveló que el multilingüismo protege contra el envejecimiento biológico en adultos mayores/ FreepikEl dato central muestra que hablar más de una lengua está ligado con un envejecimiento más lento.
No significa que el envejecimiento se detenga, pero sí que quienes dominan varios idiomas tienen mejores signos de salud que quienes solo usan uno.
“El efecto protector del multilingüismo en el envejecimiento cerebral podría ser en distintos niveles. En el plano biológico, podría estar asociado a la reducción de estrés crónico y la inflamación, la mejora de la función cardiovascular y metabólica, y de la regulación inmune”, dijo a Infobae uno de los líderes del estudio, el científico argentino Agustín Ibañez, quien dirige el instituto BrainLat en América Latina y el Programa Internacional de Investigación en Salud Cerebral del Trinity College, en Dublín, Irlanda.
Hablar dos o más idiomas se asocia con una mejor salud física y mental en personas mayores de 50 años, según datos de 27 países europeos. (Archivo Mente Didáctica)A nivel cerebral, aprender varios idiomas podría potenciar las redes de control ejecutivo y atención. De esta manera podría preservar la eficiencia y la plasticidad neuronal en áreas frontoparietales y temporales, señaló el neurocientífico.
“En el plano cognitivo, el cambio constante entre lenguas entrena la memoria, la inhibición y la flexibilidad mental y genera una reserva cognitiva que mitiga los efectos del envejecimiento -agregó-. Socialmente, también se amplían las redes de interacción y reduce el aislamiento, que son factores claves para el bienestar y la longevidad”, resaltó Ibáñez.
El crecimiento de la población mayor eleva la preocupación por el deterioro cognitivo y las enfermedades cerebrales asociadas a la edad. (Freepik)El envejecimiento de la población se volvió una gran cuestión en el mundo. Cada vez hay más adultos mayores y con esto crecen los problemas de salud relacionados con la edad.
Por eso, buscar nuevas formas de mantener la mente y el cuerpo saludables durante más años se transformó en una prioridad clave. Muchos estudios más chicos habían sugerido que el multilingüismo, o sea, el uso de varios idiomas, podía ayudar.
Pero sus resultados no eran siempre claros porque trabajaban con pocas personas o solo veían casos de deterioro cognitivo. Eso dificultaba sacar conclusiones firmes.
El equipo de investigadores liderados por Ibañez, Lucía Amoruso y Hernán Hernández se propuso despejar las dudas y saber realmente si hablar más de una lengua protegía contra el avance del tiempo en personas sanas.
Llevaron a cabo una investigación de gran escala, con información concreta y comparaciones al detalle entre países y contextos diversos.
Hablar varios idiomas favorece una brecha de edad bioconductual más favorable en adultos mayores/ Crédito FreepikEl equipo trabajó con datos de 86.149 adultos mayores que participaron en encuestas sobre envejecimiento y salud en distintos países europeos.
Las respuestas incluían información sobre memoria, habilidades físicas, años de escuela, igualdad de género y mucho más.
Para medir el envejecimiento, los científicos usaron la brecha de edad bioconductual (BAG), una medida que compara la edad que una persona dice tener con la que reflejan su salud física y mental.
Si la BAG es negativa, indica que el envejecimiento avanza lento. Si es positiva, que avanza más rápido de lo normal.
La protección biológica aumenta con cada idioma adicional que una persona domina, independientemente del género, la economía o el lugar de residencia. (Freepik)El hallazgo principal fue que las personas que usan más de un idioma tienden a tener una BAG más favorable, o sea, envejecen más despacio. Quienes solo usan el idioma materno, en cambio, muestran mayor riesgo de envejecimiento acelerado.
El resultado se vuelve más claro cuando se suma cada idioma: cuanto más lenguas domina una persona, mayor es la protección biológica.
El patrón se mantiene aunque se tengan en cuenta diferencias como lugar de residencia, migración, economía o género.
Los investigadores proponen incluir el aprendizaje de idiomas en las estrategias de salud pública para promover un envejecimiento saludable. (Imagen Ilustrativa Infobae)Hablar una sola lengua duplica el riesgo de envejecer rápido en comparación con quienes hablan tres.
El beneficio del multilingüismo se nota tanto en hombres como en mujeres y crece aún más después de los 60 años.
Además, los investigadores detectaron que usar varios idiomas todos los días refuerza la memoria, la flexibilidad mental y la capacidad de resolver problemas, que son factores que componen la salud cerebral.
Aprender varios idiomas desde la infancia fortalece la reserva neural, aunque el aprendizaje tardío y activo también aporta beneficios cognitivos. (Freepik)“Los beneficios del multilingüismo no dependen tanto del tipo de lengua sino de la frecuencia y complejidad del uso”, aclaró el doctor Ibañez a Infobae.
Las combinaciones lingüísticas más distantes, por ejemplo entre lenguas con estructuras gramaticales o fonológicas muy diferentes, tienden a generar mayor flexibilidad cognitiva.
“La edad de adquisición también influye: quienes aprenden varias lenguas desde la infancia desarrollan una reserva neural más sólida, aunque el aprendizaje tardío, si es activo y frecuente, también puede generar ganancias cognitivas y neuroprotectoras”, enfatizó.
La clave, más que la edad o el idioma, parece ser la exposición sostenida y el uso funcional de múltiples lenguas a lo largo de la vida.
El bilingüismo y el multilingüismo favorecen la plasticidad cerebral y la reserva cognitiva (Imagen Ilustrativa Infobae)A partir de esos datos, los científicos proponen que se sume el aprendizaje de idiomas a las recomendaciones de salud pública para vivir mejor la vejez.
“Nuestros resultados apoyan la idea de que el aprendizaje y uso de varias lenguas debería considerarse una estrategia de promoción de la salud cerebral, de forma similar a la actividad física o la nutrición”, precisó Ibañez.
Los sistemas de salud y educación podrían integrar el multilingüismo en programas de envejecimiento saludable, ampliar su enseñanza en entornos escolares y comunitarios, y fomentar entornos sociales donde su uso cotidiano se naturalice.
También las políticas de prevención “podrían reconocer el nivel de exposición multilingüe como un marcador conductual de reserva cognitiva, al incorporarlo en evaluaciones de riesgo y estrategias preventivas orientadas a reducir el envejecimiento acelerado y las desigualdades en salud cerebral”, afirmó.
Igualmente los investigadores reconocieron limitaciones: solo se investigaron países de Europa y no se analizó el nivel de idioma uno a uno, sino la tendencia general.
Tampoco probaron que hablar varias lenguas sea la causa directa del envejecimiento más lento, pero sí mostraron una relación fuerte entre ambos factores.
La actividad física regular ayuda a proteger el cerebro y mejora la salud en la vejez. (Imagen Ilustrativa Infobae)Se espera que nuevas investigaciones incluyan otras regiones del mundo y pongan a prueba si programas para aprender idiomas logran impactos reales en la salud del cuerpo y del cerebro en el paso de los años.
Consultado por Infobae, el médico neurólogo Raúl Arizaga, ex líder del grupo de investigación de la Federación Mundial de Demencias, señaló tras leer el estudio: “Sin dudas, el bilingüismo y el multilingüismo favorecen la plasticidad cerebral y la reserva cognitiva, lo que protege frente a la posibilidad de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer”.
El experto destacó que se debería también tener en cuenta la actividad física regular. “Un cerebro más activo mejora el cuidado del cuerpo y que, al mismo tiempo, un mejor estado físico contribuye al bienestar cerebral. Se genera un círculo positivo para la salud y la longevidad”, expresó.
El estudio se realizó analizando datos de más de 86.000 adultos mayores de 27 países europeos, quienes respondieron encuestas sobre salud, uso de idiomas, memoria, estado físico y condiciones sociales (Imagen ilustrativa Infobae)El estudio publicado en Nature Aging contó con la colaboración de Hernando Santamaría-García, Sebastián Moguilner, Agustina Legaz, Pavel Prado, Jhosmary Cuadros, Liset González, Raúl González-Gómez y Joaquín Migeot.
También participaron Carlos Coronel-Oliveros, Josephine Cruzat, Manuel Carreiras, Vicente Medel, Marcelo Adrián Maito, Claudia Duran-Aniotz, Enzo Tagliazucchi, del Conicet de Argentina, Sandra Baez y Adolfo García, quien es director del Centro de Neurociencias Cognitivas de la Universidad de San Andrés, en Argentina.
hace 3 horas
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