Inesperada tragedia en Australia: una urraca dejó a una adolescente al borde de perder su visión durante un paseo

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Un ataque inesperado de unaUn ataque inesperado de una urraca a una escolar en Australia Occidental reaviva el debate sobre la convivencia entre humanos y fauna silvestre en entornos urbanos (9News/Wikipedia)

Un paseo cotidiano de Sam Moodie, adolescente australiana de 12 años residente en Australind, en el suroeste de Australia Occidental, terminó en tragedia a principios de noviembre de 2025. Mientras cruzaba el campo deportivo de su escuela, una urraca la atacó directamente en el ojo izquierdo, provocándole una lesión ocular grave que la mantiene hospitalizada y con el riesgo de perder la visión en ese ojo, según confirmaron 9News y news.com.au.

Su madre, Nicole, relató: “Ella tenía la cabeza baja y el ave vino directamente hacia su ojo”. A pesar de las advertencias maternas sobre no mirar hacia arriba al escuchar el aleteo de un pájaro, la precaución no fue suficiente para evitar el accidente.

Sam, estudiante de séptimo año, fue trasladada de urgencia al Hospital de Busselton, donde fue intervenida tras recibir los primeros auxilios. Posteriormente, debido a la inflamación del cristalino por el impacto del ave, se vio obligada a una segunda cirugía en el Hospital Infantil de Perth. Los médicos extrajeron el cristalino y no descartan que la joven pierda la visión en el ojo afectado.

“El cirujano me dijo que probablemente no habría posibilidad de que recuperara la visión en ese ojo”, explicó la madre a news.com.au. El futuro de la menor incluye entre siete y ocho cirugías adicionales en los siguientes 15 a 18 meses.

La adolescente enfrenta un procesoLa adolescente enfrenta un proceso médico incierto, marcado por intervenciones complejas y la esperanza de preservar su salud ocular tras el incidente (9News)

Tras el ataque, Sam no pudo regresar a la escuela y sufre una extrema sensibilidad a la luz, debiendo usar un parche ocular en todo momento.

Su madre, a cargo de tres hijos y con empleo a tiempo completo, tuvo que dejar temporalmente su trabajo sin goce de sueldo para acompañarla en el hospital. La situación generó una fuerte presión económica: “Estoy a dos horas de casa, pagando gasolina, estadías en el hospital y medicamentos. Todo suma muy rápido”, confesó.

El entorno de la familia organizó una colecta para cubrir los gastos médicos y de manutención que se acumulan rápidamente. La comunidad respondió con muestras concretas de apoyo, destacando la importancia de la solidaridad en estos momentos.

La gravedad de la situaciónLa gravedad de la situación obligó a la familia a reorganizar su vida cotidiana, movilizando redes de ayuda y subrayando la importancia de la solidaridad comunitaria (news.com.au/Familia de Sam)

El ataque a Sam se inscribe en el marco de la temporada de cría de urracas en Australia, que se extiende de agosto a noviembre y se caracteriza por el incremento de incidentes con estas aves, especialmente en parques y zonas urbanas.

De acuerdo con datos recopilados por Magpie Alert y difundidos por news.com.au, este año se registraron 4.658 ataques, con 557 personas heridas. La gran mayoría se concentra en regiones costeras del sureste, donde la convivencia entre aves y humanos es habitual.

Especialistas consultados por los medios atribuyen la agresividad durante la temporada de cría a un importante aumento de testosterona en los machos. Bill Bateman, ecólogo de la Curtin University, afirmó a 9News: “Cuando los polluelos están en el nido, los machos tienen un pico de testosterona y son más agresivos o defensivos”.

El aumento de episodios similaresEl aumento de episodios similares durante la época de reproducción de estas aves plantea nuevos desafíos a vecinos y autoridades en materia de prevención y educación (WikiCommons/Birdsaspoetry)

Meg Edwards, experta en ciencias de la vida silvestre de la University of Southern Queensland, resaltó el valor de la educación y la señalización para prevenir ataques: “La educación es fundamental. Señalizar las zonas de ataque es una gran medida”.

Entre las recomendaciones de los expertos se incluyen evitar zonas donde aniden urracas durante la temporada de cría, portar sombreros de ala ancha y gafas de sol, caminar en grupo y mantener la calma si ocurre un ataque.

La experiencia de Sam y su familia resalta la necesidad de prevención y de un acompañamiento comunitario fuerte en situaciones de emergencia.

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