
Preparar galletas caseras suele asociarse con hornos y largos tiempos de espera, pero existen alternativas prácticas que permiten disfrutar repostería de calidad sin equipamiento especial. La receta de galletas de chispas de chocolate elaboradas en sartén responde a la creciente demanda de opciones sencillas y veloces, utilizando ingredientes básicos que suelen encontrarse en cualquier hogar.
El atractivo de esta receta radica, además de su simplicidad, en la posibilidad de obtener un resultado final con textura crujiente y sabor delicado. No es necesaria experiencia previa en cocina ni utensilios profesionales para lograr galletas frescas de calidad casera listas en pocos minutos. Este método ha ganado popularidad entre quienes buscan soluciones rápidas para satisfacer antojos o compartir un tentempié.

Para preparar galletas de chispas sin horno, se requieren únicamente 100 gramos de mantequilla (equivalente a media taza), 80 gramos de azúcar glass (media taza) y 120 gramos de harina de trigo (una taza). Como complemento, se agregan dos cucharadas de chispas de chocolate al gusto.
El primer paso consiste en batir la mantequilla en un bowl hasta lograr una textura suave. Esta técnica permite que la masa resulte aireada y fácil de manejar. A continuación, se incorpora el azúcar glass y se continúa batiendo hasta obtener una mezcla homogénea y ligeramente esponjosa.
Luego se añade la harina de trigo y se mezcla con una espátula hasta que todos los ingredientes formen una masa uniforme. En este punto se suman las chispas de chocolate, asegurando su distribución adecuada en toda la mezcla.
Para la cocción, se recomienda aplicar una capa ligera de aceite de girasol a la sartén. Sobre esta base, se coloca papel para hornear y se añade otra ligera capa de aceite al papel. Esta preparación evita que las galletas se adhieran y permite un dorado más uniforme.

Con la masa lista, se forman bolitas pequeñas y se aplanan hasta obtener el tamaño y forma deseados para las galletas. Es preferible optar por piezas pequeñas ya que facilitan una cocción completa y pareja.
Las galletas se acomodan en la sartén, siempre asegurándose de dejar espacio entre ellas. Se cocinan a fuego bajo con el sartén tapado, supervisando el proceso para evitar que la base se queme y confirmando que alcancen la textura deseada.
Este proceso permite obtener galletas frescas en poco tiempo y sin necesidad de horno. El resultado son piezas doradas, de textura delicada y sabor intenso a chocolate, aptas para acompañar desayunos, meriendas o reuniones informales.