Trabajar en una empresa tecnológica ya no es el sueño dorado de la nueva generación. A diferencia de los millennials, quienes anhelaban entrar a gigantes como Google, Apple o Amazon, los jóvenes de la Generación Z están dando un giro radical a sus aspiraciones laborales. Ahora, prefieren emplearse en hospitales, clínicas u organizaciones dedicadas al bienestar social.
De acuerdo con un estudio publicado por la National Society of High School Scholars (NSHSS) en Estados Unidos, tres de cada cuatro estudiantes consideran más atractiva una carrera en el sector salud que en las grandes tecnológicas.
En el mismo hallazgo se menciona que la estabilidad emocional y un propósito claro han desplazado al prestigio y la innovación como factores principales a la hora de elegir carrera.

El descenso del sector tech
Mientras gigantes como Apple, Amazon y SpaceX pierden posiciones entre las compañías más deseadas para trabajar, Google cayó del cuarto al séptimo lugar en solo dos años, y SpaceX descendió del noveno al vigesimosegundo, los hospitales y organizaciones de bienestar social avanzan con rapidez en las preferencias de los jóvenes. El prestigio y la innovación ya no bastan para compensar los entornos inestables o el riesgo de agotamiento emocional.
La inteligencia artificial también ha sido un factor determinante en este cambio de rumbo. Y es que de acuerdo con empresas como NVIDIA y Amazon Web Services, quienes impulsan el desarrollo de herramientas que prometen eliminar la necesidad de saber programar, los estudiantes perciben una amenaza real en los procesos de automatización.
Lo anterior se traduce en una posible desaparición de perfiles técnicos, algo que toma mayor fuerza por lo declarado por este tipo de compañías que señalan que pronto no será necesario saber programar para desarrollar tecnología.
El nuevo mapa del empleo joven
Según la consultora What’s The Big Data, los entornos impredecibles y el ritmo acelerado de rotación laboral hacen que las grandes tecnológicas resulten cada vez menos atractivas para quienes priorizan la seguridad económica: un 76% de los universitarios en EE. UU. afirma que ese es el principal criterio para decidir dónde trabajar, le siguen la ubicación (75%), la reputación de la empresa (72%) y el salario (71%).
Pero el hallazgo más revelador es otro: el 50% de los encuestados teme acabar en un entorno tóxico o sufrir burnout, incluso después de haberse formado durante años en una carrera que les apasiona. Es una señal clara de que el bienestar emocional y el sentido de propósito están moldeando un nuevo tipo de ambición profesional.
En este nuevo escenario, la salud no solo representa un sector con alta demanda y estabilidad, sino también un espacio donde muchos jóvenes ven reflejado un propósito claro. Silicon Valley, alguna vez sinónimo de éxito, tendrá que replantearse mucho más que sus beneficios laborales si quiere recuperar su lugar en la imaginación de la próxima generación.
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