
Israel lanzó este viernes una ofensiva aérea contra Irán que tuvo como objetivo directo el corazón de su programa nuclear. Según el gobierno israelí, más de 100 sitios fueron alcanzados, incluyendo instalaciones estratégicas vinculadas al enriquecimiento de uranio y a la investigación atómica. El ataque ocurre en un contexto de alarma internacional por el avance técnico y material del programa nuclear iraní, que acumula reservas de uranio muy por encima de lo permitido por el acuerdo de 2015.
A continuación, los sitios clave del programa que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) apuntan a desmantelar:
Es la principal instalación de enriquecimiento de uranio de Irán. Ubicada a unos 250 kilómetros al sur de Teherán, opera casi 70 cascadas de centrifugadoras, algunas en instalaciones subterráneas reforzadas. Su existencia fue revelada en 2002 y desde entonces ha sido foco de atención internacional. En abril de 2021, sufrió un ataque que Irán atribuyó a Israel. Según el primer ministro Benjamin Netanyahu, el operativo de este viernes alcanzó “el corazón del programa de enriquecimiento” y el director del OIEA, Rafael Grossi, confirmó que Natanz estuvo entre los blancos golpeados.

Construida en secreto y revelada en 2009, esta instalación se encuentra enterrada bajo una montaña cerca de la ciudad santa de Qom. Fordo fue diseñada originalmente como una planta de emergencia para el enriquecimiento de uranio en caso de ataques externos. Puede albergar cerca de 3.000 centrifugadoras. En 2023, inspectores del OIEA detectaron partículas de uranio enriquecidas hasta un 83,7 %, una concentración cercana al nivel militar. Irán alegó que se trató de “fluctuaciones técnicas no intencionadas”, pero el hallazgo reforzó las sospechas sobre su potencial armamentístico.

Esta ciudad alberga la planta de conversión de uranio más importante del país. Allí, el mineral extraído se convierte en gas (UF6) para ser introducido en centrifugadoras. También cuenta con una instalación de fabricación de combustible nuclear y un centro de investigación con pequeños reactores. En julio de 2022, Irán anunció la construcción de un nuevo reactor experimental en el sitio. Debido a su papel en el ciclo del combustible nuclear, Isfahan es un punto clave para frenar el desarrollo del programa.

Ubicado en la región de Khondab, el reactor de agua pesada de Arak fue originalmente concebido para producir plutonio, otro material que puede emplearse en armas nucleares. Tras el acuerdo nuclear de 2015 (JCPOA), la construcción fue suspendida, pero Irán notificó al OIEA que planea activarlo en 2026. Aunque su uso oficial es para investigación médica, el potencial dual de esta instalación la convierte en un objetivo estratégico para Israel.

El centro de investigación nuclear de la capital iraní opera un reactor suministrado por Estados Unidos en 1967, destinado a la producción de radioisótopos médicos. Aunque no representa un riesgo inmediato, su historial y función dentro del sistema científico-nuclear lo colocan bajo la vigilancia internacional.
Bushehr es la única central nuclear de generación eléctrica en funcionamiento en Irán. Operada con combustible ruso y bajo supervisión del OIEA, no representa por ahora un objetivo militar. Sin embargo, los nuevos proyectos en Darkhovin (300 MW) y Sirik (5.000 MW en total) indican un intento iraní por ampliar su capacidad energética nuclear a mediano plazo.

La ofensiva israelí se produce en un momento en que, según el OIEA, Irán ha acumulado más de 9.200 kilogramos de uranio enriquecido, incluyendo más de 400 kg al 60 %, muy cerca del 90 % necesario para armamento nuclear. A pesar de que Teherán niega estar desarrollando armas atómicas, la acumulación de material, el tipo de instalaciones y el acceso limitado de los inspectores generan preocupación creciente entre gobiernos occidentales e instituciones internacionales.
(Con información de AFP)