
El 7 de agosto de 2025, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos publicaron un informe que revela que los niños y adolescentes obtienen la mayor parte de su energía diaria a partir de alimentos ultraprocesados. El análisis, basado en datos recientes de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES), abarca el periodo de agosto de 2021 a agosto de 2023 y destaca la prevalencia de este tipo de productos en la dieta infantil a nivel nacional.
De acuerdo con los CDC, el 61.9% de las calorías ingeridas por personas menores de 19 años provienen de alimentos ultraprocesados. El estudio utiliza el sistema internacional de clasificación NOVA para definir estos productos y permite comparar el consumo entre diferentes grupos poblacionales y periodos. Las autoridades federales observan estas tendencias con atención, dado el vínculo reportado en investigaciones previas entre el consumo de ultraprocesados y problemas de salud como obesidad, diabetes tipo 2 y afecciones cardiovasculares.
En años recientes, organismos como el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) han impulsado debates regulatorios y campañas sobre el etiquetado y el acceso a estos alimentos. El informe marca la primera vez que los CDC entregan estimaciones oficiales y detalladas sobre la proporción de ultraprocesados en la dieta de la infancia en Estados Unidos.
Según el informe publicado por los CDC y elaborado por el Centro Nacional de Estadísticas de Salud (NCHS), la fuente principal de calorías ultraprocesadas entre niños y adolescentes son los sándwiches preparados industrialmente, como hamburguesas y hot dogs. A estos les siguen productos de panificación dulce, snacks salados, pizzas y bebidas azucaradas.
La herramienta NOVA, desarrollada por investigadores brasileños, clasifica los ultraprocesados como productos industriales con poco o ningún alimento integral. De acuerdo con la autora principal del estudio, Anne Williams, “los productos más consumidos entre los menores son fáciles de transportar y almacenar, lo que facilita su presencia en loncheras escolares”.
El informe agrega que el consumo de estos productos predomina en la mayoría de los entornos sociales, independientemente del nivel socioeconómico, aunque existen diferencias leves según los ingresos familiares. Los menores de diferentes rangos etarios muestran preferencias similares en el tipo de ultraprocesados consumidos, destaca el reporte de los CDC.

El estudio de los CDC señala cifras específicas desglosadas por grupos de edad:
- Niños de 1 a 5 años: 56.1% de las calorías diarias provenientes de ultraprocesados.
- Niños de 6 a 11 años: 64.8% de calorías.
- Adolescentes de 12 a 18 años: 63% de calorías.
Al comparar estos datos con la población adulta, los CDC estiman que los adultos consumen un 53% de sus calorías a partir de ultraprocesados, lo que sitúa a la población infantil y adolescente como el grupo de mayor exposición a este tipo de productos. Los datos provienen de registros alimentarios obtenidos mediante la plataforma NHANES, dependiente de la autoridad federal de salud pública.
En el periodo analizado, la cobertura nacional del estudio permite estimaciones representativas para todo el territorio de Estados Unidos, con datos comparables para el seguimiento temporal de tendencias alimentarias.
Una de las principales preguntas del informe es la comparación histórica del consumo de ultraprocesados en menores. Según los CDC, el porcentaje de calorías aportadas por ultraprocesados disminuyó de 65.6% en el periodo 2017-2018 a 61.9% entre 2021 y 2023.
En términos absolutos, esto representa un descenso de 56 calorías diarias por niño a lo largo de aproximadamente una década. Las autoridades federales consideran que la reducción es pequeña, pero marca una tendencia que será monitoreada en mediciones futuras.
La disminución en adultos inició antes, según registros de la encuesta NHANES, aunque la diferencia por década también se mantiene en niveles moderados. El estudio destaca la importancia de mantener el seguimiento para entender cómo evolucionan las preferencias alimentarias de los menores.

Diversos organismos de salud, como las Guías Alimentarias para los Estadounidenses 2020-2025, advierten que una dieta basada en ultraprocesados eleva la probabilidad de padecer problemas como obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. Los CDC detallan que estos productos son densos en energía, altos en azúcares añadidos, sodio y grasas saturadas, y carecen de fibra y nutrientes presentes en alimentos frescos.
El informe recuerda que la investigación internacional ha confirmado asociaciones entre el consumo regular de ultraprocesados y el aumento sostenido de la ingesta calórica. “Comer alimentos ultraprocesados en general está relacionado con una mayor ingesta calórica y aumento de peso, y está asociado con un mayor riesgo de enfermedades crónicas”, declaró Susan Mayne, exdirectora del Centro para la Seguridad Alimentaria y Nutrición Aplicada de la FDA, citada por el propio estudio de los CDC.
Las autoridades enfatizan la necesidad de profundizar en la identificación de subgrupos de ultraprocesados, dado que existen diferencias en los riesgos de salud dependiendo del tipo de producto.
En el último año, el Departamento de Salud y Servicios Humanos inició el proceso para definir formalmente qué es un alimento ultraprocesado bajo criterios federales. De acuerdo con los CDC, la definición jurídica podría guiar futuras regulaciones, incluyendo el acceso a estos productos en programas de asistencia alimentaria.
Por su parte, la FDA propuso en enero nuevas etiquetas frontales obligatorias para advertir el contenido de grasas saturadas, sodio y azúcares añadidos en productos envasados. El objetivo es que los consumidores cuenten con información clara sobre los ingredientes industriales presentes en los alimentos.
El secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., colocó la reducción del consumo de ultraprocesados en menores entre las prioridades del gabinete federal. “El gobierno estadounidense reconoce la magnitud de la exposición infantil a estos alimentos y promueve acciones regulatorias y educativas en respuesta a estos datos”, sostiene un comunicado oficial del HHS difundido tras la publicación del informe de los CDC.

El informe oficial de los CDC proporciona la base para el diseño de futuras políticas públicas y campañas de educación alimentaria en el país. Aporta información detallada sobre el consumo real de ultraprocesados entre la población infantil y adolescente y permite a las autoridades federales, estatales y municipales orientar mejor sus estrategias.
A partir de estos datos, se espera la continuidad de iniciativas de regulación, modificación de etiquetado y campañas que promuevan una dieta más rica en alimentos frescos y menos dependiente de productos industriales, con impacto potencial en la salud a largo plazo de niños y adolescentes en Estados Unidos.