La FAA reduce el tráfico aéreo en un 10% en 40 mercados clave por la escasez de controladores aéreos tras el cierre federal. (REUTERS/Evelyn Hockstein)La Administración Federal de Aviación (FAA) anunció que reducirá el tráfico aéreo en un 10% en 40 mercados estratégicos de alto volumen a partir del 7 de noviembre, debido a la falta de controladores aéreos provocada por el prolongado cierre del gobierno federal. La medida ya tiene impacto en los aeropuertos de mayor tráfico, donde miles de pasajeros han experimentado demoras y cancelaciones, justo en la antesala de la temporada alta de Acción de Gracias.
La decisión fue comunicada el miércoles 6 de noviembre por la FAA, que señaló que la reducción busca salvaguardar la seguridad operacional ante la fatiga y el ausentismo que enfrentan aproximadamente 13.000 controladores de tránsito aéreo, quienes trabajan sin recibir salario desde que el cierre presupuestario nacional comenzó el 1 de octubre. Según datos oficiales, solo el 6 de noviembre se registraron más de 13.700 retrasos y más de 500 vuelos cancelados en todo el país, una tendencia que se prevé se agrave si el conflicto institucional no se resuelve en breve.
El contexto y las implicancias de esta medida afectan de manera directa a millones de viajeros. El cierre federal ha dejado en situación de vulnerabilidad servicios clave de la aviación civil, ya que los controladores aéreos se consideran empleados esenciales y aunque no pueden dejar sus funciones sin autorización oficial, muchos reportan fatiga, enfermedades o directamente dejan de acudir por las dificultades económicas. La FAA informa que algunas instalaciones operan con la mitad de su plantilla habitual. El anuncio de la agencia coincide con advertencias del Departamento de Transporte sobre “caos masivo” si los controladores pierden un segundo cheque de pago en noviembre.
Según cifras de la FAA y los reportes diarios de FlightAware, los grandes aeropuertos de la Costa Este y los nodos centrales del país quedan en el foco de la tormenta:
- Newark Liberty International (EWR), Nueva Jersey: Epicentro de largas demoras desde el inicio del cierre federal. El 6 de noviembre, presentó algunos de los retrasos más pronunciados en vuelos de salida y llegada.
- John F. Kennedy International (JFK) y LaGuardia (LGA), Nueva York: Ambos aeropuertos sufrieron demoras superiores a dos horas en franjas pico y múltiples cancelaciones desde fines de octubre.
- O’Hare International (ORD), Chicago, Illinois y Dallas-Fort Worth (DFW), Texas: Nudos centrales de transferencia y escala en el país. Han tenido hasta 200 vuelos demorados combinados en jornadas recientes.
- Miami International (MIA), Florida, y Hartsfield-Jackson Atlanta International (ATL), Georgia: También afectados por la sobrecarga, aunque en menor medida que los anteriores en los últimos días.
- George Bush Intercontinental (IAH), Houston, Texas y Ronald Reagan Washington National (DCA), Washington D.C.: Reportan retrasos y cancelaciones intermitentes debido a la falta de personal en las torres de control.
- Aeropuertos relevantes de la Costa Oeste: Los de San Francisco (SFO) y Los Ángeles (LAX) también figuran en los listados de cancelaciones y retrasos por efectos en el tráfico nacional e internacional.
En total, más de 40 mercados aéreos se verán afectados con la reducción programada de vuelos. AP News explica que la FAA compartió la lista precisa solo con las aerolíneas y autoridades aeroportuarias, pero los mencionados representan los principales puntos de congestión.
El motivo de la reducción obedece a la falta de fondos federales que impide pagar a los controladores y facilita el ausentismo. Según reportes oficiales, los turnos se cubren con menos personal y, en algunos casos, hay cierres temporales de posiciones en torres de control y centros de control regionales. Esto obliga a espaciar el tráfico y dar prioridad a vuelos de mayor itinerario o densidad, postergando vuelos domésticos menos demandados, afectando conexiones regionales y rutas secundarias.
La fatiga laboral es otro factor de riesgo. Los sindicatos del sector han alertado que, en grandes ciudades, los controladores realizan turnos extendidos y sin descansos suficientes, lo cual incrementa el margen de error y reduce la capacidad de respuesta ante imprevistos. El secretario de Transporte, Sean Duffy, advirtió públicamente: “Estamos haciendo todo lo posible por mantener la red segura, pero el sistema opera al límite y si el cierre continúa habrá caos masivo”.
El monitoreo de FlightAware indica que el 6 de noviembre hubo 13.712 vuelos retrasados y 529 cancelaciones, además de múltiples desvíos y reprogramaciones no reportadas como cancelación. El flujo habitual del sistema estadounidense oscila entre 45.000 y 55.000 vuelos diarios según la FAA, por lo que un recorte del 10% impacta en miles de trayectos cada jornada.
La medida afecta a decenas de miles de pasajeros diarios en las principales rutas nacionales y de conexión, según estimaciones cruzadas con datos de la industria recogidos por AP, que prevé que la situación podría empeorar en la previa al Día de Acción de Gracias.
El cierre del gobierno federal deja a 13.000 controladores aéreos trabajando sin salario, lo que agrava la fatiga y el ausentismo en el sector. (REUTERS/Megan Varner/File Photo)United Airlines, American Airlines y otras principales operadoras de EE.UU. han anticipado que, en coordinación con la FAA, mantendrán los vuelos internacionales de larga distancia y rutas principales entre hubs, mientras recortarán vuelos regionales y domésticos secundarios. Los pasajeros afectados serán notificados vía aplicaciones, mensajes o correo electrónico, según cada compañía.
Las aerolíneas han flexibilizado sus políticas de cambios y reembolsos, permitiendo alteraciones incluso en tarifas no reembolsables a quienes resulten impactados por el ajuste, práctica confirmada por las comunicaciones oficiales y cobertura de prensa.
De acuerdo con la FAA y reportes de AP, la vigencia de la reducción del 10% en rutas y operaciones se mantendrá mientras el gobierno permanezca cerrado y no vuelva a contar con dotación completa de controladores aéreos. El secretario de Transporte, Sean Duffy, instó públicamente al Congreso a resolver el impasse presupuestario: “La seguridad del sistema aéreo es una prioridad nacional. No podemos operar indefinidamente en estas condiciones”.
El efecto se siente especialmente en rutas a ciudades como Nueva York, Chicago, Washington y Dallas, donde persiste la saturación y la lista de espera para despegar o aterrizar supera a veces las dos horas según el congestionamiento del día.
Mientras tanto, los expertos del sector recomiendan a los viajeros ver el estado actualizado de sus vuelos antes de acudir al aeropuerto y considerar llegar con antelación adicional dada la posibilidad de nuevos retrasos por revisiones de seguridad y congestión en los accesos.
La FAA informará de cambios y actualización de la lista de aeropuertos afectados por la reducción a través de su sección de prensa y en coordinación con las aerolíneas cuando el panorama presupuestario tenga una resolución.
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