
El Departamento de Estado de EEUU subió este martes hasta los cinco millones de dólares la recompensa a quien revele el paradero o facilite la detención de Jimmy Cherizier, alias Barbecue, el más notorio líder de las bandas armadas en Haití.
La recompensa —que sube a cinco los dos millones de dólares ofrecidos anteriormente— se hace pública después de que Haití declarara el estado de emergencia durante tres meses tras una escalada de violencia que parece no tener fin y que hace que el 90 % de la capital, Puerto Príncipe, esté bajo control efectivo de las bandas delictivas.
El pasado jueves, Cherizier juró que se encargaría de “derrocar” al Consejo Presidencial de Transición, el organismo que trata de devolver al país a una relativa normalidad, comenzando por la celebración de elecciones a fines de este año.
La recompensa por la captura de Barbecue fue justificada por la fiscal Jeanine Ferris, del Distrito de Columbia: “Es el líder pandillero responsable de odiosos abusos a los derechos humanos, incluyendo violencia contra ciudadanos estadounidenses en Haití (...) Nuestra oficina se compromete a garantizar la seguridad de los estadounidenses en cualquier lugar del mundo, y la violencia que asuela a Haití debe terminar”.
Tanto Cherizier como su aliado Bazile Richardson, alias Fredo —haitiano naturalizado estadounidense—, han sido imputados por un cargo de conspiración por el traslado ilegal de fondos desde EEUU para financiar las actividades de la banda de Barbecue, Viv Ansanm, “en violación de las sanciones impuestas por Estados Unidos”.

Chérizier es un ex oficial de la Policía Nacional de Haití y actual líder de una de las coaliciones criminales más poderosas del país. Nacido en Delmas, uno de los barrios más densamente poblados de Puerto Príncipe, se ganó el apodo “Barbecue” —según él mismo, por el negocio de venta de pollo frito de su madre—, aunque sobrevivientes de sus ataques afirman que su apodo proviene de su costumbre de quemar vivas a sus víctimas.
Fue expulsado de la fuerza policial en 2018 tras ser vinculado con la masacre de La Saline, donde al menos 71 personas murieron, cientos de viviendas fueron incendiadas y decenas de mujeres fueron violadas. Desde entonces, Chérizier ha construido una red paramilitar que mezcla tácticas insurgentes y control social, acompañado de un discurso político.
En 2020 fundó la alianza criminal “Fòs Revolisyonè G9 an Fanmi e Alye” (Fuerzas Revolucionarias del G9 en Familia y Aliados), una federación de pandillas —muchas de ellas enemigas entre sí en el pasado— que actúan bajo una jerarquía común. Según el International Crisis Group, el G9 cuenta con al menos 12 bandas afiliadas, armas automáticas, vehículos blindados artesanales y una cadena de mando relativamente disciplinada.

Desde febrero de 2024, tras una tregua con la coalición rival G-Pèp —liderada por el jefe de banda “Ti Gabriel”—, Chérizier lidera un frente unificado conocido como Vivre Ensemble. Esta nueva alianza controla casi todos los accesos a Puerto Príncipe y busca proyectarse como una fuerza política insurgente. Chérizier ha declarado que no se opone a elecciones, pero insiste en que deben ser convocadas bajo una “nueva arquitectura social”.
Entre sus principales aliados figuran bandas como Nan Brooklyn, Nan Barozi, Pilate y Nan Chabon. Ha recibido armas y apoyo logístico de sectores residuales vinculados al partido PHTK, aunque actualmente se presenta como un actor autónomo. Sus enemigos tradicionales eran los líderes de G-Pèp, así como las pequeñas bandas no alineadas con su coalición, como 400 Mawozo, conocida por sus secuestros masivos.
La comunidad internacional lo ha señalado como un criminal responsable de violaciones sistemáticas de derechos humanos. Sin embargo, para muchos habitantes de los barrios marginales, Barbecue representa orden en medio del caos, en un país donde el Estado ha desaparecido y la justicia formal es inaccesible.
(Con información de AFP)