
La Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos condenó la muerte de Mauricio Alonso Petri, que había sido fue capturado junto a su esposa y su hijo el 18 de julio pasado por la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“Horrorizados por la inhumanidad de la dictadura Murillo-Ortega. Las autoridades devolvieron el cuerpo sin vida de Mauricio Alonso, un defensor nicaragüense de la libertad religiosa, a su familia hoy. La dictadura detuvo injustamente a Alonso y lo mantuvo incomunicado durante un mes, hasta su muerte. Esta tragedia ocurrió bajo la mirada de Murillo-Ortega. Estados Unidos ni tolerará tal crueldad ni olvidará este crimen”, aseguró el organismo estadounidense.
Las autoridades del régimen de Ortega y Murillo notificaron este lunes 25 de agosto a los familiares de Mauricio Alonso Petri que el opositor nicaragüense había fallecido y ordenaron retirar el cuerpo del Instituto de Medicina Legal, tras 38 días sin información sobre su paradero.
Petri fue capturado junto a su esposa y su hijo el pasado 18 de julio por agentes encapuchados, en un operativo policial en Jinotepe, Carazo, pocas horas antes de las celebraciones oficiales del aniversario de la revolución sandinista. Efectivos policiales realizaron esa madrugada detenciones simultáneas en varios departamentos, incluidas Carazo, Masaya, Granada y Rivas, según reportes de organismos de derechos humanos. Durante el operativo, al menos 28 personas pasaron a condición de desaparición forzada. La esposa de Petri fue liberada el mismo día, pero ni él ni su hijo regresaron a casa.
Durante más de un mes, la familia visitó cárceles, estaciones de policía y hospitales en búsqueda de información. Ninguna institución estatal reconoció tener a Petri bajo custodia. El 25 de agosto, el Instituto de Medicina Legal convocó a los familiares a identificar el cadáver. El Instituto Segovia, en exilio, denunció la muerte de Petri en un comunicado, calificándola como “crimen de lesa humanidad” y señaló que el régimen “entregó muerto al opositor secuestrado y preso político”. De acuerdo con el mismo comunicado, la familia nunca tuvo acceso a ver a Petri vivo ni recibió información de su estado durante los 38 días previos al fallecimiento.

Petri mantenía vínculos con el Movimiento Renovador Sandinista en Jinotepe, organización de la que se retiró por motivos personales, y tenía cercanía con el mayor en retiro Roberto Samcam, asesinado en San José, Costa Rica, el 19 de agosto en un crimen que, según fuentes allegadas, fue orquestado desde Managua. Petri, quien sufría problemas cardíacos y estaba alejado de la política activa, fue arrestado junto a su hijo, miembro de la iglesia evangélica La Roca, también desaparecido. El pastor de esa iglesia, Rudy Palacios, resultó detenido y desaparecido en el mismo operativo.
La versión oficial brindada a la familia indicó que Petri “se sintió mal” y fue trasladado al Instituto de Medicina Legal, donde supuestamente falleció, sin registros de traslado a hospitales ni atención médica citada. Organizaciones de derechos humanos denunciaron que los capturados en las redadas de julio fueron llevados a centros clandestinos en el Distrito Tres de Managua, con condiciones similares a las de El Chipote, instalación reconocida por denuncias de tortura.
La familia de Petri ha evitado declarar públicamente, debido a temores de represalias, ya que su hijo aún permanece en condición de desaparición forzada. Según fuentes opositoras, las autoridades planean un entierro bajo vigilancia policial en Jinotepe.
La situación ha generado alarma en Carazo, donde la represión se ha intensificado. Opositores locales han sido perseguidos dentro y fuera del país. Además de Samcam, otra figura de Carazo, Joao Maldonado, sobrevivió a dos atentados en Costa Rica. Se repite un patrón de detenciones masivas, incomunicación, desapariciones forzadas y muertes bajo custodia. En los últimos años, fallecieron en prisión el general retirado Hugo Torres en febrero de 2022 tras 244 días en El Chipote, y Eddy Montes, ciudadano nicaragüense-estadounidense, en 2019 en la cárcel La Modelo, tras recibir un disparo de un guardia. En diciembre de 2023, murió el opositor José Modesto Solís Aguilar en circunstancias no aclaradas, mientras que el general retirado Humberto Ortega Saavedra también falleció bajo custodia y en un entorno no especificado.
De acuerdo con el Instituto Segovia, la entrega del cadáver de Petri revela la persistencia de las desapariciones forzadas como política de Estado y solicitó a la comunidad internacional mantener la atención sobre Nicaragua.