La Casa Blanca ratificó este jueves que mantiene conversaciones activas con la Unión Europea (UE) y Canadá sobre política arancelaria, aunque dejó claro que no se contemplan nuevas prórrogas en los plazos establecidos por el presidente Donald Trump para comenzar a aplicar gravámenes a las importaciones.
Durante una rueda de prensa, la portavoz presidencial Karoline Leavitt explicó que el equipo comercial estadounidense continúa en diálogo con representantes europeos con el objetivo de reducir barreras tanto arancelarias como no arancelarias.
“En cuanto a la UE, siguen muy interesados en negociar con nuestro país, por razones obvias, sobre cómo reducir sus barreras arancelarias y no arancelarias, las cuales, según hemos dicho desde hace tiempo, perjudican a nuestros trabajadores y empresas. Con lo cual, el equipo comercial del presidente sigue en conversaciones con representantes europeos”, afirmó.
Sin embargo, Leavitt descartó que Trump extienda una vez más el plazo para imponer aranceles del 30% a bienes europeos, actualmente fijado para el 1 de agosto. La fecha ya había sido postergada anteriormente —originalmente estaba prevista para el 9 de julio—, pero la vocera fue tajante: “El presidente ya ha dicho que no lo hará”.
Las declaraciones de Leavitt se produjeron en paralelo a la visita a Washington del comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, quien tiene previsto reunirse con su homólogo estadounidense, Howard Lutnick, en un intento por alcanzar un acuerdo que evite la aplicación de los nuevos aranceles.
En cuanto a las negociaciones con Canadá, cuyo plazo para evitar aranceles del 35% expira en apenas cuatro días, la portavoz señaló que el diálogo sigue abierto, pero insistió en que Ottawa no lo se lo está poniendo fácil al gobierno de Donald Trump.
“El equipo comercial -apuntó- sigue muy activo en nuestras conversaciones y discusiones con Canadá. El propio presidente ha dicho que, lamentablemente, ha sido bastante difícil tratar con nuestros vecinos del norte en materia comercial”, expresó.
Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha redoblado su ofensiva arancelaria contra socios históricos con el objetivo, según ha dicho, de corregir desequilibrios “injustos” en la balanza comercial estadounidense y atraer más inversión extranjera.
Con los plazos acercándose y las tensiones comerciales al alza, Washington intensifica su presión sobre sus principales socios económicos. Mientras Bruselas y Ottawa buscan evitar nuevos gravámenes que podrían afectar miles de millones en exportaciones, la Casa Blanca refuerza su postura de firmeza, en línea con la estrategia proteccionista que ha caracterizado el segundo mandato de Trump.
El desenlace de estas negociaciones podría redefinir el panorama comercial transatlántico y continental en los próximos meses.
(Con información de EFE)