Imagen de archivo de una plantación de tabaco en España (EuropaPress)El consumo de tabaco en España ha ido reduciéndose con el paso de los años. Las campañas de concientización y otras medidas de prohibición en espacios públicos han reducido la cantidad de consumidores diarios a un 25,8% de la población, situando esta sustancia psicoactiva como la segunda más consumida en España -detrás del alcohol-, según la Encuesta sobre alcohol y otras drogas en España del Ministerio de Sanidad. Pese a este descenso, el sector tabaquero representa un importante aporte económico a las arcas del Estado. En concreto, aporta anualmente 3.755 millones de euros anuales al PIB, siendo Extremadura la región más productora a nivel nacional.
Según detalla el informe Relevancia socioeconómica de la cadena de valor del tabaco en España de Afi, Extremadura se consolida como el epicentro del cultivo de tabaco en España. De los 70 millones de euros de Valor Añadido Bruto generados a nivel nacional por la plantación y la primera transformación, el 99% provinieron de esta región. Siendo el núcleo del cultivo de la hoja de tabaco en España y uno de los principales polos dentro de la Unión Europea.
Además de generar 69 millones de euros de valor añadido en Extremadura, la actividad de cultivo y primera transformación crea en la región 1.050 puestos de trabajo directos, concentrando la actividad principalmente en el norte de la provincia de Cáceres, más concretamente en las comarcas de Campo Arañuelo, La Vera, Alagón, Talayuela o Navalmoral de la Mata. Además, de manera indirecta e inducida, las empresas de tabaco extremeñas mantienen otros 955 empleos.
Otro polo importante para el sector español se encuentra en Canarias, que actualmente es el principal polo manufacturero de España, con una cuota de 68% sobre el valor añadido nacional. La fabricación se distribuye en tres islas: Tenerife, con el grueso de la producción de cigarrillos y fábricas como Japan Tobacco International y TABSA; Gran canaria, con las pantas de Dos Santos, donde Philip Morris ha trasladado gran parte de su volumen de fabricación; y La palma, donde la producción se centra en la elaboración manual de cigarros, con un enfoque artesanal e intensivo en mano de obra.
Lo cierto es que pese a ser los mayores productores a nivel europeo, en España el peso de las importaciones sigue siendo superior al de exportaciones. En concreto, las primeras rozaron en 2024 los 2.000 millones de euros, mientras que las segundas se quedaron en 455 millones de euros. En este contexto, las ventas de las empresas extremeñas y canarias en los mercados exteriores permiten compensar parcialmente el déficit comercial.
El cultivo y la primera transformación presentes en Extremadura fueron responsables de alrededor de 70 u 80 millones de euros anuales en concepto de tabaco sin elaborar. Llegando a exportar la región el 74% del tabaco que produjo en 2024. Pese a que sus exportaciones son relevantes, el informe detalla que representa una parte limitada del total exportador de la economía extremeña. En la última década, ha supuesto en torno al 6,9 % de las exportaciones del sector agroalimentario regional y el 3,6 % del total de exportaciones de Extremadura.
Comparación de importaciones y exportaciones de tabaco en España (AFI)El aporte anual de este sector al PBI español es de 3.755 millones de euros. Esta cifra de divide en contribución directa e indirecta. La primera tiene un valor de 1.825 millones de euros, según el informe Relevancia socioeconómica de la cadena de valor del tabaco en España, de Afi. Las actividades de distribución mayorista y comercialización minorista acaparan el 80% de la contribución directa. Otro 16% corresponde a las empresas dedicadas a la elaboración de productos del tabaco. El 4% restante corresponde a las empresas dedicadas al cultivo de hoja de tabaco y su primera transformación.
Por otro lado, el impacto indirecto asciende hasta los 963 euros, y hace referencia al suministro de bienes y servicios por parte de otras empresas auxiliares a las empresas tabacaleras. Por último, el impacto inducido aporta 967 millones de euros y hace referencia a las rentas salariales que obtienen los trabajadores de las empresas del tabaco.
No solo el PIB se beneficia del sector tabacalero, sino que, en total, el Estado recauda 10.100 millones de euros gracias a la cadena de valor del tabaco. La mayor parte proviene de los Impuestos Especiales, cuya recaudación alcanzó su máximo histórico en 2023 -último dato disponible-, llegando a los 6.712 millones de euros, consolidando a este sector como una de las principales fuentes de ingresos tributarios en la categoría de Impuestos Especiales.
Además, el informe detalla que el sector genera en España 61.500 puestos de trabajo, de los cuales 31.200 son empleos directos y, más concretamente, 18.330 equivalen a jornada completa. Además, el 85% estaban empleadas en la distribución de productos del tabaco (28.480 puestos), el resto se dividen entre cultivo (1.180 empleados) y Fabricación (1.560 empleados). El sector también genera empleos indirectos (13.350) e inducidos (17.000).
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