
El último examen conocido del expresidente Joe Biden para detectar cáncer de próstata se realizó en 2014, cuando tenía 71 años y ocupaba el cargo de vicepresidente, informó el martes un portavoz de la oficina de Biden.
No es inusual que hombres mayores de 70 años dejen de realizarse pruebas regulares del antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés), que es el estándar para evaluar el riesgo de cáncer de próstata, según indican médicos y expertos.
Biden recibió el diagnóstico de la enfermedad el pasado viernes, según un portavoz. Su oficina había informado anteriormente que el diagnóstico surgió mientras se sometía a exámenes médicos “tras experimentar un aumento de los síntomas urinarios”.
Líderes de ambos partidos políticos quedaron sorprendidos el domingo, cuando la oficina de Biden anunció el diagnóstico, describiendo el cáncer como agresivo pero manejable mediante terapia hormonal. “El presidente y su familia están evaluando opciones de tratamiento con sus médicos”, indicó la oficina de Biden.
El anuncio provocó que algunos republicanos cuestionaran si Biden y su equipo sabían que tenía cáncer el año pasado, antes de que retirara su candidatura para la reelección. Sugerían que era poco probable que el cáncer pasara desapercibido en ese momento.
Sin embargo, no han surgido pruebas que respalden esa afirmación. El Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EEUU, que emite directrices sobre procedimientos preventivos, desaconseja la prueba de PSA en hombres de 70 años o más. El cáncer de próstata suele tener un progreso lento, lo que hace innecesarias estas pruebas en hombres mayores, aunque el tipo de cáncer de Biden, según su oficina, es una variante agresiva.

El diagnóstico de cáncer de Biden se ha entrelazado con un debate separado sobre si debería haberse abstenido de buscar la reelección el año pasado debido a su edad y capacidad mental. Biden continuó con su campaña para la reelección de 2024 hasta que un mal desempeño en un debate en junio contra el ahora presidente Donald Trump lo obligó a retirarse.
Un nuevo libro, titulado “Pecado original: El declive del presidente Biden, su encubrimiento y su desastrosa decisión de postularse nuevamente”, escrito por Jake Tapper y Alex Thompson, alega que los asesores de Biden ocultaron su estado de salud en deterioro al público.
Biden rechaza tajantemente que estuviera en declive o que se ocultara algo. Sin embargo, las acusaciones han provocado mucha introspección entre los demócratas respecto a cómo el partido manejó las elecciones presidenciales del año pasado.
El retiro tardío de Biden dejó a su sucesora, la vicepresidenta Kamala Harris, con un período limitado para lanzar una campaña presidencial, la cual perdió frente a Trump.
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