El periodista italiano Sigfrido Ranucci, objetivo de un atentado con coche bomba tras años investigando a la mafia Cosa Nostra

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Se ven partes de unSe ven partes de un automóvil en el suelo mientras la policía militar de los Carabineros se encuentra frente a la casa del periodista de investigación Sigfrido Ranucci después de que un artefacto explosivo detonara debajo del vehículo, en Pomezia, Italia, el viernes 17 de octubre de 2025 (Cecilia Fabiano/LaPresse via AP)

El nombre de Sigfrido Ranucci circula desde hace años por las redacciones italianas y los foros judiciales. Reconocido periodista de investigación, está al frente del programa Report y ha dedicado buena parte de su carrera a abordar los vínculos entre la mafia de Cosa Nostra y el poder. En 2014 salió a la luz su libro El Pacto. La negociación entre el Estado y la mafia en la historia inédita de un agente encubierto, donde narra la trayectoria de Luigi Ilardo, mafioso convertido en colaborador para los Carabineros bajo el alias Oriente tras su paso por prisión. Ese volumen destapó conspiraciones y acuerdos que, durante años, han mantenido a Ranucci en el centro de la polémica y le ha supuesto un flujo constante de amenazas. El propio periodista recordó en 2021, en un programa televisivo, cómo un ex preso le trasladó que los mafiosos “habían dado la orden de matarte” tras la publicación de su libro, pero que el asesinato “fue detenido”.

Durante la noche del jueves, los vecinos de Campo Ascolano, entre Roma y Pomezia, presenciaron un despliegue policial poco habitual. Bajo el coche de Ranucci se había instalado un artefacto explosivo que, al detonar, arrasó el vehículo y dañó el otro coche de la familia - usado habitualmente por la hija del periodista -, además de la vivienda contigua. La onda expansiva fue tan potente que “podría haber matado a quien pasara en ese momento”, según la publicación de Report.

Fuerzas de los Carabineros, agentes de la DIGOS (División General de Investigaciones y Operaciones Especiales), bomberos y técnicos de policía científica se desplazaron hasta el lugar. La Fiscalía antimafia de Roma tomó las riendas de la investigación y puso en marcha las pruebas necesarias, mientras se avisaba al Prefecto. Ranucci especificó que “se usó al menos un kilo de explosivos” y confirmó que carecía de cámaras de seguridad en la zona, lo que complica el rastreo de los autores materiales. La investigación judicial, encabezada por el fiscal Carlo Villani y la adjunta Ilaria Calò, se centra en un delito de daños con el agravante de método mafioso, pendiente de los primeros informes policiales sobre el caso.

El auto destruido de SigfridoEl auto destruido de Sigfrido Ranucci (La Repubblica)

El periodista explicó a Corriere della Sera que su “hija pasó delante de mi coche pocos minutos antes de la explosión, podrían haberla matado...”: la hija de Ranucci había estacionado su propio vehículo cerca de las 21:40, unos veinte minutos antes de la explosión. La vivienda resultó dañada en su parte exterior, pero no se registraron víctimas: “Parece que se trata de un artefacto rudimentario”, expresó el periodista, “pero ahora hay que determinar la naturaleza del explosivo. Con todas las amenazas que recibimos, no es sencillo identificar el origen”. Ranucci también dio a entender que intuye a qué se debe el ataque: “Puede que no sea una coincidencia el hecho de que hace pocos días anuncié los temas de las nuevas investigaciones de Report”. Las mismas tratarían sobre los vínculos entre la Cosa Nostra, la ‘Ndrangheta (otra mafia de Calabria, considerada de las más poderosas y peligrosas del mundo), grupos de extrema derecha y notorios atentados previos de las mafias. Tras una madrugada de tensión bajo custodia policial, Ranucci declaró a la agencia Ansa: “Voy en coche escoltado por los carabineros y estoy yendo a denunciar lo ocurrido”.

Las imágenes difundidas en las redes muestran el estado de los vehículos y la fuerza del estallido, que dejó huella en el entorno inmediato. Ranucci subrayó que su hijo fue quien aparcó el coche en ese lugar a la hora de la comida. Mencionó que desde 2014 vive con escolta policial por amenazas tras la publicación de aquel lbro y los reportajes de Report. El periodista habló también de un reciente “clima de aislamiento y deslegitimación” y de amenazas de vieja escuela como el hallazgo de dos balas P38 ante su casa o seguimientos detectados por su equipo de protección.

En las reuniones posteriores con los fiscales, Ranucci precisó: “Con los fiscales hemos identificado cuatro o cinco posibles pistas, todas las cuales, sin embargo, llevan al mismo sitio” Tras presentar la denuncia ante los Carabineros, el periodista fue interrogado durante dos horas para delimitar varias hipótesis de la investigación. Recordó que la lista de amenazas recibidas, todas denunciadas, suma al menos una treintena. La autoridad judicial decretó el secreto del sumario.

La explosión coincidió con el octavo aniversario del asesinato, también con artefacto explosivo, de la periodista maltesa Daphne Caruana Galizia. La primera ministra Giorgia Meloni expresó a través de sus redes: “La libertad y la independencia de la información son valores esenciales de nuestras democracias, que seguiremos defendiendo”, y condenó “el grave acto de intimidación que ha sufrido” Ranucci. El presentador vinculó esta acción a una “escalada” de amenazas ligadas al trabajo de Report sobre la Cosa Nostra, la ‘Ndrangheta, vinculaciones con grupos de extrema derecha y asesinatos mafiosos conocidos. Ante los medios, manifestó: “Quien piense que puede condicionar el trabajo de Report haciendo algo así, logrará el efecto contrario. Lo único que puede conseguir esto es hacernos perder algo de tiempo”.

La reacción no se limitó al entorno del periodista. Portavoces de la profesión y la política italiana mostraron también su solidaridad. Datos recientes recogidos por Reuters detallan que 81 reporteros han sufrido actos de intimidación durante el primer semestre de 2025 en Italia, con 16 casos de agresión física. El secretario general de la Federación Nacional de la Prensa Italiana, Alessandra Costante, afirmó que “el ataque contra Sigfrido Ranucci hace retroceder décadas el reloj de la democracia en Italia”.

Las cifras de Reporteros Sin Fronteras sitúan al país en el puesto 49 en libertad de prensa a nivel mundial, y la organización advierte de un contexto donde los periodistas que se enfrentan a la mafia o la corrupción pueden ser objetivo de amenazas y agresiones.

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