
A medida que el otoño comienza a instalarse y las temperaturas empiezan a descender lentamente, muchas personas ya se están preparando para la temporada de frío. Aunque el cambio de estación suele traer consigo temperaturas más frescas, este año el descenso ha tardado en llegar. Sin embargo, en la mayoría de los hogares, ya se han comenzado a sacar los abrigos del armario, poner el edredón en la cama y encender la calefacción para afrontar los días más fríos.
Sin embargo, hay un pequeño detalle que no se debe pasar por alto: después de un largo periodo sin uso, los radiadores suelen acumular polvo y suciedad, lo que puede afectar su funcionamiento. Esta acumulación de polvo, que a simple vista puede parecer inofensiva, es mucho más que una molestia estética. Con el paso del tiempo, el polvo reduce la capacidad del radiador para transmitir calor, lo que genera una distribución menos eficiente del calor en el hogar. Como resultado, los radiadores tardan más en calentar el ambiente y, lo que es peor, el consumo energético puede aumentar, encareciendo las facturas de electricidad o gas.
Es por ello que, antes de encender nuevamente los radiadores, es fundamental realizar una limpieza adecuada. En este contexto, la creadora de contenido @mimomami ha compartido un consejo innovador y sencillo que promete facilitar esta tarea de manera eficiente.

La recomendación de la experta es una técnica tan simple como poco conocida. En lugar de recurrir a herramientas complicadas o productos especializados, la creadora sugiere utilizar un secador de pelo para limpiar los radiadores. Según su explicación, basta con encender el secador a máxima potencia y pasarlo por encima del radiador. El aire caliente generado por el secador ayuda a soltar el polvo y la suciedad adherida a las superficies metálicas del radiador, y gracias a la fuerza del aire, todo el polvo caerá hacia abajo. Para facilitar aún más la limpieza, es importante colocar un trapo o toalla debajo del radiador para recoger la suciedad que caerá al suelo. Además, al no requerir contacto directo con el radiador, este truco minimiza cualquier riesgo de dañar las superficies del mismo, lo cual es especialmente importante cuando se trata de radiadores de metal que pueden oxidarse con el tiempo.

Aunque este truco es bastante efectivo, hay varios aspectos que es importante tener en cuenta para que la limpieza sea segura y completa. Lo primero, y más importante, es asegurarse de que la calefacción esté apagada y que el radiador esté completamente frío antes de comenzar. De lo contrario, el aire caliente del secador podría hacer que el radiador se caliente de forma inesperada, lo que podría resultar en un riesgo de quemaduras o daños en los materiales.
Una vez que se ha retirado el polvo y la suciedad con el secador, @mimomami recomienda limpiar las superficies exteriores del radiador con una esponja ligeramente húmeda. El agua tibia y el jabón neutro son ideales para evitar la acumulación de humedad excesiva, lo cual podría desencadenar la oxidación del metal con el tiempo. De esta manera, no solo se elimina la suciedad visible, sino que se protege el radiador para que funcione de manera eficiente durante toda la temporada.