“Mi enfoque es desde el color y la energía de los espacios, para mí son elementos fundamentales para crear ambientes que reflejen la esencia de quienes los habitan”, explica a Infobae la arquitecta y artista plástica Mariana Pussacq, quien comparte su filosofía acerca de cómo encarar el diseño de interiores para darle un espíritu personal, que hable del espacio que habitamos y de nosotros mismos.
Su método, al que llama Healthy Interiors, propone un cambio de paradigma en el diseño, priorizando la conexión emocional y sensorial con los espacios antes que las tendencias externas o las referencias tradicionales.

El proceso comienza con una introspección guiada, en la que Mariana, quien es fundadora de Casa Almacén, guía una meditación para anclar en el presente y que su cliente conecte con su ser interior antes de tomar decisiones sobre el diseño de sus espacios.
En este contexto, el color se convierte en el eje central del diseño, ya que, según el método, las elecciones cromáticas realizadas desde esta conexión profunda suelen diferir de las que se harían basándose únicamente en tendencias.
Este enfoque comienza con la elección del color antes de definir la forma, los materiales o la disposición de los muebles. El color actúa como un disparador emocional que guía el resto del diseño.
Por ejemplo, si un cliente elige un tono violeta tras el ejercicio de introspección, este color determinará no solo la paleta cromática del espacio, sino también las formas y texturas que lo acompañarán.
El diseño, en este caso, se convierte en un proceso holístico en el que Mariana aporta su conocimiento para adaptar las elecciones del cliente a un espacio funcional y armónico.

Este método también considera que los espacios tienen su propia energía y vibración, un concepto que se remonta a prácticas antiguas como las utilizadas en Egipto, donde se medía la frecuencia vibratoria de los ambientes. En este sentido, el diseño de interiores no solo busca ser estéticamente agradable, sino también generar una conexión emocional y energética con quienes lo habitan.
En este sentido, el diseño se convierte en una herramienta para reconectar al ser humano con su entorno, en un contexto donde la tecnología y la vorágine externa muchas veces generan una desconexión con lo esencial.
Esta visión integral del diseño busca crear una coherencia entre el espacio y la persona, reflejando su esencia en cada detalle.

Mariana describe cómo cada momento histórico ha influido en la percepción del color en los espacios.
La preferencia por las paredes blancas, que se popularizó tras la Segunda Guerra Mundial debido a su bajo costo y funcionalidad, llevaron a una desconexión con el uso del color en el diseño: “Esta tendencia, que se originó en Europa y se extendió a otras regiones, ha generado una percepción de que los colores son arriesgados o inapropiados, mientras que el blanco se considera una opción segura y neutral”.

El enfoque Healthy Interiors representa una nueva manera de entender el diseño de interiores, donde el color, la energía y la conexión emocional se convierten en los pilares fundamentales para crear espacios auténticos y personales.
Este método no solo transforma los ambientes, sino también la relación de las personas con sus hogares, promoviendo un diseño que va más allá de lo estético para conectar con lo esencial, porque el color no solo es una cuestión estética, sino también una frecuencia que puede influir en la energía y el bienestar de las personas.
* Fotos y videos: Cecilia Longar