El gobernador Jaldo convocó a expertos y académicos para debatir sobre libertad religiosa y dignidad humana

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Ponencia del Rabino Fishel SzlajenPonencia del Rabino Fishel Szlajen

La provincia de Tucumán celebró el miércoles la Primera Jornada Académica sobre Libertad Religiosa y Dignidad Humana, organizada por el Gobernador Osvaldo Jaldo a través de la Secretaría de Culto y Vinculación con Organizaciones de la Sociedad Civil, a cargo de Roxana Díaz. Más de mil personas colmaron el Teatro Mercedes Sosa, convirtiendo al encuentro en uno de los eventos interreligiosos de mayor convocatoria de los últimos años en la región.

La jornada se desarrolló en el marco de la presentación del Proyecto de Ley 25-PE-24, que propone instituir el 25 de noviembre como Día Provincial de la Libertad Religiosa, en consonancia con la Declaración de la ONU de 1981 contra la intolerancia religiosa. El dictamen de comisión y el texto definitivo del proyecto estuvieron a disposición del público, reforzando el carácter institucional del acto.

El evento reunió a los tres poderes del Estado provincial, gobernador, ministros, legisladores, jueces, representantes de credos, universidades, fuerzas de seguridad, organismos internacionales y organizaciones de la sociedad civil. En ese marco amplio y diverso, la presencia del Rabino Dr. Fishel Szlajen ocupó un lugar central. Su trayectoria nacional e internacional como bioeticista, miembro de la Pontificia Academia para la Vida en el Vaticano, especialista en religión y estado de derecho por la Universidad de Oxford, más su liderazgo en producción académica interreligiosa orientada a políticas públicas le otorgaron al encuentro un marco conceptual y técnico pocas veces visto en eventos de esta naturaleza.

El gobernador Osvaldo Jaldo juntoEl gobernador Osvaldo Jaldo junto al Rabino Fishel Szlajen y ministros provinciales

Tras recorrer la Casa Histórica de Tucumán —donde firmó el libro de visitantes ilustres en el Salón de la Jura— y luego dialogando en la Casa de Gobierno con el gobernador Osvaldo Jaldo y los ministros de Salud, Justicia y la Secretaria de Culto, sobre el rol de la ética y la religión en la construcción de políticas públicas; la intervención de Szlajen hilvanó con claridad temas que rara vez se abordan de manera integrada. Los tópicos fueron: libertad religiosa, filosofía política, derecho, bioética, educación, tecnología, seguridad y gobernanza. Abrió su exposición recordando que la libertad de conciencia “no es una concesión del Estado, sino un derecho humano inalienable”, y afirmó que sin ella “no hay ciudadanía plena ni república posible”. Propuso, además, una concepción de la secularidad entendida como neutralidad activa del Estado, capaz de proteger por igual la diversidad religiosa sin privilegiar a ninguna.

Uno de los tramos más destacados fue el dedicado a la educación. Basándose en su rol previo en la Secretaría de Educación de la Nación y su impulso para la elaboración del Plan Federal para la Enseñanza del Holocausto y del Genocidio Romá, sostuvo que incorporar la conmemoración al calendario escolar no implica proselitismo, sino formación cívica, histórica y ética. “La escuela pública es el primer laboratorio de convivencia democrática”, señaló Szlajen. Explicó, con ejemplos concretos, la importancia de enseñar las religiones en la escuela pública como parte fundamental de la historia de la humanidad, recuperando profundidad humanística y ofreciendo valores, sentido y criterios éticos que fortalecen la convivencia democrática y la ciudadanía crítica en un contexto social crecientemente fragmentado.

Panel Interreligioso con el MinistroPanel Interreligioso con el Ministro de Gobieron y Justicia de Tucuman

En materia de salud y bioética, abordó los desafíos de la edición genética, la inteligencia artificial en medicina, el final de vida, la objeción de conciencia individual e institucional más la objeción de ciencia. Enfatizó en documentos interreligiosos que ha elaborados junto al Dr. Rubén Revello y otros clérigos-académicos, los cuales sirvieron de referencia para protocolos sanitarios durante la pandemia, para la ley de cuidados paliativos y para políticas en protección de la ancianidad, algorética o ética de la IA y compatibilidad religiosa en procesos de adopción. “Cuando la ética falla —advirtió— la tecnología se deshumaniza, la salud se mecaniza, la justicia pierde legitimidad, la política se degrada y el Estado se vuelve arbitrario. Pero cuando la ética se integra a la gestión, la institucionalidad se fortalece, la regulación mejora, la ciencia actúa con responsabilidad, la ciudadanía confía y la democracia se consolida”. La frase resonó con fuerza en el auditorio por su pertinencia en un escenario nacional e internacional marcado por la incertidumbre y la erosión del sentido público.

El eje más novedoso de la exposición fue, quizás, el dedicado a los fundamentos de su Proyecto de Consejo Nacional de Producción Interreligiosa, diseñado para pensar políticas públicas con mayor legitimidad social, humanismo y profundidad ética. Su principal aporte radica en convertir la diversidad espiritual del país en un recurso estratégico para anticipar conflictos, fortalecer la cohesión social, mejorar la gobernanza y ofrecer al Estado una matriz de deliberación experta que trascienda intereses partidarios. Esta propuesta de Szlajen —habiéndola presentado ya en la OEA y en el G20— sostiene que la libertad religiosa y el diálogo interreligioso deben producir alternativas viables para todos los ámbitos de la política pública, reduciendo tensiones, promoviendo confianza y facilitando resoluciones pacíficas.

Diálogo con el Gobernador yDiálogo con el Gobernador y Ministros sobre el rol de la ética y la religión en las políticas públicas.

Como cierre, Szlajen propuso líneas de acción concretas para los ministerios presentes: programas educativos sobre libertad religiosa; incorporación de la dimensión ética y espiritual en políticas de salud y justicia; y mecanismos de cooperación entre comunidades de fe y seguridad pública. “Educar, sanar y proteger —afirmó— son tres ministerios que expresan una misma libertad como derecho humano fundamental”.

La jornada incluyó también la presentación de su libro Ética y Políticas Públicas, cuyo enfoque interdisciplinario fue destacado por las autoridades como un aporte valioso para la toma de decisiones en áreas críticas como salud, tecnología, educación, justicia, cultura y democracia. En una síntesis celebrada por el auditorio, Szlajen afirmó: “La ética no es una aspiración ni un adorno: es infraestructura del Estado, institucional, técnica y civilizatoria”.

Al finalizar, la percepción general entre los asistentes era inequívoca: Tucumán se había convertido, por unas horas, en epicentro nacional del debate sobre libertad religiosa, dignidad humana y políticas públicas. El consenso político, académico y comunitario —inusual en tiempos de fragmentación social— dejó instalada la idea de que la provincia puede asumir un liderazgo federal en la materia.

Tucumán, cuna de la independencia argentina, podría ahora convertirse, como expresó Szlajen, “en cuna de la libertad religiosa”. La jornada no fue sólo la presentación de un proyecto legislativo: fue la demostración de que la cooperación entre Estado, academia y comunidades religiosas puede producir políticas públicas más humanas, más justas y más estables. Un modelo que la provincia —y posiblemente la Nación— podría transformar en práctica permanente.

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