Encerrado en una antigua base militar en las colinas de Los Ángeles, Jared Leto recibió al director Joachim Rønning para hablar sobre Tron: Ares, la próxima película de ciencia ficción que continúa el legado iniciado en 1982 con Tron y seguido por Tron: Legacy en 2010.
La casa de Leto, una antigua estación de control reconvertida por la Fuerza Aérea en 1947 durante la Guerra Fría y adquirida por el actor en 2015, se convirtió en el escenario para perfilar a Ares, el nuevo protagonista de esta tercera entrega.
“Solía ser una antigua base de la Fuerza Aérea y es fascinante, porque básicamente todavía parece una, y está en el medio de Hollywood”, relató Rønning a Empire. En ese contexto, ambos discutieron los matices del personaje que da nombre al film y que representa una nueva visión dentro del universo Tron.

Ares es una inteligencia artificial que accede al mundo real. Su construcción narrativa parte de un enfoque introspectivo, que busca explorar preguntas fundamentales sobre la conciencia y la humanidad.
“Quería que este personaje sostuviera un espejo para la audiencia”, afirmó el cineasta a Empire. Además detalló que “hablamos mucho sobre él casi siendo un bebé, descubriendo el mundo por primera vez y cómo queríamos que la audiencia viera el mundo a través de sus ojos. Las pequeñas cosas que damos por sentado, o que ya no vemos. Eso fue importante”.

El director también planteó una referencia directa al clásico personaje de cuento: “No quiero ser demasiado cliché, pero siempre pensé en él un poco como Pinocho. Ares quiere ser un chico de verdad”.
En la historia, Ares trabaja como segundo al mando del personaje interpretado por Evan Peters, Julian Dillinger, una figura con ambiciones corporativas que domina una nueva zona digital llamada Dillinger Grid.
Rønning señaló que “Dillinger lo gobierna, así que tiene que hacer lo que le dice, y comienza a cuestionar las cosas a medida que se vuelve más consciente de sí mismo”.
Uno de los elementos más distintivos de Tron a lo largo de sus entregas fue el Disco de Identidad, una herramienta que almacena los datos de cada programa, registra sus experiencias y funciona como arma.
En esta película, el diseño del disco evoluciona: Ares utiliza un modelo triangular, diferente al habitual disco redondo.
“Sí, definitivamente es un arma. Y es solo un disco superior”, aseguró Rønning. Sobre la posible reacción de los seguidores de la saga, agregó: “Estoy seguro de que la gente se asustará de que no sea redondo. Pero también tenemos discos redondos”.

Este nuevo diseño no es únicamente una elección visual. El director noruego explicó que forma parte de una lógica interna vinculada al nuevo entorno digital en el que se desarrolla la acción.
“Darren Gilford, nuestro diseñador de producción, y yo queríamos crear algo único para Dillinger Grid (universo virtual), porque esto es nuevo. Entonces, ese disco es parte de la imagen más amplia de cómo está diseñada ese entorno digital”, explicó el cineasta de 52 años.

El traje de Ares también refleja el nuevo enfoque visual. Según Rønning, su diseño implicó un proceso minucioso junto a Darren Gilford y el estudio Wētā: “Probablemente pasamos un año diseñando el traje, con Darren Gilford y Wētā”.
Subrayó que buscaban equilibrio entre el espíritu del Tron original y una actualización visual acorde a los nuevos tiempos: “Era tan importante para mí que todo se sintió como el Tron del 82, pero al mismo tiempo algo nuevo”.

Las características del traje de Ares presentan un diseño más rígido, con líneas irregulares y una estética deliberadamente menos amigable. “Puedes ver que las líneas del traje son un poco más irregulares. El diseño es un poco más duro. Antipático”, detalló el director a Empire.
En lo musical, la producción también marca un giro. Mientras Tron: Legacy fue reconocida por su banda sonora orquestal a cargo de Daft Punk, esta entrega apuesta por un enfoque sonoro más agresivo, confiado a Nine Inch Nails. Rønning ya había señalado a Empire que esta entrega es “más valiente”, y la nueva banda sonora apunta en esa dirección.