
Dwayne Johnson no busca lanzar golpes, al menos no fuera del cuadrilátero. El actor de 53 años, conocido por su imponente físico y su carisma en pantalla, enfrenta uno de los mayores tropiezos comerciales de su carrera con el estreno de The Smashing Machine, un drama deportivo que recaudó apenas 6 millones de dólares en su fin de semana de debut, la cifra más baja para una película protagonizada por él.
Dirigida por Benny Safdie, conocido por su estilo intenso en filmes como Uncut Gems, The Smashing Machine relata la historia real del luchador de artes marciales mixtas Mark Kerr, quien alcanzó el éxito en la década de 1990 mientras lidiaba con adicciones, lesiones y conflictos personales. En la cinta, Johnson interpreta a Kerr, y Emily Blunt da vida a Dawn Staples, la entonces novia del luchador.
A pesar del bajo rendimiento en taquilla, el proyecto había generado grandes expectativas tras su ovación de pie en el Festival de Cine de Venecia, donde debutó durante el verano de 2025. En ese momento, muchos críticos destacaron la transformación física y emocional de Johnson, considerándola una de las actuaciones más serias y comprometidas de su carrera.
“Desde lo más profundo de mi ser, gracias a todos los que han visto The Smashing Machine”, escribió el actor en Instagram. “En nuestro mundo narrativo no puedes controlar los resultados de taquilla, pero sí puedes controlar tu actuación y tu compromiso de desaparecer por completo e ir a otro lugar”.

El actor, acostumbrado a los grandes éxitos de Hollywood, reconoció que esta película lo cambió profundamente como intérprete. “Fue un honor asumir este papel para mi director, Benny Safdie. La verdad es que esta película me ha cambiado la vida”, añadió.
Para encarnar a Mark Kerr, Johnson no solo tuvo que sumergirse en el drama psicológico del personaje, sino también transformar su cuerpo una vez más. Safdie contó que le pidió a Johnson que se hiciera “aún más grande” para parecerse al luchador real.
“Dwayne es un tipo enorme, pero Mark Kerr era todavía más. Le dije que necesitaba ponerse más musculoso, y él me respondió: ‘Dame cuatro meses’. Y cumplió”, relató el director. Johnson ganó 30 libras de músculo adicional para el papel, un esfuerzo físico que acompañó con un trabajo emocional intenso.
Durante el rodaje, la autenticidad llegó al extremo. En una de las escenas más crudas, Safdie pidió que Johnson recibiera un golpe real. “Le dije: ‘No quiero cortar. Es importante que el público vea cómo le pegan de verdad’”, explicó. El actor aceptó sin dudarlo. “Le dije a mi oponente: ‘Yoko, tienes que golpearme’. Él respondió: ‘No puedo, señor’. Y Dwayne insistió: ‘Hazlo, ya sabes cómo evitar romperme la mandíbula. ¡Dámelo!’”.
El resultado, según el director, fue una de las escenas más realistas de la película. “Le dieron un golpe en la cabeza de verdad. No parece una escena fingida”, dijo Safdie.
A pesar de los elogios a las actuaciones, The Smashing Machine no logró atraer a las audiencias masivas que suelen acompañar las producciones de Johnson. En comparación, títulos como Moana (2016) y Jumanji: Welcome to the Jungle (2017) recaudaron 687 y 962 millones de dólares respectivamente en todo el mundo. Incluso Fast X (2023), donde Johnson tuvo un papel secundario, superó los 140 millones solo en Estados Unidos y Canadá.
Los expertos señalan que el cambio de tono de Johnson, quien suele encabezar películas familiares o de acción con humor, podría haber influido en el modesto desempeño comercial. “El público asocia a Dwayne con entretenimiento ligero, no con introspección ni drama deportivo”, apuntó un analista de taquilla citado por The Hollywood Reporter.
Sin embargo, la cinta ha mantenido un 84% de aprobación crítica en plataformas especializadas, con varios periodistas de cine destacando la madurez actoral de Johnson y la dirección arriesgada de Safdie. Tanto Johnson como Emily Blunt han sido mencionados como posibles candidatos al Oscar por sus interpretaciones.
En los últimos años, Dwayne Johnson ha intentado diversificar su carrera más allá de los grandes estudios y las franquicias de acción. The Smashing Machine representa su apuesta más seria hasta la fecha por un cine de autor. Su decisión de colaborar con Safdie —más asociado a la escena independiente— demuestra su interés por ser reconocido no solo como estrella, sino como actor dramático.
El propio Safdie confesó que Johnson lo buscó para el proyecto. “Dwayne me contactó y me dijo que quería hacer algo diferente. Quería que todo se sintiera lo más real posible. Ese fue nuestro lema: tan real como sea posible”, contó el cineasta.