La nueva serie española de Netflix, Olympo, irrumpió en el panorama audiovisual con una propuesta que traslada la tensión y los dilemas éticos del deporte de élite al drama adolescente, situando su acción en el ficticio CAR Pirineos, un centro de alto rendimiento donde jóvenes atletas luchan por alcanzar la cima. Protagonizada por Clara Galle, la producción explora los límites de la ambición, la presión institucional y los conflictos personales que surgen cuando el éxito se convierte en una obsesión.
El punto de partida de la trama se sitúa en un momento de crisis: el desmayo de una nadadora durante un entrenamiento en el centro deportivo. Este incidente desencadena la investigación de Amaia, capitana de la selección nacional de natación artística, quien comienza a sospechar que algunos de sus compañeros podrían estar recurriendo a métodos poco claros para mejorar su rendimiento. La serie, creada por Jan Matheu, Laia Foguet e Ibai Abad, y dirigida por Marçal Forès, Daniel Barone, el propio Abad y Ana Vázquez, se adentra en el universo del alto rendimiento juvenil, mostrando el desgaste físico y emocional al que se ven sometidos los protagonistas.

A diferencia de otras ficciones juveniles ambientadas en colegios privados o entornos urbanos, Olympo opta por un escenario donde la disciplina y la exigencia marcan el día a día. El CAR Pirineos se convierte en un microcosmos donde la fragilidad no tiene cabida y donde la constante evaluación de los entrenadores, las jerarquías internas y la presión institucional configuran un ambiente de máxima competitividad. En este contexto, la vida afectiva de los personajes se entrelaza con la competencia profesional, generando una tensión constante entre la lealtad y la supervivencia.
La serie no solo se centra en la historia de Amaia, sino que traza un mapa coral de personajes jóvenes que deben definirse ante dilemas éticos y personales. Entre ellos destacan Nira Osahia, Agustín Della Corte, Nuno Gallego, María Romanillos, Martí Cordero, Juan Perales, Andy Duato y Najwa Khliwa, quienes integran el elenco principal. Cada uno de estos personajes enfrenta sus propios retos, desde la exigencia familiar hasta el impacto psicológico del éxito precoz, pasando por la tentación del dopaje y la presión por mantener una imagen física determinada.

Uno de los temas centrales de Olympo es la reflexión sobre los límites de la ética en el deporte. La serie plantea preguntas incómodas: ¿es legítimo poner en riesgo la integridad personal por alcanzar el éxito? ¿Hasta dónde puede llegar un joven atleta para no quedarse atrás en la carrera hacia la gloria? Estas cuestiones se abordan a través de situaciones concretas, como la sospecha de dopaje entre los competidores y la constante comparación entre los miembros del equipo.
La serie no elude otros problemas estructurales del deporte de alto nivel, como la homofobia. A través del personaje de Roque, interpretado por Agustín Della Corte, Olympo aborda el impacto de la discriminación en la carrera de los deportistas. En una de las tramas más significativas, Roque, considerado el mejor jugador del equipo de rugby, es apartado de un partido importante tras publicar una foto junto a un compañero en sus redes sociales, siguiendo la orden de su entrenador.

Olympo también se adentra en la denuncia de la masculinidad tóxica en el deporte, mostrando cómo los estereotipos de género y la presión por cumplir con ciertos modelos afectan tanto a hombres como a mujeres. La serie utiliza escenas de entrenamiento, competición y vida cotidiana en el centro para ilustrar cómo estas dinámicas influyen en la autoestima y las relaciones personales de los protagonistas.
La apuesta de Netflix por Olympo incluye un reparto que combina rostros conocidos con talentos emergentes, así como un equipo creativo que ya ha colaborado en proyectos anteriores, como la saga A través de mi ventana. Esta experiencia previa se refleja en el estilo visual y emocional de la serie, que busca conectar con el público adolescente sin renunciar a la complejidad de los temas que aborda.

Olympo se presenta como una serie que, bajo la apariencia de un drama juvenil, ofrece una exploración honesta y sin concesiones de los desafíos que enfrentan los jóvenes atletas en su camino hacia la excelencia. Con una narrativa que combina tensión, emoción y reflexión, la producción invita a cuestionar los valores y las estructuras que rigen el deporte de élite, al tiempo que reivindica la diversidad, la salud mental y la integridad personal como elementos fundamentales en la formación de los campeones del futuro.