
La versatilidad de Sean Bean se refleja en una carrera que abarca tanto el cine de autor como la televisión histórica, sin dejar de lado su afición por la jardinería, una pasión que le permite lograr un equilibrio entre lo personal y lo profesional.
El actor británico, uno de los rostros más reconocidos de la pantalla grande y chica de su país, atraviesa un periodo de intensa actividad.
Conocido por sus papeles en El Señor de los Anillos y Game of Thrones, Bean lidera actualmente el elenco de Anemone, un drama familiar independiente que marca el regreso de Daniel Day-Lewis a la actuación después de ocho años de retiro.

Además, Bean suma a su agenda una ambiciosa serie televisiva sobre Robin Hood, lo que reafirma su vigencia en la industria audiovisual. En declaraciones a The Rake (UK), el actor señaló que estos proyectos representan su deseo de buscar nuevas formas narrativas y su constante pasión por la interpretación.
En Anemone, Bean comparte escena con Day-Lewis, motivado a regresar al cine gracias a la dirección y coautoría de guion de su hijo, Ronan Day-Lewis. La historia retrata el reencuentro de dos hermanos, ex paramilitares británicos en Irlanda del Norte, obligados a enfrentar traumas del pasado y vínculos familiares en un ambiente dominado por la soledad y el resentimiento.
Bean describió el rodaje como particularmente intenso, sobre todo durante una escena donde el personaje de Day-Lewis rememora un incidente perturbador con un sacerdote.

“La escena cuando Daniel habla de ese encuentro fue bastante inquietante, incluso leerla resultaba perturbador, pero también te hace reír de lo impactante que es. Daniel es un profesional consumado, como todos sabemos, y mantuvo una concentración inmensa en cada toma”, afirmó Bean según The Rake (UK).
Sostuvo que, aunque ambos comparten devoción por su oficio, sus métodos difieren: “Puedo aportar la misma intensidad, pero no siento la necesidad de cargar con ese peso fuera del set. Es suficiente con las largas jornadas de trabajo”.
La película, donde también participa Samantha Morton, se distancia de los grandes éxitos de taquilla al apostar por un enfoque introspectivo y perturbador, en sintonía con el cine de autor europeo.

Bean estima que Anemone atraerá especialmente a seguidores del cine independiente. “No sé si será del gusto de todos, pero creo que quienes aprecian el cine independiente la disfrutarán. Tiene un aire europeo que me resulta muy atractivo”, expresó.
Para Bean, el regreso de Day-Lewis asegura el interés tanto del público como de los estudios, dotando de mayor visibilidad a este tipo de producciones íntimas.
Entre sus trabajos recientes también figura The Yellow Tie, un drama biográfico ambientado en Bucarest y, en palabras del actor, evocador del estilo de las películas de Merchant Ivory de los ochenta.

Sin embargo, reconoce que los intereses del público y las posibilidades de distribución de este tipo de obras han cambiado.
“Siempre quieres que la mayor cantidad de gente vea tu trabajo, porque entregas mucho de ti en cada proyecto. Pero a veces el tema es tan bueno que lo hago igual, aunque no sepa si llegará a estrenarse”, explicó. Bean reflexionó además sobre el auge de producciones para plataformas digitales, advirtiendo que muchas de ellas no alcanzan la calidad esperada.
La colaboración con los Day-Lewis fue para Bean una experiencia de aprendizaje y admiración mutua. Destacó el riguroso método actoral de Daniel, vinculado al sistema de Stanislavski, así como la capacidad de Ronan para dirigir con sensibilidad y sentido del humor.

“Daniel es 100 por 100 métodos. Me invitó a Irlanda solo para escucharme hablar y copiar mi acento, y lo hizo a la perfección durante todo el rodaje. Ronan, por su parte, es un hombre encantador, muy perceptivo y con una gran visión artística”, relató Bean a The Rake (UK).
En televisión, Bean regresa con una nueva versión de Robin Hood, donde interpreta al Sheriff de Nottingham. La serie, con Jack Patten y Lauren McQueen en los papeles de Robin y Marian, adopta un enfoque histórico más riguroso y se rodó en Serbia, donde se construyó un castillo a gran escala para ambientar la época.
“Al tratarse de diez episodios, podemos contar la historia de forma extensa y detallada. Es una producción épica, con grandes escenas de lucha y un enfoque en la influencia normanda y la conversión religiosa”, detalló el actor.

Tras su paso por la saga Sharpe, Bean disfruta de los retos físicos y narrativos de estos papeles, aunque admite que la exigencia física crece con el tiempo.
La trayectoria de Bean se caracteriza por la alternancia entre grandes superproducciones—GoldenEye, La leyenda del tesoro perdido, Misión rescate—y dramas televisivos de corte social, como Time, donde interpretó a un profesor enfrentándose a la dureza del sistema penitenciario.
Elige guiones con diálogos sólidos y temáticas variadas, y busca proyectos que le permitan explorar diferentes géneros y formatos. “Me gusta probar cosas distintas, no hacer siempre lo mismo. Fueron un par de años muy buenos, con papeles muy diversos”, comentó.

Fuera de los escenarios, Bean cultiva su pasión por la jardinería en su hogar en Somerset, donde encuentra un equilibrio fundamental para no dejarse absorber por la profesión. Considera que desarrollar actividades ajenas a la interpretación, como la horticultura, es esencial para recargar energías.
“La jardinería y la horticultura son un gran complemento para la actuación. Se equilibran muy bien y me ayudan a mantener los pies en la tierra”, confesó. Entre sus preferencias personales, destacó su rechazo a los platos complicados y su predilección por la sencillez.
Con una carrera que abarca epopeyas históricas y dramas contemporáneos, y nuevos proyectos que mantienen su voz inconfundible en el centro de la escena cinematográfica y televisiva, Sean Bean se consolida como un referente duradero del audiovisual británico, tal como anticipa The Rake (UK).