
Una nueva área de baja presión tropical, conocida como Invest 95L (AL95), se desplaza actualmente por el Atlántico central, y los pronósticos del Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) indican que podría convertirse en una depresión tropical en los próximos días. El sistema genera una amplia zona de nubosidad desorganizada y lluvias desde con vientos máximos de 46,3 km/h [25 nudos] y olas de hasta 2,44 metros [8 pies] dentro de un radio de 333 kilómetros [180 millas náuticas] al norte de su centro.
El NHC precisó que las condiciones ambientales favorecen el desarrollo gradual de este sistema, por lo que se estima una probabilidad de formación del 50% en las próximas 48 horas y del 70% en los próximos siete días. De consolidarse como tormenta tropical, recibiría el nombre de Jerry, conforme a la lista de denominaciones de la temporada 2025. El organismo recomendó a la población de las islas de Sotavento (Leeward Islands) vigilar el avance del sistema, que podría aproximarse a la región hacia finales de la semana.
Hasta ahora, el fenómeno no representa amenaza inmediata para territorio continental de Estados Unidos. El pronóstico indica que, de desarrollarse, podría moverse cerca o al norte del noreste de las islas del Caribe a finales de la semana. Un frente frío en la costa este del país contribuiría a desviar el sistema mar adentro, lo que reduciría el riesgo de impacto directo.

La temporada de huracanes en el Atlántico 2025 ha registrado actividad significativa, aunque hasta el 6 de octubre ningún huracán ha tocado tierra en Estados Unidos. Tras un periodo de relativa calma, el Atlántico experimentó una secuencia de tres huracanes —Gabrielle, Humberto e Imelda— en solo dos semanas de septiembre. Previamente, Erin se había intensificado hasta categoría 5 en agosto. Tanto Gabrielle como Humberto también se fortalecieron rápidamente, alcanzando categorías 4 y 5, respectivamente.
El pico de actividad atlántica usualmente ocurre entre agosto y octubre, y la temporada oficial se extiende hasta el 30 de noviembre. Mientras tanto, en el Golfo de México, el NHC observa una zona de baja presión debilitada que avanza hacia las costas del norte. Esta área produce precipitaciones y descargas eléctricas en las cercanías de Luisiana, Misisipi y Alabama, pero, según el organismo, la formación ciclónica no es probable debido a la interacción con tierra y fuertes vientos en niveles elevados.
El NHC subrayó que, independientemente de su desarrollo, se prevé un aumento de vientos y oleaje en las aguas del Atlántico tropical y en las inmediaciones de las islas de Sotavento hacia finales de la semana. Además, una amplia zona de tormentas podría formarse en el Caribe occidental a mediados de mes, relacionada con el conocido Central American Gyre, que históricamente ha generado ciclones en octubre.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) reiteró la importancia de anticipar medidas de protección ante posibles impactos huracanados. Entre las recomendaciones, destacó adquirir suministros, revisar coberturas de seguro, definir planes familiares de comunicación y preparar estructuras para soportar la fuerza de los vientos. La agencia recordó que el seguro contra inundaciones cuenta con un periodo de espera de 30 días y alentó a las personas en zonas de riesgo a prepararse con suficiente antelación.
En la región del Pacífico, el huracán Priscilla se localizaba cerca de la costa suroeste de México, fortaleciéndose durante la mañana del 6 de octubre. El NHC emitió alertas por tormenta y recomendó a la población de Baja California Sur seguir el desarrollo del ciclón, con vientos sostenidos superiores a 85 millas por hora reportados a esa fecha.