Tras meses interpretando a Ed Gein, uno de los criminales más inquietantes de la historia estadounidense, Charlie Hunnam emprendió un viaje poco habitual: visitar la tumba del reconocido asesino en Wisconsin. Este acto, realizado tras concluir el rodaje de la serie, representó para el actor británico una forma de cerrar el ciclo emocional que supuso encarnar a una figura tan perturbadora.

En una entrevista con el programa Today, el actor buscaba despedirse del personaje y dejar atrás la carga psicológica que le acompañó durante el rodaje. “Esperaba que hubiéramos contado su historia al menos, y no lo invité a acompañarme en el viaje de seguir adelante”, confesó el actor sobre el mensaje que transmitió en ese encuentro final con la memoria de Gein.
La experiencia de rodar Monster: the Ed Gein Story, que se estrenará el 3 de octubre en Netflix, dejó una huella profunda en Hunnam. Tras meses de trabajo en Chicago, su pareja, Morgana McNelis, le recomendó tomarse un tiempo antes de regresar a casa. El actor optó por permanecer una semana más en la ciudad y luego emprendió un viaje de ocho horas hasta el lugar donde el criminal creció y fue enterrado.

Para él, visitar la tumba representó una forma de despedirse del personaje y de la historia que lo había acompañado durante el rodaje. “Estaba listo para decirle adiós y que ese fuera el final”, admitió el actor en la entrevista con Today.
Asimismo, reflexionó sobre el impacto cultural de la figura de Gein y la manera en que la serie aborda esa influencia. Explicó que la temporada explora cómo su vida y los crímenes inspiraron a algunos de los personajes más emblemáticos del cine de terror.
“Antes, nuestras relaciones con los monstruos en el cine eran como Drácula, Frankenstein y los hombres lobo, y Psicosis fue el punto de inflexión donde nos convertimos en los monstruos, y todo eso fue una consecuencia directa de la influencia que tuvo Ed Gein”, señaló Hunnam en el programa.
Por otro lado, destacó el enfoque de la serie al plantear preguntas sobre la naturaleza del mal y la responsabilidad cultural. “Una de las preguntas principales que nos hacemos en la serie es: ¿quién es el monstruo? ¿Este chico que hizo cosas terribles, pero que fue abusado y abandonado en aislamiento con problemas de salud mental sin tratamiento, o esta legión de cineastas que se inspiraron en su vida y la sensacionalizaron para el entretenimiento, oscureciendo así la mentalidad estadounidense?”.

El proceso de preparación para el papel no estuvo exento de dificultades. Hunnam reconoció en diálogo con Variety que sufrió pesadillas antes de comenzar el rodaje, al enfrentarse a la magnitud de los crímenes de Gein. “Contamos una versión muy variada, una versión completa de quién era. Así que lo macabro, pero también hay un poco de, no quiero decir ternura, pero se ve lo humano en él”, explicó el actor a la revista.
Incluso llegó a describirlo como “uno de los monstruos más amables”, aludiendo a un “lado agradable” que, según él, también formaba parte de la compleja personalidad del asesino.
El caso de Ed Gein ocupa un lugar singular en la historia criminal de Estados Unidos. Aunque solo se le atribuyeron oficialmente dos asesinatos, la policía sospechó que estuvo involucrado en al menos otras siete muertes y en la profanación de varias tumbas, de las que extrajo restos humanos para fabricar objetos con piel y huesos.
Su notoriedad, sin embargo, no se debió tanto a los crímenes cometidos en los años cincuenta, sino al impacto que su figura tuvo en la cultura popular, especialmente en el cine. Su perfil sirvió de inspiración para personajes como Norman Bates en Psicosis, Leatherface en La matanza de Texas y Hannibal Lecter en El silencio de los corderos.
Ahora, su historia regresa a la pantalla con la tercera temporada de Monster: The Ed Gein Story, una de las producciones más exitosas de Netflix, que en su primera entrega superó los 115 millones de visualizaciones. Para dar vida a este reconocido criminal, el actor se sometió a una transformación física extrema.
Según explicó Max Winkler, director de seis de los ocho episodios de la temporada, el actor pasó hambre durante seis meses. “Tenía mucha hambre”, declaró. El rodaje, que se extendió durante medio año en pleno invierno en Chicago, le exigió no solo un cambio físico, sino también una inmersión psicológica en un personaje marcado por el aislamiento, el abuso y la enfermedad mental no tratada.
Al concluir la experiencia, Hunnam no solo buscó despedirse del personaje, sino también recuperar aspectos cotidianos de su vida, como la alimentación, que había dejado de lado durante la preparación para el papel.