
La influencia de la luz natural en la regulación del sueño y el bienestar emocional ha llevado a numerosos especialistas a recomendar la incorporación de caminatas matutinas en la rutina diaria. Exponerse a la luz solar a primera hora del día no solo contribuye a restablecer el ciclo sueño-vigilia, sino que también favorece la producción de serotonina, conocida como la hormona de la felicidad, lo que se traduce en un mejor estado de ánimo al despertar.
A la hora de elegir cuándo salir a caminar, se podría decir que no existe un momento malo. Sin embargo, cada periodo del día tiene unos beneficios. En el caso de la mañana, este es uno de los favoritos para comenzar el día con buen pie y sentirse realizado con el primer rayo de luz. La caminata matutina ofrece beneficios como la activación del metabolismo, lo que permite quemar más calorías durante el día. Esta característica la convierte en una estrategia eficaz para quienes desean perder peso o mantener niveles óptimos de energía.
Caminar en un entorno tranquilo por la mañana brinda un espacio propicio para la reflexión o la meditación, facilitando la preparación mental antes de iniciar las actividades laborales. Cabe destacar que la luz de la mañana tiene un fuerte impacto sobre la producción de melatonina, la hormona responsable de regular el sueño. Al recibir luz solar en las primeras horas del día, el organismo ajusta de manera eficiente su reloj biológico, lo que repercute positivamente en la calidad del descanso nocturno.

Hay quienes no disponen de tiempo por las mañanas para permitirse una caminata matutina. Estas personas tal vez puedan optar a salir después de comer, a la tarde o la noche. Depende del momento del día, la actividad de caminar puede ofrecer diferentes beneficios. En el caso de la caminata tras la comida, esta práctica va a favorecer la digestión, prevenir la somnolencia y contribuir a estabilizar los niveles de azúcar en sangre. Esto va a conseguir frenar los antojos durante el mediodía y la tarde. Además, acelera el metabolismo y aumenta los niveles de energía.
Un poco más adelante en el día, habrá quienes solo puedan disfrutar de salir a pasear a la luz del atardecer. En este caso, en lo que más va a ayudar esta actividad es en reducir los niveles de estrés y favorecer a la relajación. Según los expertos, caminar una o dos horas antes de acostarse reduce la hormona del estrés, el cortisol. La especialista en sueño Ana Brito aconseja elegir zonas bien iluminadas para las caminatas nocturnas y, si es posible, hacerlo acompañado para incrementar la seguridad y la motivación.
Incorporar la caminata a la rutina diaria requiere identificar el horario que mejor se adapte al estilo de vida de cada persona. Se recomienda comenzar con trayectos cortos para quienes no están habituados a esta actividad y aumentar progresivamente la duración y la intensidad. La constancia es el factor determinante para obtener resultados. El mejor momento para caminar es aquel que permite mantener la regularidad en la práctica, ya sea en la mañana, la tarde o la noche.