Bodas en EE.UU. se reinventan: Parejas apuestan por menos lujo, más conciencia y autenticidad

hace 11 horas 1

En una era marcada por la inflación y la redefinición de prioridades, las bodas en Estados Unidos están cambiando radicalmente.

De acuerdo con una nueva encuesta realizada por JJ’s House y Talker Research, cada vez más parejas están optando por ceremonias más modestas, conscientes y alineadas con sus valores personales, alejándose de los modelos tradicionales de celebraciones costosas y numerosas.

El estudio, que recopiló datos de 2,000 estadounidenses comprometidos o recientemente casados, revela que el 22% de las parejas considera su presupuesto de boda como “modesto”, y otro 16% afirma estar trabajando con lo mínimo indispensable. En contraste, solo el 5% planea una boda extravagante, lo que pone en evidencia una tendencia nacional hacia celebraciones más realistas y ajustadas a las finanzas actuales.

El presupuesto: una preocupación central

Según los datos, las parejas destinan en promedio el 33% de sus ingresos anuales a su boda, lo que equivale a un presupuesto aproximado de $21,058 dólares. Este gasto representa una suma significativa, especialmente considerando que en décadas pasadas los padres, y principalmente la familia de la novia, asumían gran parte del costo.

Esa tradición ha quedado atrás: el 85% de las parejas hoy paga su propia boda, mientras que solo el 14% recibe ayuda financiera de ambas familias y apenas el 10% cuenta con el apoyo de una sola. Esta independencia refleja tanto un cambio generacional como una mayor conciencia financiera.

El factor sorpresa: los costos ocultos de organizar una boda

Uno de los mayores desafíos para las parejas ha sido enfrentar costos más altos de lo esperado. El 39% se sorprendió por el precio del alquiler del lugar del evento, uno de los gastos más significativos en una boda moderna. Asimismo, el vestido de novia promedio cuesta $7,497, lo que ha llevado a una de cada 4 parejas a posponer su boda para ahorrar.

Frente a estos retos, muchas parejas optan por soluciones más económicas y creativas:

* El 27% apuesta por decoraciones hechas en casa.

* El 24% elige lugares más asequibles para la recepción.

* El 19% opta por ropa de segunda mano en vez de marcas de diseñador.

Estas decisiones reflejan una mentalidad más práctica y sostenible, donde el valor simbólico del evento supera a su apariencia o formalidad.

Los novios actuales le están dando más peso al verdadero significado del compromiso del matrimonio que al evento social que implica una boda. (Foto: Shutterstock)

La presión económica también ha transformado aspectos más sutiles del protocolo nupcial. Por ejemplo, el 46% de las novias espera que sus damas de honor paguen sus propios vestidos, una práctica antes poco común. Solo el 27% planea cubrir ese gasto, mientras que otro 27% directamente no tendrá damas de honor.

En cuanto a los atuendos de boda, el 43% de las parejas prioriza el precio, seguido por la comodidad (37%) y el estilo (29%). Aunque solo el 6% considera la sostenibilidad como un factor clave, el 51% cree que las generaciones más jóvenes sí le darán mayor importancia en el futuro cercano.

Uno de los aspectos más reveladores del estudio es el creciente interés en que las bodas reflejen los valores personales de la pareja. El 76% considera que es importante que su boda exprese su identidad y creencias.

Esta tendencia se manifiesta incluso en la elección de los anillos:

* El 77% estaría dispuesto a elegir diamantes cultivados en laboratorio por razones económicas.

* El 67% lo haría por motivos éticos, como evitar prácticas de extracción conflictivas.

De esta forma, la simbología del matrimonio va más allá de lo romántico o tradicional, incluyendo decisiones basadas en principios éticos y financieros.

Menos invitados, más significado

Otro cambio notable es el tamaño de las celebraciones. Actualmente, el promedio de invitados en una boda estadounidense es de 107 personas, lo que refleja un alejamiento de las listas extensas y costosas. Solo el 13% de las parejas planea eventos adicionales, como brunches postboda o fiestas de bienvenida.

Este enfoque más íntimo permite a las parejas enfocarse en los vínculos reales y en crear una experiencia más auténtica, en lugar de gastar en formalidades que no se alinean con sus prioridades.

Las restricciones presupuestarias no solo afectan la boda en sí, sino también los planes de luna de miel. El 19% de las parejas ha pospuesto su viaje, y un 11% ha decidido cancelarlo por completo. En muchos casos, esos fondos se redirigen a metas financieras más urgentes, como pagar deudas, ahorrar para una casa o iniciar un fondo común de ahorro.

“Estamos observando un claro cambio hacia bodas que reflejan tanto las limitaciones presupuestarias como los valores personales”, declaró un portavoz de JJ’s House. “Las parejas están siendo más conscientes de sus gastos, no porque el día importe menos, sino porque están invirtiendo aún más en la vida que viene después”.

Este enfoque práctico y con propósito marca el surgimiento de un nuevo paradigma nupcial, donde lo importante no es la ostentación, sino el compromiso real, la estabilidad y la conexión entre 2 personas que eligen comenzar su vida juntos con intención y equilibrio.

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