
La policía de Louisiana arrestó el lunes 9 de junio a Darriana Burton, de 28 años, acusada de colaborar en la fuga de su novio, Derrick Groves, uno de los dos reclusos que permanecen prófugos desde el pasado 16 de mayo en el Orleans Justice Center de Nueva Orleans.
Las autoridades aseguran que Burton jugó un rol activo en la planificación del escape y enfrentará cargos por conspiración para cometer evasión simple, un delito grave.
Burton, quien trabajó como empleada en la Oficina del Sheriff del Distrito de Orleans, fue despedida en marzo de 2023 luego de ser detenida por presuntamente introducir contrabando en la cárcel. Aunque esos cargos fueron rechazados posteriormente por la fiscalía local, su nombre volvió a aparecer en el radar de las autoridades tras la fuga masiva del mes pasado.
La Oficina del Fiscal General de Louisiana afirmó que Burton mantuvo comunicaciones constantes con Groves mientras este aún se encontraba detenido, incluyendo mensajes de texto y videollamadas.

De acuerdo con una orden de arresto, en una de esas videollamadas, Groves evitó revelar detalles comprometedores sabiendo que estaba siendo grabado, pero dejó claro que coordinaría una segunda llamada fuera del sistema monitoreado. En esa futura conversación, presuntamente discutirían la logística del escape, incluyendo transporte y el momento oportuno para ejecutar el plan.
Según la documentación judicial, dos días antes de la fuga, Burton participó en una videollamada desde una de las tablets del centro penitenciario. Durante la comunicación, se le vio sosteniendo otro dispositivo frente a la cámara, en el que aparecía un tercer hombre que también estaba en una llamada por FaceTime.
Las autoridades creen que este sujeto sería parte del círculo externo que ayudó a coordinar el escape. Aunque el hombre desconocido advirtió que la evasión era una “mala idea” y que desencadenaría una “cacería humana”, el intercambio sirvió para confirmar que Burton ya había informado del plan a terceros y solicitado ayuda externa.

El fiscal general de Luisiana, Liz Murrill, aseguró en un comunicado que las autoridades continuarán persiguiendo a cualquier persona que haya colaborado en la fuga. “Arrestaremos a todos los cómplices y eventualmente llevaremos de regreso a Derrick Groves y Antoine Massey a prisión, donde pertenecen”, declaró. Murrill también agradeció al Servicio de Alguaciles de EE.UU. por ejecutar la orden de captura contra Burton.
El 16 de mayo, Groves y otros nueve reclusos escaparon del centro penitenciario aprovechando fallas estructurales en el recinto. Según las autoridades, los internos lograron abrir una puerta defectuosa de la celda, quitar un inodoro de la pared, arrastrarse por un hueco, saltar desde el muelle de carga y escalar una cerca con alambre de púas antes de huir en diferentes direcciones.
Desde entonces, ocho de los diez evadidos fueron recapturados. Solo Derrick Groves y Antoine Massey siguen prófugos. Ambos son considerados peligrosos, y el estado aumentó la recompensa por su captura a 50.000 dólares por cada uno.

Groves fue condenado en 2023 a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por el asesinato de dos personas durante el Mardi Gras de 2018. Además, también se declaró culpable de dos cargos de homicidio involuntario en un caso no relacionado.
Las autoridades ya han detenido a más de una docena de personas sospechosas de haber facilitado la fuga. Entre ellos figura Sterling Williams, un trabajador de mantenimiento de la cárcel acusado de cortar el suministro de agua, lo que permitió a los presos desmontar el inodoro. Williams habría declarado que lo hizo bajo amenaza de uno de los reclusos, aunque su abogado sostiene que simplemente intentaba desatascar un baño en desuso.
Con la detención de Burton, los investigadores refuerzan su hipótesis de que los reclusos contaron con una red de apoyo interna y externa para ejecutar la fuga y mantenerse ocultos. La relación intermitente de tres años entre Burton y Groves parece haber sido un factor clave en la colaboración de la mujer, quien ahora enfrenta hasta cinco años de prisión si es hallada culpable.
Mientras tanto, el cerco se estrecha en torno a los últimos dos prófugos. La policía estatal y los marshals federales continúan trabajando “sin descanso” para dar con Groves y Massey, considerados armados y peligrosos.