Armand Mattelart y su obra más famosa, que escribió con Ariel Dorfman.El fallecimiento de Armand Mattelart en París a los ochenta y nueve años marca el cierre de una etapa fundamental en la historia de la teoría crítica de la comunicación. Su obra, que abarca desde el análisis de los medios hasta la reflexión sobre la globalización y el imperialismo cultural, ha dejado una huella profunda en América Latina, Europa y más allá, consolidándolo como uno de los pensadores más influyentes en el estudio de la cultura de masas.
Nacido el 8 de enero de 1936 en Lieja, Bélgica, Mattelart se formó en Derecho en la Universidad de Lovaina y se especializó en demografía en la Sorbona. Su trayectoria intelectual lo llevó a cruzar el Atlántico a principios de los años sesenta, cuando aceptó la invitación de la Pontificia Universidad Católica de Chile para ejercer como profesor de sociología de la población y comunicación. En el contexto político y social chileno de los años sesenta y setenta, Mattelart encontró el terreno propicio para desarrollar una mirada interdisciplinaria que luego aplicaría a fenómenos globales.
Durante su estancia en Chile, Mattelart se integró a la vida académica y política del país, colaborando en proyectos de investigación en la Universidad Católica de Valparaíso y trabajando como experto en desarrollo social para las Naciones Unidas a partir de 1967. En el Centro de Estudios de la Realidad Nacional (CEREN) de la Universidad Católica de Chile, conformó un grupo de investigación junto a Michèle Mattelart y Mabel Piccini, orientado al estudio de los medios de comunicación de masas.El periodo del gobierno de Salvador Allende (1970-1973) resultó decisivo para su pensamiento. Mattelart participó activamente en el diseño de políticas de comunicación y en el movimiento intelectual que cuestionaba el papel de los medios masivos. Fue en ese contexto que, junto al escritor chileno Ariel Dorfman, publicó en 1971 la obra que lo catapultaría a la fama internacional: Para leer al Pato Donald. Este libro, editado por Ediciones Universitarias de Valparaíso, desentrañó las ideologías presentes en las narrativas de Walt Disney, denunciando la penetración cultural de la industria estadounidense a través de los cómics.
Ariel Dorfman, coautor de MattelartLa tesis central sostenía que lo aparentemente inocuo, como el personaje del Pato Donald, ocultaba mensajes ideológicos que perpetuaban estructuras de dominación.
La publicación de Para leer al Pato Donald generó una fuerte reacción de sectores conservadores, entre ellos los autores del pasquín “Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano”, quienes defendían la supuesta neutralidad ideológica de los cómics. No obstante, la persistencia de sus detractores contribuyó a mantener vigente la obra. En el apartado “Instrucciones para ser expulsado del Club Disneylandia”, Mattelart y Dorfman anticiparon las críticas que recibirían, señalando que ciertos argumentos, por su reiteración, se volvían previsibles.
El golpe militar encabezado por Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973 obligó a Mattelart a abandonar Chile. Su exilio en Francia marcó un punto de inflexión en su vida y pensamiento, llevándolo a reflexionar sobre la comunicación, la política y la cultura desde una perspectiva global, pero siempre con raíces latinoamericanas. En París, Mattelart consolidó su carrera académica como profesor emérito de la Universidad de París VIII – Vincennes Saint‑Denis, convirtiéndose en un referente para quienes estudian los medios como espacios de poder, cultura y resistencia.
El teórico Armand Mattelart llamó a pensar la comunicación de nuevo (©Basso Cannarsa/Opale)La repercusión de Para leer al Pato Donald trascendió el ámbito académico. El libro fue traducido al inglés, francés, alemán, portugués, holandés, italiano, griego, turco, sueco, finlandés, danés, japonés y coreano, alcanzando unas ochocientas mil copias vendidas y siendo reimpreso treinta y seis veces por Siglo Veintiuno Editores hasta 2001. Durante un tiempo, se convirtió en el texto político más impreso en América Latina y fue objeto de estudio en instituciones de educación superior de Estados Unidos, América Latina y Europa. En 2017, la obra fue editada en los Estados Unidos por OR Books, lo que renovó el interés internacional por su análisis.
El impacto simbólico del libro llevó a que lo describieran como “un símbolo de pensamiento descolonial, de un discurso antimperialista y de una época en la que Latinoamérica buscaba emanciparse”.
Por su parte, Ariel Dorfman evocó episodios de censura y represión que rodearon la obra: “Agua: diez mil ejemplares de la tercera tirada del libro fueron lanzados por la Armada chilena a la bahía de Valparaíso. Y fuego: unos días después de la asonada militar, encontrándome en la clandestinidad, vi por televisión cómo un grupo de soldados quemaban, en vivo, centenares de libros, entre los cuales se hallaba Para Leer Al Pato Donald. No me sorprendió tal pira inquisitorial”.
El Pato Donald, en el centro de un estudio teórico y político. (The Walt Disney Company)El legado de Mattelart no se limita a un solo libro. Su producción intelectual abarca títulos como La Comunicación-mundo. Historia de las ideas y de las estrategias, La Invención de la comunicación, Historia de la utopía planetaria. De la ciudad profética a la sociedad global, La Mundialización de la comunicación, Historia de la sociedad de la información, Introducción a los estudios culturales, Diversidad cultural y mundialización y Un mundo vigilado. Junto a Michèle Mattelart, también publicó Historia de las Teorías de la Comunicación. En todas estas obras, Mattelart abordó la comunicación como un campo de disputa política, sosteniendo que democratizar la información equivale a democratizar la sociedad misma.
Las preguntas que Mattelart formuló mantienen su vigencia: ¿quién controla lo que vemos? ¿Qué rol juegan los medios en la reproducción del poder? Su influencia persiste en la formación de generaciones de comunicadores y en los estudios que interrogan la hegemonía cultural y la soberanía de la comunicación, especialmente en América Latina.La muerte de Armand Mattelart representa la desaparición de una voz que supo articular demografía, comunicación, política y cultura en una obra crítica que sigue siendo referencia obligada para comprender los mecanismos de poder en la sociedad contemporánea.
                        hace 13 horas
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