La imagen de una muñeca humanoide, inquietante y casi real, esperando en silencio en un rincón del set de rodaje, resume el ambiente que rodea a Allison Williams en su regreso a la gran pantalla con M3gan 2.0. La actriz, conocida por su papel en la serie Girls y por protagonizar películas como ¡Huye!, se adentra nuevamente en el universo de la inteligencia artificial (IA) y el terror, mientras reflexiona sobre los desafíos de la crianza digital, la presión social y su posición en la industria del entretenimiento.
En una entrevista con The Guardian, Williams compartió experiencias personales y profesionales que dialogan con los dilemas actuales de la era tecnológica.
En M3gan 2.0, secuela del exitoso thriller de ciencia ficción, Allison Williams retoma su papel como Gemma, una experta en robótica que defiende el desarrollo de la IA tras las consecuencias fatales de su primera creación. Williams, también productora de la cinta, se involucró en el proyecto desde el guion hasta la dirección creativa.

La muñeca M3gan, interpretada por Amie Donald y un equipo de animadores, contribuía a una atmósfera perturbadora en el set.
“¿La dejas mirando a la habitación o de espaldas a la pared? Ambas respuestas son incorrectas”, dijo Williams. En otra escena, relató cómo la muñeca permanecía inmóvil mientras le aplicaban lubricante en los ojos, lo que generaba momentos de inquietud entre el equipo técnico.
La saga ganó atención por su capacidad de generar terror, y por las preguntas éticas que plantea en torno a la IA. Su éxito radica en conectar con preocupaciones contemporáneas como el racismo (¡Huye!) o la automatización tecnológica (M3gan), integrando crítica social con narrativa de género.

Hija del ex presentador Brian Williams y de la productora Jane Stoddard Williams, Allison Williams fue explícita sobre el impacto de su entorno familiar en su carrera. “Pude seguir una carrera en la actuación sin preocuparme por alimentarme”, reconoció.
Durante la adolescencia trabajó como asistente en Noches mágicas de radio de Robert Altman, donde convivió con figuras como Meryl Streep, Tom Hanks y Rita Wilson. Esa experiencia le dio herramientas clave para moverse con soltura en un set de grabación.
El salto a la fama de Williams se dio con Girls, la serie creada por Lena Dunham que generó tanto aplausos como controversias. La actriz recordó la intensidad del escrutinio mediático que acompañó al programa.

“Era como si cada episodio viniera con su propio artículo de opinión. La mayoría decía que nos tomábamos demasiado en serio”, dijo. Muchas críticas apuntaban al privilegio de las protagonistas, hijas de figuras conocidas.
Durante un tiempo, Williams trató de distanciarse de su personaje, Marnie, para evitar que la identificaran con sus rasgos narcisistas. “Siempre me pareció extraño que, al no transformarnos físicamente, la gente no aceptara que éramos actrices”, explicó.
A pesar de las críticas, valoró la serie como una experiencia excepcional. Expresó también su entusiasmo por una posible reunión del elenco. “Sé que Zosia Mamet quiere hacer un derivado, que yo devoraría e intentaría colarme. Fue muy divertido y no sabía cuán afortunada era entonces”, comentó.

La gratitud es un eje transversal en el discurso de Allison Williams, quien valoró no haber comenzado su carrera demasiado joven y destacó el papel central de su entorno cercano.
“No voy por el mundo sintiéndome como una celebridad”, afirmó y subrayó la importancia de mantener amistades fuera del ámbito público y de celebrar los logros compartidos.
A través de su testimonio, Allison Williams se posiciona como una voz que combina introspección y claridad al abordar los dilemas que plantea la era digital, tanto en la vida familiar como en el mundo del espectáculo.