
(Desde Ereván) El catolicós Karekín II, máxima autoridad de la Iglesia Apostólica Armenia, recibió este lunes a la delegación de políticos, abogados y funcionarios argentinos en el complejo de Echmiazín, donde se encuentra la catedral más antigua del mundo.
Infobae participó del encuentro, en el que la máxima autoridad eclesiástica armenia envió su saludo a los fieles de la Argentina y recordó su afectuosa relación con el papa Francisco y sus predecesores, Benedicto XVI y Juan Pablo II.
Relató que cuando fue a visitar a Benedicto para proponerle realizar dos actividades en el centenario del genocidio armenio, que se conmemoraba en 2015, éste aceptó la idea, aunque le advirtió: “Se va a realizar entre usted y un Papa más joven”.
“Por supuesto, yo no sabía de qué estaba hablando y le dije bromeando que no interfiera en los planes de Dios, que quizás tuviera más años de pontificado. Pero por supuesto, meses después renunció”, explicó Karekín.

Fue entonces Francisco quien realizó el plan tanto en el Vaticano como en el complejo de Echmiazín, donde se alojó y brindó una misa en su viaje pastoral de 2016.
Aquel encuentro sirvió para consolidar la relación de Roma con la iglesia armenia, que durante el papado de Juan Pablo II había tenido un hito clave: el reconocimiento vaticano del Genocidio Armenio a través de una declaración conjunta sobre la planificada masacre de más de un millón y medio de personas perpetrada por el Imperio Otomano entre 1915 y 1923.
Francisco repitió la condena al también llamado Mec Yelern (Gran Crimen), pero siempre definiéndolo como un genocidio: “Tendremos en el recuerdo sus visitas y las actividades en común que unieron a nuestras iglesias”, afirmó Karekín.

El Patriaca armenio dio su punto de vista sobre la coyuntura actual ante el acuerdo de paz alcanzado por Armenia con el régimen de Bakú y alertó sobre los límites de las pretensiones de Ilham Aliyev, a la cabeza del gobierno azerbaiyano desde 2003.
Aunque admitió que los azeríes buscan imponer sus exigencias porque han sido los vencedores en la guerra, Karekín rechazó que Azerbaiyán exija que Armenia modifique un artículo de su Constitución. El régimen considera que una parte del texto reclama soberanía sobre la región de Artsaj (Nagorno-Karabaj), pero para el patriarca, el argumento no tiene sentido porque no hay tal artículo en la carta magna de su país.
Además, consultado sobre el punto límite del ejecutivo a cargo del primer ministro Nikol Pashinyan, señaló: “La línea roja para el gobierno de nuestro país es la demanda de Azerbaiyán de establecer un corredor para conectar el territorio principal azerí con el enclave de Najicheván a través de Armenia, pero sin intervención ni autoridad armenia en tal corredor”.
En este sentido, apareció en escena el presidente iraní Masoud Pezeskhian, quien este lunes aseguró a la TV de Azerbaiyán que se está construyendo una ruta que servirá de puente por el norte del territorio persa.
El régimen teocrático del líder supremo Alí Khamenei considera a los azeríes -ejecutores de la limpieza étnica de los armenios en Artsaj- como grandes aliados. En este caso busca aprovechar esta posibilidad de hacer negocios con ellos y recuperar algo de lustre en la geopolítica regional, ya que la obra también contemplaría la posición establecida por el gobierno armenio.
La delegación que visitó al catolicós fue organizada por Juan Pablo Gechidjián, desarrollador inmobiliario que además trabajó casi dos décadas en Ereván y otras regiones de Armenia liderando diversos proyectos. Lo acompañaron el director del Banco Central de la Argentina, Juan Curuchet; Adriana Vaccaro, vicepresidente de ALPI; Roberto Macho, contador y presidente de la Cámara Argentino Americana de Comercio de la Florida; Santiago Lozano, político y abogado; Silvana González, desarrolladora inmobiliaria; Mauro Repossini, arquitecto; Laura Elliff, política y directora de legales del Instituto Nacional del Cine de Argentina (INCA); Inés Curuchet, abogada; Ariel Solar Grillo, político y abogado; y Hebe Pera, abogada. Junto a ellos, todos de la Argentina, se integró Sergio Janikian, empresario industrial paulista que representó a Brasil.
El diálogo reflejó los lazos religiosos con la comunidad armenia en la Argentina y Sudamérica. Karekín II señaló los esfuerzos hechos por los países amigos y las Naciones Unidas a favor de promover la paz y la estabilidad en la región.

Remarcó también las desastrosas consecuencias de la guerra librada por Azerbaiyán en la ocupación y la limpieza étnica desatada en Artsaj, desde donde más de 100.000 armenios debieron emigrar forzosamente para evitar una masacre aún mayor, que renueva el dolor del genocidio más de un siglo después.
También se expresó sobre la importancia de la liberación de los presos políticos retenidos en Bakú, algunos de ellos -como el empresario Rubén Vardanyan- camino ser juzgados por un tribunal militar cuando se trata de civiles.