Acción de Gracias bajo alerta: reducción de vuelos amenaza los planes de millones de viajeros en EEUU

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Los vuelos para Acción deLos vuelos para Acción de Gracias se verán afectados por los recientes recortes. (REUTERS/Ryan Murphy)

La reducción obligatoria de vuelos en cuarenta de los principales aeropuertos de Estados Unidos, impuesta por el Departamento de Transporte, representa para Zach Wichter una señal de que el sistema aéreo nacional enfrenta una crisis estructural que trasciende la coyuntura del cierre gubernamental. Según el análisis publicado en USA Today, la decisión de recortar en un diez por ciento las operaciones responde a una situación “no sostenible”, en palabras de la principal asociación del sector, Airlines for America, que advirtió: “Más de 3,5 millones de pasajeros han experimentado retrasos o cancelaciones debido a la preocupación por la dotación de personal en el control de tráfico aéreo desde que comenzó el cierre”.

Wichter sostiene que, aunque las aerolíneas han optado por reducir principalmente los vuelos operados por sus socios regionales, el impacto ya ha desestabilizado el sistema y amenaza con extenderse hasta el periodo de Acción de Gracias, una de las temporadas de mayor tráfico. La cofundadora de la empresa tecnológica point.me, Tiffany Funk, describió la magnitud del problema: “Normalmente, con una tormenta, una aerolínea puede recuperar las operaciones en cuarenta y ocho a setenta y dos horas después de que termina el evento meteorológico, pero eso es cuando solo un centro está afectado. Esto no tiene precedentes, y además es temporada de tormentas. No creo que veamos una recuperación igualitaria. Los aeropuertos volverán a funcionar a diferentes ritmos, lo que significa que las aerolíneas no se verán afectadas por igual”.

El exejecutivo de aerolíneas Robert W. Mann Jr. explicó que la acumulación de cancelaciones complica la restauración de los itinerarios: “Cuantas más cancelaciones haya, peor será el problema de restablecer un horario porque tienes cada vez más aviones y más tripulaciones fuera de lugar. Ojalá se pueda arreglar de la noche a la mañana, pero en algunos casos puede llevar un día completo o más —digamos treinta y seis horas— para que el horario vuelva a la normalidad porque hay que devolver el equipo y la tripulación al lugar correcto”.

Algunos especialistas recomiendan cancelar oAlgunos especialistas recomiendan cancelar o posponer los vuelos y buscar formas alternativas de transporte. (REUTERS/Ryan Murphy)

El análisis de Wichter se apoya en datos de la firma Cirium, que muestran una desaceleración en las reservas para Acción de Gracias: el crecimiento interanual pasó de 2,2% a finales de octubre a solo 0,96% el siete de noviembre, lo que sugiere que los viajeros desconfían de la estabilidad del sistema. Funk advirtió que “no se puede simplemente accionar un interruptor y reiniciar nuestra infraestructura de aviación nacional. Tenemos aviones fuera de lugar, tripulaciones fuera de lugar, pilotos fuera de lugar. Cuando intentas reiniciar el sistema así, no va a mejorar rápidamente. Esperaría operaciones realmente turbulentas y experiencias de viaje bastante brutales, al menos durante toda la semana”.

Ante la pregunta sobre si conviene cancelar los vuelos de Acción de Gracias, la economista principal de Hopper, Hayley Berg, reconoció que “va a ser una semana de viajes desafiante para Acción de Gracias. Acción de Gracias y Navidad son las épocas más complicadas del año. Son viajes para ver a la familia. Creo que será una especie de olla a presión”. No obstante, Berg subrayó que los recortes responden a una cuestión de seguridad: “Al final del día, esta es una decisión de seguridad. Si vamos a enfrentar interrupciones por una decisión de seguridad, estoy mucho menos frustrada que si fuera solo por una mala planificación”.

Funk anticipó que el viaje será “estresante, y la mayoría de la gente no está preparada para ese tipo de estrés incorporado en su viaje. Es probable que nada esté a tiempo, y hay que incluir eso en los planes y en la mentalidad”. Añadió que “es poco probable que esto esté resuelto para Acción de Gracias. Es un periodo de viajes muy ocupado. Ahora es el momento de pensar en planes alternativos y en la tolerancia al riesgo. ¿Puedes soportar unas noches en un hotel si es necesario? ¿Estás bien durmiendo en un aeropuerto? La gente debe determinar su tolerancia personal al fastidio”. Para quienes insisten en volar, Funk recomendó usar puntos de recompensa como red de seguridad: “Si tienes puntos, es una gran opción usarlos para reservar un vuelo alternativo. Casi siempre puedes cancelar boletos de premio sin penalización y recuperar tus puntos. Es una buena forma de autoasegurarse contra parte de este caos”.

El secretario de Transporte haEl secretario de Transporte ha defendido la medida de los recortes para garantizar la seguridad de tirpulación y pasajeros. (REUTERS/Shannon Stapleton/File Photo)

El Departamento de Transporte defendió que los recortes se diseñaron pensando en la seguridad. El secretario de Transporte, Sean Duffy, afirmó que reducir el volumen de vuelos protege tanto a los controladores como a los pasajeros al aliviar la presión sobre instalaciones con poco personal. Berg consideró que “esto realmente lo ha llevado todo a un punto crítico donde ya no es posible que el espacio aéreo de Estados Unidos maneje el volumen que tenía”.

Michael Taylor, asesor principal de viajes en JD Power, atribuyó la mayor parte de la responsabilidad a los sistemas obsoletos de la FAA, no a operaciones inseguras: “Todavía van a tener un problema que ya tenían —una escasez crónica de controladores de tráfico aéreo— y no se puede contratar a alguien de la calle y ponerlo en el trabajo al día siguiente. Se necesita mucho tiempo para capacitar a estas personas. Y luego está el otro problema a largo plazo, la FAA y el control de tráfico aéreo no tienen equipos actualizados. Seguimos trabajando con cosas que se inventaron para la Segunda Guerra Mundial”.

Incluso si el Congreso logra un acuerdo para reabrir el gobierno, Wichter advierte que los efectos no desaparecerán de inmediato. Las tripulaciones y las aerolíneas mantienen su compromiso con la seguridad, aunque los pasajeros se frustren. Taylor resumió la actitud necesaria: “La actitud que hay que tener es adaptarse. La aerolínea quiere volar, y cuando hay una orden de detención en tierra, no pueden hacer nada. Cuando esa puerta se cierra, ese avión está listo para despegar. Si te quedas en tierra, es porque la FAA quiere que te quedes en tierra”.

Mann insistió en que la falta de personal persistirá: “La idea de que simplemente puedes conseguir más controladores que realmente puedan hablar con los pilotos y controlar el tráfico, simplemente contratando gente, no es realista. No es un hecho. Seguimos teniendo una falta significativa de personal, y el problema empeoró mucho con el cierre cuando muchos controladores que ya estaban cansados y sobrecargados decidieron que hacer eso —y no recibir pago— simplemente no era para ellos”.

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