En medio de la creciente tensión entre Estados Unidos y Venezuela por el despliegue militar de Washington en el Caribe para hacer frente al narcotráfico, este domingo el presidente Donald Trump arrojó un breve mensaje sobre posibles ataques contra el Cartel de los Soles dentro del territorio venezolano.
“Ya verán”, respondió el líder republicano al ser consultado sobre si evalúa ordenar ataques contra el narcotráfico en el país caribeño.
Este mensaje tiene lugar días después de que el presidente norteamericano advirtiera que cualquier aeronave venezolana que represente una amenaza para las fuerzas de su país en la región será derribada, luego de que la semana pasada se registrara el sobrevuelo de cazas venezolanos sobre un buque militar estadounidense en el mar Caribe, lo que intensificó aún más las tensiones entre Washington y Caracas.
El dictador Nicolás Maduro, quien es acusado por la Justicia norteamericana de liderar el Cartel de los Soles, amenazó con una “lucha armada” si se produce una agresión militar.
El episodio que incrementó las tensiones se produjo cuando aviones F-16 venezolanos sobrevolaron brevemente un buque estadounidense dedicado a operaciones antidrogas cerca de las costas de Venezuela. Tras el incidente, el Pentágono desplegó de inmediato una decena de cazas F-35 a Puerto Rico, reforzando la presencia militar en la zona.

Durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca el viernes, Trump declaró que la decisión de responder ante futuras aproximaciones peligrosas recaerá en el mando militar y enfatizó: “Si nos ponen en una posición peligrosa, serán derribados”. El mandatario evitó precisar la distancia a la que se acercaron los aviones venezolanos, pero insistió en que cualquier acción que ponga en riesgo a las fuerzas estadounidenses tendrá una respuesta contundente.
El despliegue militar estadounidense en el Caribe forma parte de una operación antidrogas que, en las últimas semanas, ha movilizado uno de los contingentes navales más grandes de las últimas décadas en la región. Ocho barcos militares equipados con misiles y un submarino de propulsión nuclear patrullan las aguas cercanas a Venezuela, mientras que los cazas F-35 se encuentran en una base aérea en Puerto Rico.
Washington justifica este operativo por el aumento del tráfico de drogas desde territorio venezolano hacia Norteamérica, una situación que, según Trump, ha permitido la entrada de “miles de millones de dólares en drogas” a Estados Unidos. El presidente estadounidense también acusó al régimen de Maduro de liberar a “sus peores prisioneros” y facilitar su llegada a territorio estadounidense, afirmando que su administración ha expulsado a “miles de asesinos” y reducido el cruce fronterizo a “cero ingresos” en los últimos 120 días.
Por su parte, Trump defendió la necesidad de una política de “mano dura” para frenar tanto el narcotráfico como la inmigración ilegal, y señaló que el recién rebautizado Departamento de Guerra tendrá un papel central en la prevención de la entrada de drogas y el tráfico de personas. “No queremos que vengan drogas de Venezuela o de ningún otro lugar, seremos muy enérgicos en ese sentido, no queremos tráfico de personas, no queremos que otros países vacíen sus cárceles y descarguen sus prisioneros en este país”, afirmó el mandatario.

Por su parte, Maduro advirtió que Venezuela pasará de la “fase política” a una “etapa de lucha armada” si se produce una agresión militar de Estados Unidos. Durante un acto transmitido en cadena nacional, el dictador chavista explicó que el país se encuentra en una “fase de alistamiento y preparación”, con la activación y entrenamiento de la Milicia Nacional Bolivariana, que agrupa a ciudadanos recientemente alistados. Maduro sostuvo que la respuesta a una eventual agresión sería “planificada, organizada, de todo el pueblo contra la agresión, sea local, regional o nacional”, y la justificó como una defensa de la paz, la integridad territorial y la soberanía. “Nadie podrá venir a esclavizarnos”, afirmó.
El canciller venezolano, Yván Gil, por su parte, calificó el despliegue de aviones estadounidenses como una amenaza directa contra el régimen de Maduro.
En el plano estadounidense, la respuesta oficial incluyó la firma de una orden ejecutiva por parte de Trump para cambiar el nombre del Departamento de Defensa a Departamento de Guerra, recuperando la denominación histórica que la institución tuvo entre 1789 y 1947. “Creo que es un nombre más apropiado, especialmente a la luz de la situación del mundo. Tenemos el Ejército más fuerte del mundo”, declaró el presidente durante el acto en la Casa Blanca, acompañado por el secretario Pete Hegseth y el general Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto. Hegseth explicó que la medida busca “restaurar el espíritu guerrero” del Ejército estadounidense, mientras que el general Caine aseguró que el Departamento de Guerra “va a luchar de manera decisiva, no en conflictos interminables. Va a luchar para ganar, no para no perder”.
El trasfondo de estas tensiones incluye acusaciones formales de Estados Unidos contra Maduro por “narcoterrorismo” y su liderazgo del Cártel de los Soles, así como la reciente elevación de la recompensa por su captura a USD 50 millones. Washington ha vinculado al mandatario venezolano con el cártel de Sinaloa de México y ha utilizado la legislación antiterrorista vigente desde 2001 para justificar acciones militares y de vigilancia global. En una reciente operación, fuerzas estadounidenses lanzaron un misil contra una embarcación sospechosa de transportar drogas, lo que resultó en la muerte de 11 personas identificadas como “narcoterroristas” por Trump.
Según el general Caine, la estrategia estadounidense busca tomar la iniciativa en el escenario de seguridad regional.