
Victoria Beckham expuso experiencias de acoso sufridas durante su infancia a causa de la discalculia, un trastorno del aprendizaje que afecta la comprensión y el manejo de los números.
La diseñadora y exintegrante de las Spice Girls compartió detalles de esa etapa de su vida durante una entrevista en el podcast Call Her Daddy, conducido por Alex Cooper, donde también abordó el impacto emocional de la falta de reconocimiento de este desorden.
“Me llamaban tonta”, relató Beckham sobre los años de hostigamiento, aislamiento y dificultades académicas que enfrentó desde niña.
La artista describió que lidiaba con una “enorme” dificultad en la escuela, relacionada tanto con una autodiagnosticada dislexia como con la discalculia.
Explicó que en aquellos años la existencia de estos trastornos no se reconocía y que su bajo desempeño escolar era atribuido erróneamente a “falta de capacidad”.

“Soy autodidacta en dislexia, sufro de discalculia. Todo eso no se reconocía cuando era niña. Simplemente decían que era ‘tonta’”, expresó Beckham.
El impacto negativo de la discalculia se extendió más allá del entorno académico. Victoria Beckham detalló que el acoso continuó en la universidad, donde recibió críticas sobre su aspecto físico y su aptitud para estar en un escenario.
“Me decían que no era lo suficientemente buena, que no tenía el aspecto adecuado. Llegaron a decirme que era demasiado gorda para estar en un escenario”, explicó en el pódcast. Estas experiencias, según relató, forjaron una coraza emocional que más tarde le serviría al volverse figura pública.
Las dificultades sociales acompañaron a la cantante desde edad temprana. Narró que no lograba integrarse porque, mientras sus compañeros socializaban fuera del aula, ella asistía a clases de baile y teatro.
“Socialmente, no encajaba”, manifestó Beckham, quien recordó la sensación de estar separada del grupo y las agresiones físicas sufridas, como recibir latas vacías lanzadas por otros niños en el patio de la escuela.

“Tenía la piel fatal, sufría acné y el cabello lo tenía muy lacio. Recuerdo estar sola en el patio y que los chicos me tiraban latas de Coca-Cola desde los charcos. Fui acosada física y mentalmente en la escuela”, sostuvo la empresaria.
El entorno escolar, según relató, carecía de espacios o recursos para atender el sufrimiento emocional de los estudiantes, por lo que guardaba silencio sobre su situación incluso ante sus padres. “Supongo que me avergonzaba y no se lo conté a nadie. Pero toda mi vida escolar fue miserable”, señaló.
Victoria Beckham afirmó que el acoso constante y la exclusión social influyeron en su preparación para una vida bajo los reflectores. “Todo esto me curtió. Para lo que vendría después, ese acoso mediático, fue un escudo”, explicó, aludiendo a la extrema exposición mediática que soportó durante su paso por las Spice Girls y su posterior carrera.
En la charla, Beckham recalcó la falta de conversación sobre salud mental en su época estudiantil, lo que la llevó a interiorizar el dolor y la vergüenza.
“No hablábamos de salud mental como ahora, así que interioricé todo eso y me fui volviendo cada vez más tímida”, reflexionó. Si bien contó con el apoyo de su familia, eligió guardar sus problemas para sí misma por temor al estigma.

En la misma entrevista, Victoria Beckham reconoció que durante muchos años escondió el trastorno alimenticio que desarrolló desde joven, incluyendo de su esposo, el exfutbolista David Beckham.
La empresaria relató que sintió temor y desconfianza para hablar del problema, lo que la llevó a luchar sola contra su situación. “No confiaba en nadie. Con nadie en absoluto”, admitió la exintegrante de Spice Girls al referirse a este periodo.
Relató que la obsesión por el control alimenticio surgió en la década del noventa, en un contexto generalizado de dietas bajas o libres de grasa.
“Todo el mundo estaba obsesionado con el ‘sin grasa, sin grasa, sin grasa’. Empecé a tenerle miedo a comer cualquier cosa que tuviera grasa”, explicó Beckham.
Su disciplina a la hora de comer y hacer ejercicio era percibida por su entorno como parte de su profesionalismo, sin advertir la carga emocional y el temor subyacentes.
El escrutinio sobre su cuerpo, alimentado por la prensa, profundizó la ansiedad y la distorsión de su imagen. “Un minuto era ‘Porky Posh’ y al siguiente ‘Skinny Posh’. Eso te confunde completamente. Pierdes la noción de la realidad”, relató Beckham. Aseguró que su esposo veía sus rutinas como un signo de tenacidad, pero desconocía los verdaderos motivos.
Solo años después supo que “David siempre supo que era muy disciplinada, pero no conocía el trasfondo. Fue quien cambió mi rutina de entrenamiento”.
Explicó que él la alentó a sumar ejercicios de fuerza, lo que marcó un punto de inflexión en su recuperación. “Logré convertir una obsesión malsana con la comida en una relación sana”, remarcó la diseñadora.
Con el tiempo, Victoria Beckham decidió abordar abiertamente el tema con sus hijos. Antes del estreno de la serie documental Beckham en Netflix, habló con su hija sobre la presión y la soledad que vivió, buscando transmitir la importancia de dialogar sobre salud mental y trastornos alimenticios.
“Es muy duro, y simplemente hay que hablar de ello”, concluyó en la conversación con Alex Cooper.