QUEENS, NY – Maria Sharapova recibió esta noche en el estadio Arthur Ashe el anillo conmemorativo de su ingreso en el Salón de la Fama del Tenis. Para ser elegible, un tenista debe llevar al menos 5 años retirado del circuito profesional.
Sharapova tiene 38 años.
Apenas cinco minutos antes de que la rusa entrara a la pista central del US Open, por el mismo túnel se había ido de ella una antigua rival cargando su bolsa de raquetas. Sudada y derrotada, pero con una sonrisa en la cara. Ovacionada por un estadio puesto en pie para despedirla.
Venus Williams tiene 45 años.
Durante dos horas pareció posible. Una mujer de 45 años en el puesto 602 del ranking se hacía enorme en la pista de tenis más grande del mundo para superar a su rival, 16 años más joven y número 13 del mundo. El público se ponía en pie, rugía y aplaudía a rabiar cada punto ganado por la veterana. Fueron dos horas en las que parecía que iba a ser una de esas noches mágicas en el Arthur Ashe, el estadio central del US Open.
Aunque el cuadro principal del torneo había arrancado un día antes, en domingo por primera vez, la noche inaugural fue como siempre la del primer lunes. Y los organizadores reservaron la hora estelar, las 7 pm, para la leyenda que hace unos meses decidió volver de su retiro. Para la ganadora del torneo dos años seguidos, en 2000 y 2001, cuando su rival de hoy no tenía ni cinco años.
Venus Williams había jugado 100 partidos del US Open antes de esta noche. En 25 participaciones, más que nadie en la Era Open. El 101 no fue uno más. En primer lugar, porque seguramente será el último, ahora sí. En segundo, porque sorprendió con su nivel de tenis, superior al que tenía en 2023 y 2024 antes de retirarse.
Ante la checa Karolina Muchova, la mayor de las hermanas Williams dejó puntos para el recuerdo. Tanto desde el fondo de la pista, con un revés a dos manos potente y preciso, como en múltiples subidas a la red en las que demostró una excelente movilidad y rapidez pese a su edad y la inactividad. Este torneo era el tercero en su vuelta al circuito, del que se había retirado en la primavera de 2024 en Miami.
“No he ganado hoy, pero estoy muy orgullosa de cómo he jugado”, aseguró Williams en rueda de prensa una hora después de finalizar el partido. “Se sintió increíble tener el apoyo del público, aquí y en todo el mundo”.
La remontada que no pudo ser
Pese a todas las veces que ha jugado en el estadio Arthur Ashe, Williams tardó un par de juegos en entrar en el partido, lo que le costó un break a primeras de cambio. Logró reponerse e incluso llegó a mandar en el marcador mediado el primer set tras ganar tres juegos al hilo, pero 7 dobles faltas, algunas en momentos clave, y 13 errores no forzados hundieron sus posibilidades en un parcial en el que logró más golpes ganadores -12- y dejó para la memoria excelentes winners de revés y subidas a la red.
El 6-3 del primer set no hizo bajar los brazos a la veterana campeona, que arrancó el segundo parcial aún más agresiva y, sobre todo, logró reducir el número de errores. Encontró su ritmo y se impuso con autoridad en un segundo set en el que sólo cometió una doble falta y defendió el único punto de rotura que cedió.
Pero hasta ahí le llegó la gasolina a la ganadora de siete “grandes”. Muchova anuló “el ruido de la pista”, como comentaría al final del partido, se centró en su juego y completó un tercer parcial impecable: 86% de primer servicio, dos roturas en dos bolas de break.
¿Qué queda ahora para Venus Williams?
Lo más probable es que Williams no vuelva a jugar en 2025.
“No sé si tengo ganas de viajar muy lejos para seguir jugando este año”, comentó. “¿Queda algún torneo aquí en Estados Unidos?”.
Pero tampoco dio ningún indicio de que este pudiera haber sido su último partido.
“No he jugado muchos partidos. Aún estoy encontrándolo todo”.
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