Vendaje sospechoso en el guante de Hamzah Sheeraz genera indignación tras nocaut a Edgar Berlanga

La victoria por nocaut de Hamzah Sheeraz sobre el puertorriqueño Edgar Berlanga ha quedado empañada por una creciente polémica.

Denuncias sobre un vendaje aparentemente irregular o “misterioso” en los guantes del boxeador británico han desatado una ola de indignación, especialmente entre la comunidad pugilística puertorriqueña, que exige una investigación exhaustiva. Este incidente añade un sabor amargo a una pelea crucial que terminó abruptamente.

La pelea, que tuvo lugar en Nueva York el pasado 12 de julio, vio a Edgar Berlanga sufrir una derrota por nocaut a manos de Sheeraz, un resultado que sorprendió a muchos.

Sin embargo, la atención rápidamente se desvió del golpe final hacia las imágenes que circulan en redes sociales y medios especializados, donde se observa un bulto o una extraña protuberancia en el vendaje de la mano de Sheeraz, específicamente en el área del nudillo, durante la contienda.

Las reacciones no se hicieron esperar. Paola Berlanga, esposa de Edgar Berlanga, fue una de las primeras en alzar la voz. A través de sus plataformas, expresó su indignación y frustración, sugiriendo que el vendaje pudo haber influido en el desenlace del combate y en la capacidad de su esposo para resistir los golpes. Sus declaraciones han sido un eco del sentir generalizado en Puerto Rico, donde muchos aficionados y expertos en boxeo claman por transparencia y justicia.

Otras impresiones y comentarios en foros y redes sociales apuntan a la necesidad de que las autoridades reguladoras del boxeo investiguen a fondo las acusaciones.

La preocupación radica en que un vendaje anómalo podría otorgar una ventaja injusta, aumentando la potencia del golpe y el riesgo de daño para el oponente. La integridad del deporte y la seguridad de los atletas están en juego, lo que hace de esta una situación que va más allá del resultado de una pelea.

La polémica del vendaje de Hamzah Sheeraz se suma a la lista de incidentes que han puesto en entredicho la preparación y el equipamiento de los boxeadores. Mientras la investigación avanza, la sombra de la duda planea sobre la victoria del británico, dejando un sabor agridulce en lo que debería haber sido un triunfo limpio.

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